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Simularán estrategia japonesa para detección precoz de bacteria causante del cáncer gástrico Salud

Simularán estrategia japonesa para detección precoz de bacteria causante del cáncer gástrico

Una estrategia de “tamizaje y tratamiento” busca aportar evidencia sobre la efectividad y seguridad de la erradicación de la bacteria llamada Helicobacter pylori en jóvenes sanos. Esta bacteria es responsable de un alto porcentaje de los casos de cáncer gástrico en la edad adulta, siendo la tercera causa de muerte por cáncer en nuestro país. El trabajo tiene como objetivo explorar la efectividad de una terapia antibiótica contra esta infección, que se estima podría ser responsable de hasta un 85% de los cánceres gástricos en la edad adulta.


El Helicobacter pylori es un microorganismo que causa dos patologías principalmente en adultos: la úlcera péptica y el cáncer gástrico, siendo en este último caso la principal causa. Es considerado un agente cancerígeno de tipo 1, es decir, con una reconocida relación causal con la ocurrencia de cáncer.

Por eso investigadores chilenos trabajan en el enrolamiento de cerca de mil adolescentes de entre 14 y 16 años en las regiones Metropolitana, de La Araucanía y de Aysén. para explorar la efectividad de una estrategia de tamizaje y tratamiento contra la infección por esta bacteria.

El trabajo se extenderá por los próximos cuatro años y es financiado por Fondecyt de la Agencia Nacional de Investigación (ANID). La experiencia replica el mecanismo preventivo de salud pública que utilizan países asiáticos, en los que la incidencia y mortalidad de la enfermedad es, al igual que en Chile, de las más altas del mundo.

Una persona que tiene cáncer gástrico, una enfermedad que ocurre en general de los 50 años en adelante, probablemente adquirió la bacteria varias décadas antes y se pudo haber prevenido el desarrollo de esta enfermedad erradicando la infección de forma oportuna, explicó Miguel O’Ryan, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) y líder de la investigación.

“Nuestro desafío es avanzar hacia un estudio clínico enrolando a un número significativo de jóvenes en tres cohortes, para ver la eficacia y seguridad del tratamiento de erradicación”, expuso el Dr. O’Ryan, actual decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y quien en los últimos años ha encabezado diversos reportes científicos en esta área.

En la población adolescente, de los cuales un 20-25% podría ser portador asintomático de la bacteria, se concentrará el equipo de investigadores: cien escolares serán tratados con antibióticos por dos semanas y los resultados se evaluarán en comparación a un segundo grupo de control, también de cien individuos no tratados.

Se espera evaluar algunos efectos clínicos y biomarcadores en sangre, además de tasas de reinfección en los que logre erradicar de forma exitosa. Finalmente se evaluará la adherencia, efectos adversos clínicos y cambios en la microbiota intestinal asociados a este tratamiento.

El cáncer gástrico posee una de las tasas de letalidad más elevadas, cercana al 75%, y en Chile se estima que uno de cada cinco individuos podría ser portador de esta bacteria.

Según un estudio de la Universidad de Talca, el cáncer gástrico tiene una tasa de mortalidad entre los hombres de 23,9 decesos por cada cien mil personas, mientras que para las mujeres, la cifra se reduce a 11,9. Se calcula que cada año más de 800 mil personas en el mundo fallecen como consecuencia de cáncer gástrico.

“El cáncer es uno de los temas de salud pública más relevantes en el largo plazo para nuestra población en parámetros como salud, sobrevida y calidad de vida, en el contexto de enfermedades crónicas no transmisibles. Todo esto en un país que va incrementando su edad”, puntualiza el científico de la Universidad de Chile.

Tamizaje y tratamiento

El cáncer gástrico es el tercer cáncer con mayor incidencia a nivel mundial y posee un índice de letalidad cercano al 75%, con lo que se ubica como el segundo de mayor impacto. Chile es uno de los países con la tasa de incidencia más alta del mundo para esta condición, en un grupo en el que también aparecen varios países asiáticos, entre ellos Japón.

El país insular lidera una estrategia de tamizaje y tratamiento sobre la cual el Dr. O’Ryan y su equipo busca aportar evidencia para nuestro país.

“Este proyecto, que es el corolario de una línea de investigación de 15 años, busca proporcionar evidencia para avanzar en una estrategia de tamizaje y tratamiento con poblaciones sanas, para detectar la presencia de Helicobacter pylori, similar a la que se realiza en países asiáticos donde el cáncer gástrico es alto en adultos, pero no en poblaciones jóvenes”, sostiene.

