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Altas temperaturas pueden complicar enfermedades cardiovasculares y respiratorias: ¿cuándo consultar a un especialista? Salud

Altas temperaturas pueden complicar enfermedades cardiovasculares y respiratorias: ¿cuándo consultar a un especialista?

Las altas temperaturas pueden afectar a la salud cardiovascular aumentando la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el colesterol. Si la temperatura corporal se eleva por encima de los 38 grados, los efectos en la salud podrían abarcar deshidratación, calambres, desmayos, golpes de calor, arritmias e incluso el agravamiento de patologías previas con resultado de muerte.


En estos días se han producido temperaturas muy altas en varios lugares de nuestro país. Los problemas cardiovasculares y el calor pueden aumentar los riesgos de tener problemas al corazón, lo que es peligroso si consideramos que en Chile cada 1 hora fallece una persona producto de un infarto al corazón.

El calor perjudica la frecuencia cardiaca, la presión arterial, el colesterol y la viscosidad de la sangre, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares. Si los pacientes con enfermedades al corazón se exponen a altas temperaturas se puede generar una sobrecarga de trabajo y desencadenar síntomas como dolor de cabeza, piel fría y húmeda, mareos, debilidad, náuseas, vómitos y orinas oscuras.

Por eso es recomendable que quienes padecen estas enfermedades no se expongan por períodos prolongados al calor y que salgan preparados para protegerse.

«Si se llegara a tener síntomas de descompensación, se debe dejar de realizar lo que esté haciendo e, incluso, aplicar paños húmedos y fríos en cuello y cabeza», comenta Fernando Lucero, cardiocirujano y jefe del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares de RedSalud.

«Es recomendable también para estos pacientes no realizar actividad física bajo sol o lugares que generan mucho calor sin ventilación”, agrega.

Asimismo, en verano no solamente llegan las altas temperaturas, sino también los cambios de hábitos de vida. En muchos casos, las personas comienzan a ir al gimnasio y a cambiar su alimentación de una forma importante y abrupta. Esto expone a quienes tienen enfermedades cardiovasculares a posibles descompensaciones.

Para el Dr. Lucero, “los pacientes con enfermedades cardiovasculares que en edad activa toman la decisión de hacer ejercicio sin una adecuada evaluación médica, comienzan a desarrollar molestias que no se logran explicar. Es por esto que el aumento de actividad física excesiva y/o ocasional puede ser muy perjudicial para ellos».

En ese sentido, «la recomendación es acudir donde un cardiólogo para realizar un chequeo médico y que pueda sugerir la actividad física adecuada y las precauciones que se deben considerar”, afirma el especialista.

Es por esto que en los días de altas temperaturas la recomendación para quienes tienen condiciones cardíacas de base es no caminar grandes distancias bajo el sol, especialmente en horas con altas temperaturas, es decir, entre las 10 y 17 horas, usar ropa ligera, mantenerse hidratado durante el día, evitar las bebidas alcohólicas y con cafeínas, y acudir a un profesional de la salud en caso de señales de alarma.

Cuando consultar a un especialista

Las temperaturas extremas son responsables de más de cinco millones de muertes adicionales cada año a nivel global, según un estudio publicado por The Lancel Planetary Health. De hecho, el 9,43% de la mortalidad se puede atribuir a este factor y América en particular, registra un 7,7%.

¿Cómo reacciona nuestro cuerpo ante los cambios bruscos de temperatura? Benjamín Tardel, jefe de Urgencia de Nueva Clínica Cordillera, explica que “conforme suben las temperaturas, nuestro cuerpo reacciona intentando adaptarse al calor, es decir, activa unos determinados mecanismos para regular el termostato interno y mantener la temperatura dentro de unos límites aceptables”.

“El primer paso es el aumento de la frecuencia cardíaca, lo que permite bombear más sangre hacia la piel y las extremidades. De ahí una mayor producción de sudor, el mecanismo del cuerpo para enfriarse. De esta manera el cuerpo empieza a trabajar para evitar el colapso por la subida de las temperaturas”, agrega.

Si la temperatura corporal se eleva por encima de los 38 grados, los efectos en la salud podrían abarcar deshidratación, calambres, golpe de calor, síncope por calor (episodio de desmayo), arritmias, hasta el agravamiento de enfermedades previas y la muerte.

“Si llegamos al punto en que nuestro cuerpo se ve expuesto a un calor extremo, llegando a rondar los 40 grados de temperatura interna, podemos sufrir un golpe de calor. Este se caracteriza por dos principales síntomas: aumento de la temperatura corporal (hipertermia) y afectaciones al sistema nervioso central. De ahí que las primeras señales de que nuestro cuerpo colapsa ante el calor sean una sensación de calor extremo unido a un cuadro de malestar general”, explica.

El Dr. Tardel asegura que durante los períodos de temperatura excesivas y olas de calor, tanto la mortalidad como el número de ingresos hospitalarios aumentan al agravar enfermedades cardiovasculares y respiratorias sobre todo en adultos mayores.

“Asimismo, los niveles de polen y otros aeroalérgenos son más elevados con altas temperaturas, lo que puede desencadenar episodios de asma”, afirma.

Los grupos de riesgo apuntan a enfermos crónicos, personas mayores y ancianos, personas con obesidad y otras patologías, personas que consumen drogas o alcohol o que están en tratamiento con determinada medicación, y colectivos laborales bajo condiciones térmicas extremas.

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