Sustentabilidad
La lista considera a especies como el pingüino Rey, la fardela blanca, el tiburón peregrino y el arrayán blanco, entre varias otras del reino animal, fungi y plantae.
El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático aprobó esta tarde la clasificación de 68 especies -37 animales, 6 hongos o líquenes y 25 plantas-, con el objetivo de evaluar su estado de conservación dentro de la biodiversidad del país y contribuir a disminuir su riesgo de extinción. Esto permitirá priorizar recursos y esfuerzos en las especies más amenazadas.
Dentro de la lista de animales se encuentran, entre otros, el pingüino Rey, la fardela blanca, el tiburón peregrino, el pilpilén negro, la lagartija uniforme, el camarón almeja de Huentelauquén, la llaca y el tollo pintado.
En el ítem de hongos está el bejín de tallo escamoso y la seta olivácea, mientras que dentro de las plantas está la azucena del campo, el arrayán blanco y la añañuca, flor típica de la zona norte de nuestro país.
La lista se elaboró luego de un proceso iniciado en 2021, cuando el Ministerio del Medio Ambiente llamó a la ciudadanía a postular especies susceptibles de ser clasificadas en las distintas categorías: Extinto, en Peligro Crítico, En Peligro, Vulnerable, Casi Amenazada, Preocupación Menor y Datos Insuficientes. Además, entregó postulaciones el Comité de Clasificación de Especies.
Con esta nueva clasificación -parte del 18° proceso de clasificación- se logró determinar que hay 21 nuevas especies en categoría de Vulnerable; 19 especies en categoría de En Peligro; 9 especies en Peligro Crítico; 9 especies en Preocupación Menor; 8 en Casi Amenazada; 1 extinta y 1 con Datos Insuficientes.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, destacó que “es hecho de mucha relevancia poder clasificar especies y determinar su estado de conservación. Esto nos ayudará a orientar y diseñar políticas públicas y planes de gestión para proteger la biodiversidad del país y mitigar las principales amenazas”.
Junto con esto, el Consejo de Ministros aprobó la norma primaria de calidad de Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs), que se dispuso en el Plan de Prevención y Descontaminación de Concón, Quintero y Puchuncaví.
Esta normativa se centra en la regulación de benceno y sitúa al Estado de Chile a la par de los estándares internacionales en esta materia.
