Educación
El nuevo ciclo rememora el lema de la versión de 1962, que tuvo como título América en el Mundo, y cuenta con más de 147 actividades que se realizarán en los tres campus de la Universidad de Concepción hasta el 22 de enero.
El momento que vive el país tras el estallido social y el proceso constituyente que concluyó el año pasado, el papel de las humanidades en contextos de crisis y la importancia del vínculo de las universidades con sus territorios fueron parte de los temas tratados por la Premio Nacional de Historia (2018), Sol Serrano Pérez, y la doctora en Filosofía, Diana Aurenque Stephan, en el conversatorio inaugural de la Escuela de Verano 2023: Voces, imaginarios y territorios.
La sexagésima cuarta edición comenzó este lunes y se extiende hasta el 22 de enero, con un amplio programa de 147 actividades, que incluyen talleres, charlas y cursos, en los que están representadas las distintas disciplinas que se cultivan en los tres campus de la casa de estudios; además de nuevas exposiciones en la Pinacoteca, eventos artísticos en el Foro UdeC, Escuela de Verano del Postgrado y la segunda versión de la Feria Internacional del Libro del Biobío (FILB).
La vicerrectora Paulina Rincón González fue la encargada de abrir la jornada, oportunidad en que recordó el rol fundamental que cumplió el poeta lebulense y primer director del Departamento de Español de la UdeC, Gonzalo Rojas, en el desarrollo de los encuentros de verano en la universidad, señalando que el lema de esta versión rememora la séptima escuela, realizada en 1962, con el título América en el Mundo, con sus dos bajadas: Imagen de América Latina e Imagen del Hombre actual.
De este modo y en el contexto que vive el país tras los acontecimientos de los últimos tres años, este nuevo ciclo, explicó la Dra. Rincón, ha sido concebido como “una invitación a plantear, escuchar y resolver aspiraciones, sueños y necesidades de las comunidades siempre prestas a conocer, considerando nuestra capacidad de imaginar, e imaginarnos de manera conjunta un territorio llano y abierto a continuar creciendo”.
“Durante estos días de escuela, las diversas voces universitarias tienen una oportunidad de dialogar, consensuar y comunicar distintas miradas que buscan promover nuestras identidades a lo largo del territorio nacional”, agregó.
El conversatorio con Sol Serrano y Diana Aurenque tuvo como eje los temas contenidos en el título de la Escuela de Verano y fue moderado por la Vicerrectora de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (VRIM), Ximena Gauché Marchetti, quien recordó que tradicionalmente “la Escuela de Verano de la Universidad de Concepción ha estado muy unida al devenir y las contingencias”.
Por ello, la invitación a las investigadoras fue a reflexionar, desde sus respectivas disciplinas, en esta nueva versión de la temporada estival que, como indicó la Dra. Gauché, ocurre en un contexto marcado por los movimientos sociales, la pandemia, el fin de un proceso constituyente, una América Latina convulsionada y la irrupción de una guerra.
De inspiración profundamente humanista en sus orígenes, la nueva temporada es también una oportunidad para observar y entender el momento actual desde las ciencias sociales.
Sol Serrano reconoció que la historia inmediata de Chile “no es de fácil comprensión”, porque ha ocurrido a una velocidad gigantesca” y que para hacer interpretaciones adecuadas se requiere de tiempo.
“Los historiadores nos demoramos en interpretar para que los acontecimientos se acumulen y se entrelacen de una forma que nos permita entenderla no solo desde la perspectiva, y la lógica, de cada uno, sino tratando de comprender la multiplicidad de los fenómenos sociales alrededor de esta montaña rusa que ha sido Chile, y yo creo que lo ha sorteado bastante bien”, comentó.
“Como historiadora diría que siempre sentimos que estamos en épocas de crisis, así que eso es parte de la historia”, agregó, afirmando que lo importante es abordar estos temas desde distintas perspectivas, yendo más allá del día a día, para poner los hechos en perspectiva.
Eso es algo a lo que, a juicio de Diana Aurenque, aporta la Filosofía. “Lo que hacemos los filósofos profesionalmente no es tratar de explicar el problema puntual, no hacer diagnósticos que sean el remedio del enfermo, sino que tratar de ofrecer perspectivas globales y ojalá no soluciones, pero sí ayudar a desentrañar un poco el problema”.
En ese sentido, aventuró algunas de las causas que explican el momento actual en una perspectiva global, mencionando la ausencia de utopías y valores compartidos, la falta de sentido de comunidad y de ideales políticos comunes, como las más importantes.
