Establecer una rutina de higiene bucal desde la infancia es esencial para prevenir problemas dentales a largo plazo. La primera visita al dentista y técnicas lúdicas para el cepillado son claves en este proceso.
La salud dental de los niños comienza desde la erupción del primer diente, y es recomendable que la primera visita al dentista ocurra en ese momento o dentro del primer año de vida.
Según Manuela Valdivieso, académica de la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), este primer encuentro no solo establece una relación de confianza entre el niño, sus cuidadores y el dentista, sino que también proporciona herramientas clave para inculcar hábitos de higiene oral, succión adecuada y una dieta saludable.
Enseñar a los niños a cepillarse los dientes correctamente requiere paciencia y técnicas adaptadas a su edad y desarrollo motriz. Valdivieso sugiere que, hasta los 8 años, el cepillado debe ser supervisado y reforzado por un adulto, utilizando técnicas rotatorias o de barrido.
“Convertir el cepillado en una actividad divertida es fundamental para que los pequeños lo adopten como parte de su rutina diaria. Ideas como cepillarse al ritmo de una canción o junto a los padres, aprovechando la tendencia natural de los niños a imitar, pueden hacer que esta tarea sea más atractiva”, añade.
Además, la especialista agrega que existen aplicaciones móviles diseñadas específicamente para motivar a los niños a cepillarse de manera adecuada.
Las visitas regulares al dentista durante la infancia son cruciales para prevenir enfermedades bucales comunes como la caries y la gingivitis, así como para detectar y corregir hábitos que podrían llevar a maloclusiones. Valdivieso destaca: “Asistir a visitas desde la primera infancia permite entregar los conocimientos necesarios a la familia para prevenir enfermedades bucales de alta prevalencia y promover una buena salud oral”.
Por otro lado, una buena práctica es revisar la boca de los niños durante el cepillado, buscando cambios en la coloración de los dientes, hoyuelos, inflamaciones en las encías o mal aliento. “Es importante estar atentos a cualquier señal que pueda indicar un problema dental y, ante cualquier duda, consultar a un dentista”, sugiere Valdivieso.
Finalmente, la docente y odontóloga indica que para manejar la resistencia que algunos niños presentan ante el cepillado, es importante mantener el enfoque lúdico y constante. Al insistir en la importancia de este hábito desde temprana edad, se logra una adopción más rápida y natural.
“Fomentar una buena salud bucal desde la infancia es una inversión a largo plazo que evitará problemas dentales más graves en el futuro”, concluye.