
Medir: la clave para impactar
Vivimos en la era de la innovación. Las empresas compiten con fuerza por ser más rentables, eficientes, ágiles y disruptivas. Los programas de transformación digital, unidades de innovación y metodologías ágiles se han puesto a disposición de la captura de rentabilidad en el corto plazo. Sí podemos exigir rentabilidad a soluciones con mayor incertidumbre.
Durante el 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció solo un 2,6%, muy lejos de lo que Chile necesita para volver a crecer y ser sostenible en el tiempo. Para cambiar esta realidad, una de las herramientas que han desarrollado a lo largo del tiempo las corporaciones, es la de la innovación, que tiene un papel crucial que jugar en ese camino de mayor crecimiento.
La innovación no es solo generar ideas diferentes o pensar fuera de la caja, es contribuir al crecimiento económico. Para eso tener la idea disruptiva es solo el 1%. El 99% es la ejecución, que se debe gestionar y monitorear con KPIs.
Medir en innovación comienza desde la selección de en qué focos o desafíos ubico mis recursos. Realizar una evaluación económica del tamaño del problema, permite seleccionar aquellos que probablemente tengan mayor apoyo por parte de los ejecutivos. tendrán los con mayor probabilidad de mayor tamaño. A medida que se avanza en el proceso de innovación y se va obteniendo información proveniente de prototipos y pilotos, se reduce la incertidumbre de la evaluación económica, para comprometer una rentabilidad esperada.
Para hablar de un impacto verificable de la innovación al negocio, éste debe poder observarse y cuantificarse. Medir los resultados de una iniciativa de innovación, ya sea una nueva solución para clientes, una mejora de procesos o un modelo de negocio alternativo, no es opcional.
¿Por qué tantas organizaciones innovan sin medir? Por miedo a comprometerse a resultados, asociados a soluciones con incertidumbre. Para evitar no llegar a la meta, se debe ir solicitando presupuesto acotado y progresivo, e ir comprometiendo resultados de manera progresiva y ganando certidumbre.
Navegar sin brújula se puede, pero se generan muchos desvíos del objetivo y eso genera desconfianza. Avanzar de manera progresiva y midiendo la innovación de forma verificable, facilita la tarea. Así se convierte en un aporte al crecimiento y rentabilidad.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.