Niñez
El desarrollo de la niñez y adolescencia, sin duda, ha sido afectado por la pandemia. Sin embargo, esto no ha sido un tema primordial para la sociedad ni el Estado. Según las estadísticas, niñas, niños y adolescentes están en un rango etario el cual no tiene un nivel de riesgo como los adultos y ancianos, por lo que han quedado bastante relegados sobre los efectos del coronavirus en ellos. Expertos afirman que podrían ser uno de los grupos más afectados socialmente en el mediano y largo plazo.
El coronavirus ha significado grandes cambios en la vida cotidiana, nuestro entorno y en las relaciones interpersonales. La incertidumbre, el confinamiento y el miedo a contagiarse ha creado un escenario nunca experimentado. A pesar de que los niños y adolescentes no estén dentro de los grupos de riesgos con respecto al Covid-19, sin dudas han vivido grandes desafíos personales, sociales y psicológicos que han quedado invisibilizados durante el último año.
Camilo Morales, psicólogo coordinador de Núcleo Infancias de la Universidad de Chile, afirmó que “las experiencias cotidianas de la niñez y adolescencia han quedado relegadas a un lugar secundario y residual, invisibilizadas para los discursos hegemónicos y donde la discusión pública ha favorecido el predomino de los saberes epidemiológico y económico por sobre otras dimensiones humanas”.
Sumado a lo anterior, el psicólogo concluyó, tras un estudio realizado, que se pudieron ver cuatro temas esenciales que estaban afectando a este grupo etario a raíz de experiencias concretas. Entre ellos, destacó el encierro y aislamiento y angustia e incertidumbre, los cuales aluden a una valoración negativa. No obstante, también se pudieron apreciar aspectos positivos como aprendizajes y oportunidades.
Ernesto Muñoz, director de la unidad de Promoción y Difusión de la Defensoría de la Niñez, indicó que “el primer contexto de la falta del rol garante del Estado se da luego de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que nosotros hemos denunciado en el estallido social”. Además, aseguró que existe una invisibilización por parte del Estado, la cual es estructural que hace que se vea la niñez y la adolescencia como un problema y no como sujeto de derechos.
Con respecto al informe anual de la Defensoría de la Niñez, Muñoz enfatizó en que “contiene testimonios de 14 víctimas de vulneraciones de sus derechos. Existe un deseo y un derecho de participación de niñas, niños y adolescentes que no es reconocido. Hay una falta de respuesta del Gobierno al organismo respecto a las recomendaciones que nosotros hemos hechos para establecer reparación y garantías”.
Tras el programa Hora Segura de la Fundación Todo Mejora se pudo recopilar información con respecto a cómo ha sido el último tiempo para niños, niñas y adolescentes que se identifican con una orientación, identidad o expresión diferente a la hetero norma.
La jefa del programa Fernanda Barriga indicó que 8 de cada diez usuarios que ingresan refiere a algún tipo de sintomatología psicológica. Esto se agrava cuando se considera los que sí poseen sintomatología psicológica, de los cuales el 63,8% presenta síntomas depresivos como ansiosos.
A raíz de lo anterior, enfatizó que esta realidad es en gran medida aumentada en la situación de la pandemia, en donde la mayoría de las y los usuarios están presentando dificultades para conciliar el sueño, concentrarse, enfrentar una vida académica, socializar con sus pares mediante las tecnologías, entre otras.
Con respecto a los desafíos a futuro la salud mental se ha vuelto en la principal preocupación. Los niños, niñas y adolescentes podrían ser los más afectados debido a la etapa de constante cambio y aprendizaje en la que se encuentran impactando su desarrollo.