“Pensamos que podría ser una estrategia con mérito epidemiológico para Chile”, agrega.

Un reporte previo del equipo de investigadores del ICBM demostró que uno de cada cinco niños chilenos podría tener en su estómago la bacteria Helicobacter pylori, principal agente vinculado con la ocurrencia de cáncer gástrico en edad adulta.

Tras una serie de estudios a cohortes poblacionales infantiles nacionales durante diez años, la investigación, desarrollada por científicos del programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile (ICBM), arrojó luces respecto a qué edad las personas podían estar contrayendo la infección.

Dichos análisis se desarrollaron desde 2007 en tres etapas (gracias a la adjudicación consecutiva de tres proyectos Fondecyt), con el seguimiento por una década de muestras fecales de niños de la comuna de Colina, en la Región Metropolitana. También se evaluaron a poblaciones en la Región de la Araucanía y en Coyhaique, zonas con cifras de cáncer gástrico que superan el promedio nacional.

El principal hallazgo del proceso da cuenta de que un 20% de niños menores de cuatro años muestra la presencia de la bacteria en forma “persistente”. La primera cohorte del estudio estuvo compuesta por cien niños de entre tres meses de vida y cuatro años, arrojando resultados que el Dr. O’Ryan describió como “pioneros a nivel mundial”.

“En su mayoría, demostramos que adquieren la infección antes de los tres años de edad, lo cual fue novedoso porque había muy poco publicado al respecto”, menciona el investigador.

Inflamación crónica y cáncer

El académico del ICBM dijo que ese estudio inicial permitió enfocar los esfuerzos en el grupo de pacientes que evidenciaba la presencia de la bacteria en forma persistente, además de establecer que el grueso de la población que la contrae lo hace en los primeros años de vida.

Y que esto enciende una suerte de cuenta regresiva para la aparición de un cáncer, en una progresión de largo plazo.

Algunos de los parámetros de interés de esos primeros reportes tuvieron relación con la progresión de la enfermedad. Por ejemplo, que la infección era fundamentalmente asintomática en los primeros años, pero que generaba una progresión para alrededor de los diez años evidenciar las primeras lesiones gástricas.

Estudios posteriores ratificaron, en cohortes de distintas edades escolares, que Helicobacter pylori infectó a entre un 20% y un 25% de los niños. Con esa cifra como referencia, las investigaciones se enfocaron hacia la estrategia del tratamiento precoz: una terapia antibiótica de dos semanas cuyo objetivo es la erradicación del microorganismo en niños infectados.

“En los primeros estudios vimos que había una expresión diferencial de genes, especialmente algunos relacionados con una mayor posibilidad de desarrollar cáncer en niños infectados que comparado con no infectados. En un estudio Fondecyt anterior, de tratamiento de erradicación, demostraron en un grupo pequeño de escolares, que el tratamiento se asoció a una disminución significativa de un biomarcador asociado a inflamación gástrica”, explica Miguel O’Ryan.

Este biomarcador fue parte de las alteraciones presentes en los niños con infección persistente, sumado a dolor abdominal a la palpación y una expresión diferencial de genes relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer. Todos estos resultados, añadió el científico, establecieron las bases para este nuevo estudio clínico.

Algunos de los parámetros a observar en este nuevo ensayo incluyen los perfiles de resistencia de otros microorganismos gastrointestinales, alteración de la microbiota por uso de antibióticos o la disminución de los marcadores séricos de inflamación gástrica ya descritos. El académico del ICBM señaló que se ha hecho un trabajo de educación con los colegios, familias y estudiantes respecto a la importancia de participar en estudios de este tipo.

“El mensaje para las familias y los jóvenes es que podrán contribuir a la investigación y también ver si efectivamente están o no infectados. Creemos que estarán ayudando a favorecer a millones de personas en el mundo en el futuro. Y en Chile, en particular, donde el cáncer gástrico tiene una de las tasas más altas del mundo, sabemos que la erradicación precoz podría tener un importante efecto en el retroceso del proceso oncológico, aunque también puede ser que estemos llegando tarde”, sostiene.

“En ese sentido, la estrategia de tamizaje nos podría ayudar a llegar a tiempo, y evitar que se desarrolle un proceso inflamatorio crónico que podría llevar finalmente a desarrollar cáncer”, concluye el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile

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