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¿Representa la discapacidad actualmente una diferencia? Vida Opinión

¿Representa la discapacidad actualmente una diferencia?

Sergio Arias
Por : Sergio Arias Licenciado en Ciencias Jurídicas. Director y socio fundador de la Fundación ChileCap.
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«De no internalizarse la nueva visión paradigmática contenida en los documentos oficiales, en la convención y en la ley, estas solo representarán letra muerta, ya que los cambios que se requiere alcanzar solo pueden ser fruto de un nuevo devenir social inspirado en la internalización de un nuevo modelo o paradigma que ilustre el trato acertado a este sector de la población».


El devenir social, nos ha mostrado históricamente que las personas, enfrentamos diversos problemas al momento de tener que generar interacción con otro, que desde un punto de vista socio cultural, representa alguna diferencia significativa con la mayoría de un grupo o la comunidad de seres humanos que encuentran determinadas similitudes entre ellos; atribuyendo colectivamente a esas similitudes un plano de normalidad que en último término, determina las condiciones de funcionamiento social y ciertos convencionalismos en el trato que se le da a cualquier grupo que represente alguna diferencia calificada de importante por el criterio de mayoría que se genera en la colectividad.

Lo anterior queda evidentemente demostrado al observar el trato que se brinda a poblaciones inmigrantes, , las etnias calificadas como población aborigen, la población en situación de discapacidad, entre otros grupos humanos que viven en sociedad.

Hay quienes piensan que el trato a colectivos minoritarios, apreciados socio culturalmente, como diferentes, postergados y / o débiles, representa un problema sustantivo que podría traducirse en la peor de las situaciones en un trato discriminatorio hacia alguna minoría. Para otros, en cambio, la sola consideración como diferentes de un grupo de la comunidad, representa por el solo hecho de la apreciación de la diferencia, un trato que supone discriminación.

Si intentamos reflexionar detenidamente sobre las interrogantes que explican la problemática de establecer un trato diferenciado a diversos grupos que reúnan las características anotadas, sin duda alguna podremos remontarnos a la historia de nuestra civilización, en la que transcurriendo diversas épocas, apreciamos tratos violentos a colectivos considerados diferentes, débiles y / o en algunos casos minoritarios.

Pudiéramos incluso profundizar aún más el análisis, y establecer que en los albores de la civilización, los hombres luchaban contra cualquier desconocido que apareciera, repentinamente representando un peligro de hurto de alimentos o agua, pudiendo explicar de esta forma las razones que hasta nuestros días inspiran la determinación de establecer un trato muchas veces hostil a personas que representan claras diferencias desde un punto de vista sociocultural, como los grupos, que a vía ejemplar hemos anotado en esta columna.

El aquilatamiento sobre la problemática que representa el trato abiertamente diferente o discriminador a estos grupos, queda esbozado en breves líneas, pudiendo profundizarse por cada uno de ustedes mediante una reflexión detenida, desprovista de todo sesgo, bajo la luz de un paradigma de inclusión de todo tipo de sectores que componen la comunidad. Entendiendo que la actual tendencia, apunta a fortalecer la comprensión en la sociedad de la internalización de paradigmas de inclusión de todos los grupos que nutren con su diversidad el tejido social.

La temática a abordar en esta columna, como en las venideras, es la internalización y aplicación del actual paradigma de inclusión social de la población en situación de discapacidad, los obstáculos existentes, las dificultades que enfrenta la población en situación de discapacidad en el ámbito educativo, el acceso a oportunidades laborales, los nuevos desafíos de las políticas públicas orientadas a esta temática, entre otros elementos significativos al momento de abordar el contexto social que rodea a la población en situación de discapacidad.

Internalización de un nuevo paradigma

El vocablo paradigma significa o representa en Psicología aceptaciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas generalmente durante nuestra primera etapa de vida y que se aceptan como verdaderas o falsas sin ponerlas a prueba en un nuevo análisis; en cambio en arquitectura paradigma significa modelo o maqueta.

Resulta interesante la acepción que de este término brinda la psicología, particularmente al extender su significado a la psicología social, en atención a que en las sociedades existen muchas veces ideas, pensamientos o creencias previas sobre grupos que conforman la sociedad, dándolas por ciertas o falsas, sin un análisis o nueva mirada que permita validar la idea o creencia que se tiene.

Por lo anterior, resulta significativo y a la vez inquietante reflexionar sobre el paradigma existente en la sociedad relativo al trato a la población en situación de discapacidad.

Bajo una primera aproximación por cierto superficial, constatamos que actualmente existen cuerpos normativos que reconocen que el trato a las personas en situación de discapacidad, debe ser acorde con una visión paradigmática de plena inclusión social de este sector de la población.

El Estado de Chile, ratificó el año 2008 la Convención Internacional de Derechos de Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas y promulga el año 2009 la ley N° 20.422 de Inclusión social de personas con discapacidad, que sustituyó a la antigua ley N° 19.284 de Integración social.

Si realizamos un análisis estricto a la luz de los cuerpos normativos citados, podemos concluir que la tarea relativa al trato acertado a la población en situación de discapacidad se encuentra en un gran momento en nuestro país. No obstante un análisis más acabado y completo, da cuenta, que si bien es cierto el avance que se constata en el plano jurídico, no es menos cierto que en la sociedad chilena aún prevalece un antiguo paradigma en el trato a este sector de la población; basta apreciar los Índices de empleo recogidos en el segundo estudio Nacional sobre Discapacidad, que refleja que el 56% de la población en situación de discapacidad leve a moderada tiene un empleo y el 24.3% de la población en situación de discapacidad severa trabaja. Lo anterior, permite constatar que de no internalizarse la nueva visión paradigmática contenida en los documentos oficiales, en la convención y en la ley, estas solo representarán letra muerta, ya que los cambios que se requiere alcanzar solo pueden ser fruto de un nuevo devenir social inspirado en la internalización de un nuevo modelo o paradigma que ilustre el trato acertado a este sector de la población.

En consecuencia, el camino a seguir es la internalización de esta nueva visión paradigmática, estableciéndose como desafío, no solo conformarnos con el avance que supone la convención y la ley, si no la evolución de la sociedad que permitirá en un futuro lograr verdaderamente el trato digno, justo y apropiado que este sector de la población merece, transformándonos en corresponsables de este cambio las personas en situación de discapacidad, los actores relevantes en el avance social de este sector de la población (sociedad civil organizada), y el Estado.

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