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Una escuela de negocios con acento en la innovación y la justicia social  Educación

Una escuela de negocios con acento en la innovación y la justicia social 

La malla curricular de esta alternativa académica actualiza el paradigma tradicional del marketing con una mirada de futuro en asuntos como nueva economía, ética de los negocios y gestión para la sustentabilidad corporativa, entre otros. 


El oficio del ingeniero comercial tradicional, orientado al crecimiento económico y la rentabilidad como único indicador de éxito, es una especie que desaparece. Sin embargo, otra variedad de este entorno, más versátil y resistente al cambio, gana terreno en tiempos en que el medio también entra en crisis.

A eso apunta el proyecto de ingeniería comercial que ofrece la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, que se presenta como una alternativa a las escuelas de negocios actuales de la educación superior, caracterizándose por una fuerte vinculación con la innovación, la sustentabilidad y mirada de futuro. 

Este ingeniero comercial activo en la era de la información, tiene como meta el crecimiento en relación con la sustentabilidad y una conciencia por el medio ambiente como recurso finito, pero depredado por las clásicas reglas del juego, cree Alejandra Gallegos, jefa de la carrera.

“Antes, la generación de valor se medía por la rentabilidad, pero hoy, en las empresas B (las de reconocido desempeño social y ambiental) esto se cuantifica y acredita en ámbitos completamente distintos. Preguntas como: ¿cuál es la propuesta de valor de mi empresa?, ¿cuál es su propósito, su misión y visión?, entre otras, guían esa búsqueda de valor no sólo para accionistas y clientes, sino para trabajadores de esas empresas, la ciudadanía y la sociedad”, explica Gallegos. 

Este escenario, planteado por expertos como un proyecto con miras a la frontera país del año 2050, busca formar a estos ingenieros ingenieras comerciales con un marcado interés en el entramado regional de los negocios y sus problemáticas a través de una malla innovadora, explica la profesora.

“En el sentido de una proyección de los/as ingenieros/as comerciales para este país en transformación, son muy interesantes asignaturas como nueva economía, sustentabilidad de las organizaciones, ética y negocios y gestión para la sustentabilidad corporativa, entre otras. También es muy importante considerar la sinergia que puede tener la carrera de ingeniería comercial con la de auditoría, con la que comparte ramos que retroalimentan enfoques metodológicos, el lenguaje de las tecnologías de la información y el liderazgo”, explica. 

También dentro del plan de estudios, se contempla un plan común de cátedras sobre Derechos Humanos e introducción en materias de justicia social, género, inclusión y diversidad, para entregar una base sobre la cual construir nuevos profesionales respetuosos de los Derechos Humanos, del medio ambiente y sus comunidades.  

“Este es uno de los sellos diferenciadores entre estudiar en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano o hacerlo en otra casa de estudios. Esta mirada más amplia de los negocios y de la sociedad en que estamos insertos, permite la formación de profesionales al servicio de sus comunidades en el caso de, por ejemplo, un director de marketing que integra la mirada inclusiva a sus productos, servicios o el impacto de una empresa en la sociedad. Lo mismo en el caso de un encargado de desarrollo de personas que puede discernir con mirada de género dentro de su trabajo”, explica Gallegos. 

Encontrar el valor en la sociedad 

El mundo que va a heredar la ingeniería comercial de los próximos 10 años es uno que está siendo redefinido no sólo por la pandemia global del coronavirus, sino también por una crisis social chilena y regional que ha demostrado la necesidad de tender hacia nuevas formas de crear valor, de comunicarlo y sostenerlo en el tiempo. “Son tiempos donde ser creativo, diverso y crítico serán la diferencia entre naufragar como las grandes compañías o superar con altruismo estos momentos aciagos desde la innovación con escala y rostro humano”, sostiene. 

La invitación que la profesora Gallegos extiende al estudiante es a atreverse a pensar distinto dentro de un mundo que se niega al cambio. Personas que entienden que la manera de hacer negocios puede seguir la corriente de las empresas B o las economías circulares en un entorno creativo como la Facultad de Ciencias Sociales de la UAHC, entre carreras humanistas, artísticas y pedagógicas para fortalecer un aprendizaje para toda la vida, dice.

“La invitación es a ser radical, pero radical de verdad, y hacer una apuesta distinta a la del/la típico/a ingeniero/a comercial en busca de registrar indicadores de crecimiento, es decir, pasar a la acción críticamente a partir de la información y analizar cómo transformar la realidad desde la gestión de los negocios para encontrar el valor en la sociedad”, señala la docente. 

Vincular las carreras como ingeniería comercial o auditoria a las múltiples realidades sociales y globales, también es primordial en el discurso del rector de la UAHC, Álvaro Ramis. La autoridad sostiene que cada proyecto de esta casa de estudios considera momentos de definiciones clave como los que se viven hoy como una función social.

“Tanto en el caso de las carreras de ingeniería comercial como auditoría, estos espacios siempre han considerado el desarrollo como una gran pista de despegue desde la cual emprender los negocios y otras actividades, sin embargo como universidad creemos que es necesario cambiar ese enfoque por el de un escenario en el cual los actores y tomadores de decisiones que serán los y las jóvenes formados en nuestras escuelas, deben estar presentes para generar cambios y empeñar su palabra para alcanzar las metas y desafíos que tenemos como sociedad”, explica Ramis. 

La UAHC está acreditada por cuatro años y está adscrita a gratuidad.

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