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Carne cultivada sustentable y libre de sufrimiento animal: la innovación que busca satisfacer a consumidores de carne sin dañar al medioambiente Sustentabilidad

Carne cultivada sustentable y libre de sufrimiento animal: la innovación que busca satisfacer a consumidores de carne sin dañar al medioambiente

Luyef es el nombre de la iniciativa que busca “producir productos cárnicos que permitan satisfacer tanto la creciente demanda global por carne como también las actuales tendencias ético-gastronómicas de la población, de forma innovadora, sustentable, eficiente y libre de sufrimiento animal”, según detalla uno de sus fundadores.


La población crece y junto con ella la demanda de alimentos, como la carne. Sin embargo, entre las personas, también ha crecido la preocupación por el cambio climático y el sufrimiento animal.

Estos problemas inspiraron la creación de Luyef, una empresa de “carne cultivada” (“cultivated meat” en inglés) co fundada por Kris Blanchard, ingeniero en biotecnología y doctor en Ciencias con Mención en Biología Molecular, Celular y Neurociencias de la Universidad de Chile..

El objetivo de embarcarse en esta iniciativa, explica el experto, fue “producir productos cárnicos que permitan satisfacer tanto la creciente demanda global por carne como también las actuales tendencias ético-gastronómicas de la población, de forma innovadora, sustentable, eficiente y libre de sufrimiento animal”.

La carne cultivada, como ellos mismos llaman al producto, es la que se produce a través de cultivos celulares, es decir, mediante la multiplicación de células madres y su posterior diferenciación a los distintos tipos celulares que componen la carne tradicional.

Esto supone una alternativa limpia, eco-amigable, sustentable y libre de sufrimiento animal, que no compromete el futuro del planeta, sus especies animales, ni el de las futuras generaciones, como nuestros hijos y nietos”.

Respecto al proceso de producción de esta carne cultivada, Kris Blanchard detalla que “no es muy distinto al proceso de generación de algunos productos que consumimos habitualmente, como la cerveza, el yogurt o el queso, ya que todos estos dependen en última instancia del cultivo de células”.

En ese sentido, destaca que la diferencia es que, en el caso de la carne cultivada, las células no son de origen microbiano como bacterias o levaduras, sino que son células de origen animal, y ellas mismas constituyen el producto final .

En este sentido, indica que, “técnicamente, la producción de carne cultivada es similar al proceso natural de crecimiento de músculo en el animal, que es la carne que conocemos, con la excepción de que en el caso de la carne cultivada las células que forman el tejido muscular crecen fuera del animal, y, por lo tanto, el animal pasa a ser prescindible”, aclara.

En qué se diferencia de la carne animal

Las dudas que nacen al momento de hablar de carne “sintética” es qué tan similares son a la “real”.

Para responder a esta pregunta, Blanchard afirma que, “a nivel celular, la carne cultivada es exactamente igual a la carne tradicional, son las mismas células, y, por lo tanto, son equivalentes en términos de composición molecular”.

Precisa, además, que esto es carne animal, mientras que muchos de “los productos de tipo plant-based intentan imitar la carne, pero la carne cultivada es una categoría distinta”.

En esta línea explica que el mayor potencial comercial “lo tiene precisamente la carne cultivada, porque permite capturar a los carnívoros más tradicionales, que no están dispuestos a sacrificar la experiencia sensorial de la carne animal”.

Blanchard añade que la carne cultivada incluso puede llegar a ser más beneficiosa, ya que se podría llegar a incrementar la cantidad de proteínas o aminoácidos esenciales y otras sustancias, como las vitaminas.

Otro de los beneficios, cuenta el ingeniero en biotecnología, es el control sanitario, ya que la contaminación por patógenos como bacterias es casi inexistente.

“Es importante señalar que más del 50% de los antibióticos producidos a nivel global, por ejemplo, son destinados a la ganadería. Esto es descabellado porque esto fomenta la aparición de bacterias resistentes a antibióticos”, recalca.

Productos éticos y bio-amigables

Para llegar a este producto que ellos llaman “carne cultivada” es necesario “extraer una pequeña muestra de tejido muscular del animal a través de una biopsia indolora”.

Sin embargo, esto no sería 100% animal-free, de modo que hoy se están desarrollando líneas celulares que están más adaptadas para crecer fuera del animal y que hacen prescindible la necesidad de biopsias, por lo que este último método sería 100% animal-free.

“Creo que en el caso particular de la carne cultivada es muy importante que las compañías sean lo más transparente posible respecto de sus procesos, ya que la credibilidad de la industria depende de esto”.

El investigador plantea que aún están en trabajo de desarrollar tecnología que permita que la carne cultivada pueda competir con los precios de la carne convencional, pero el objetivo a corto plazo es que la carne cultivada tenga el mismo precio o sea más barata que la convencional

Este producto ya está disponible en Singapur, donde existe regulación al respecto, pero aún “no es competitiva y no es barata”.

En Chile, ellos se encuentran trabajando con distintos actores para impulsar una legislación que permita producir y vender carne cultivada en nuestro país.

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