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Mediante una nueva modalidad que, según diversas encuestas, llegó para quedarse tanto a nivel nacional como internacional, especialistas advierten dos líneas claras para asegurar un buen funcionamiento del trabajo remoto: actualización digital y bienestar de los trabajadores.
De acuerdo con un estudio de Boston Consulting Group y Laborum, un 92% de los chilenos espera que sus empleos sean parcialmente remotos después de la pandemia. Por otro lado, según datos recientes aportados por Randstad, el 75% de las empresas declara que planea mantener en mayor o menor medida el teletrabajo, una vez que se supere la pandemia y que incluso existe un 46% de las compañías encuestadas dice no tener claro qué hará con su actual lugar físico de trabajo.
“Las restricciones actuales de desplazamiento y cuarentenas son cambios que las personas han tenido que adoptar rápidamente para mantener sus trabajos y conectar con sus familias, en este sentido resulta fundamental la implementación de servicios ágiles, fáciles y seguros que permitan realizar los diferentes quehaceres que se realizan en una oficina de forma presencial”, sostiene Rafael Pérez, chief digital officer en e-Digital.
Otro punto que destaca el informe de Randstad, en cuanto a las proyecciones del teletrabajo tiene que ver con el apoyo a la vida personal de los trabajadores, destacando a un 64% que declara haber potenciado el equilibrio profesional/laboral y mejorar la calidad de vida de las personas.
Ante eventuales problemas al interior de un equipo de trabajo, Raquel de Oliveira de PsyAlive, plataforma especializada en psicología, recomienda identificar esos signos prontamente y alcanzar una pronta comunicación entre las partes “pueden existir problemas internos entre los líderes y los subordinados, lo ideal es atacar este tipo de situaciones por medio de reuniones semanales, de esta manera los temas a tratar no pasarán por alto”, recomienda.
Desde e-Digital, destacan que la tecnología no cambiará definitivamente las ventajas alcanzadas por el teletrabajo y que la mezcla remota y presencial es la combinación idónea. “Creemos que a futuro continuaremos en una alternancia, ya que las personas pensarán dos veces viajar a una reunión comercial o un directorio, si hoy lo puede resolver en forma de videollamadas y firmar actas en forma digital, la tecnología no es el enemigo, es parte de la solución», complementa Pérez.
Ante la crisis sanitaria, se dice según expertos que el teletrabajo llegaría para quedarse. Una emergencia que obligó a las personas a adaptarse a los cambios digitales y la tecnología. “Desde el punto de vista de la digitalización, por temas de Covid las empresas se encuentran en proceso progresivo de adopción de nuevas tecnologías Pymes un 70% y grandes 90%. Sin embargo, no siempre acompañado por buen plan digital. Según Corfo casi el 80% de las empresas en Chile tienen niveles de evolución de Intermedio Digital o menor”, explica Rafael Pérez.
Según el experto, el 51% de la población prefiere el teletrabajo frente a un 25% que se decanta por el trabajo presencial. “Nuestros clientes, antes de la pandemia, la cifra de personas que teletrabajaba, al menos ocasionalmente, alcanzaba un máximo del 10% hoy es del 80% a lo menos. Por tanto, la convivencia es radical”, aclara.
Por último, en cuanto a la relación laboral y comunicación entre compañeros de trabajo, esta conducta no se ha perdido. De acuerdo con la psicóloga y Consultora Senior de Gudcompany, Camila Espinosa cuenta que los vínculos no se pierden cuando los trabajadores ya vivían una convivencia laboral antes del teletrabajo, lo que ahora, no se ha hecho difícil un trabajo remoto.
“Eso no se da cuando se establecen las relaciones desde cero en una modalidad de teletrabajo, una de las cosas más importantes es como si es que el teletrabajo llega para quedarse habría que entrar a ver como se puede generar de manera activa o como se generan espacios para que se generen espacios como lo era antes, es decir una confianza entre los colaboradores”, argumenta Espinosa.
Muchas empresas se han visto desafiadas y han tenido que hacer de las comunicaciones internas como un ámbito de preocupación que quizá antes no se daba porque se podía hacer en momentos como el brake, o el almuerzo, incluso en reuniones, espacios de comunicaciones que se perdieron, que son un desafío para todos”, argumenta Camila Espinosa.
