“El desafío que tenemos es instalar estas competencias y habilidades en los profesores, pues ya está demostrado que nadie transmite y enseña lo que no tiene», afirma Sebastián Errázuriz, de la empresa social ActitudLab.
diario asumimos una variedad de roles en la vida, como estudiante, trabajador o emprendedor. La vertiginosidad diaria nos pone a prueba, porque son tantas las labores y desafíos que muchas veces no sabemos por donde iniciar. Si a esto sumamos los deseos de un continuo crecimiento profesional, que muchas veces no es concedido, podemos fácilmente caer en la desmotivación, porque no tenemos las oportunidades suficientes y por ende, bajamos nuestro rendimiento.
El desarrollo de competencias como el liderazgo, compromiso, adaptabilidad, tolerancia a la frustración permiten realizarse plenamente, no solo en relación a sí mismas, sino que también en la relación con los demás.
Para Sebastián Errázuriz, de la empresa social ActitudLab, la formación que recibimos desde pequeños nos enseña a acatar órdenes, pero no a formar líderes, que puedan desarrollarse plenamente en el ámbito laboral. Esto es un grave error, porque no diseñamos herramientas para generar autonomía, liderazgo o trabajo en equipo con proyecciones de crecimiento. Nos quedamos con un solo concepto. “El estancamiento laboral es una bomba de tiempo, porque llegamos a aburrirnos en el trabajo y finalmente nuestro rendimiento decae, limitando nuestra imaginación”, señala.
Errázuriz añade que “es importante para entender el desafío, creer fuertemente en el proceso por sobre el resultado, que el error es una fuente inagotable de aprendizajes y que en la medida que hacemos grabaremos en nuestras mentes y corazones la forma de solucionar los problemas y oportunidades que nos depara la vida. Estos son los pilares de nuestra pedagogía. Que aprendemos haciendo aprendiendo haciendo, del proceso y del error. Pilares de nuestro pensamiento”.
En ese proceso trabaja ActitudLab, compañía con certificación B, que a través de un equipo multidisciplinario busca aportar y enriquecer competencias y valores a nivel sudamericano, con una tendencia revolucionaria. “El desafío que tenemos es instalar estas competencias y habilidades en los profesores, pues ya está demostrado que nadie transmite y enseña lo que no tiene. Llegando a la mayor cantidad de docentes, entregándoles las herramientas socio emocionales vivenciales, con el objetivo de que puedan traspasar a través de una metodología entretenida proponemos una nueva forma de enseñar, mucho más práctica, basada en el juego con sentido, en dónde el estudiante es protagonista y el profesor es un guía del proceso”, manifiesta Sebastián Errázuriz.
Entre los modelos académicos se consideran “Metodologías de liderazgo estratégico” y “Recreo”, una aplicación in situ de la Metodología de Pensamiento Creativo (MPC), que genera e implementa proyectos con impacto social, que solucionen problemáticas presentes en el entorno con desarrollo de habilidades socio-emocionales relativas al trabajo colaborativo y pensamiento divergente.
