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Un año sin «gurú» Vida Opinión

Un año sin «gurú»

José Miguel Cerda
Por : José Miguel Cerda Comunicador audiovisual
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Cuando un futbolista se consagra, deja un recuerdo en los hinchas, en el club donde creció, por esa gambeta que terminó en gol, o esa jugada que dejó boquiabierta incluso a la hinchada contraria. En el caso de “El Bomba”, fue desde el micrófono, desde el ídolo, de subir la moral, de no ser indiferente ante la corrupción y, principalmente, volver a creer en la Selección.


La selección chilena para el mundial de España 82, estaba compuesta por figuras
consagradas como Miguel Ángel Neira, Elías Figueroa, Leonardo Veliz, Vladimir Bigorra, y Carlos Cazely, el mismo que volvió con el fallido penal que lo persigue hasta hoy, entre otros. De todos estos, solo algunos jugadores tuvieron la oportunidad de seguir jugando profesionalmente en las competencias venideras, luego del rotundo fracaso mundialero con derrota de Argelia incluida. Tal fracaso, terminó con la carrera de varias promesas, entre ellas, la del mediocampista de contención Eduardo Bonvallet.

Con una carrera de futbolista que data desde 1972 a 1983 partió en Universidad de Chile, pasando por Universidad Católica, O’Higgins y Unión San Felipe. Solo destacó en su Palmarés como campeón de segunda división con Católica y Liguilla de Libertadores en 1978-1979 con O’Higgins. Fue la maldita lesión que todo futbolista teme, esa lesión que frena de golpe la carrera ascendente y tiene como destino el olvido y el destierro en el mundo del fútbol y que, si bien solo duró un par de años, fueron los suficientes como para provocar el olvido del Gurú. Los años 80 no fueron, definitivamente, los años dorados de Bonvallet. Tenía el deber de replantearse que debía hacer de ahora en adelante: o pasaba al olvido o a la consagración, aunque no fuera en la cancha.

Fue este segundo camino el que quiso seguir, y lo hizo comentando en Radio Agricultura la polémica clasificatoria al Mundial de Italia 90 por el Maracanazo con el polémico corte auto infringido del Cóndor Rojas incluido. Ya en la radio empezó a descubrir que podía imponer un estilo poco conocido en la prensa deportiva, ese comentario que podía sacar chispas a los dirigentes, árbitros y a quienes manejaban el futbol nacional. De aquellos que se creían intocables y superiores ante las débiles leyes y reglamento interno de la ANFP.

Pese a las amenazas que recibía en Radio Agricultura y luego radio Portales por darle
cancha, tiro y lado a sus comentarios directos, su amigo (y futuro enemigo) Peter
Dragicevic lo invita al panel del programa “Circulo Central” en canal 11 RTU TV desde 1992 y 1994. El día lunes, en horario estelar, podíamos ver a Bonvallet y compañía comentar la fecha que finalizó el domingo, Dragicevic era el Panelista Principal y llevaba los hilos del programa, no se buscaba practicar el periodismo, ya que nadie ahí lo era, solo invitados de fácil manipulación por el panelista y los restantes llevarles el amén.

Fue ahí donde Eduardo Bonvallet comenzó a enemistarse de frente con dirigentes y
exdirigentes, entre ellos el mismo Dragicevic, quien lo despidió de su programa por
polémico. Una vez fuera de la TV, continuó en Radio Portales buscando espacios para
denunciar ante la opinión pública prácticas poco decorosas de dirigentes ya no solo de fútbol, sino que de otras ramas deportivas sin control de gastos y denunciando el desvío
de recursos con objetivos de resultados positivos para deportistas, lo que traía más que
un dolor de cabeza a los dueños de Radio Portales, lo cual lo obliga a trasladarse a Radio Nacional.

Después de años, en abril de 1996 Radio Nacional era una de las más escuchada de la
frecuencia AM. Así también presentaban alto rating los noticiarios de TV se hacían presente afuera de los tribunales para sus careos ante las denuncias por injurias y calumnias, la que cada vez se hacían más seguidas, siempre ante el apoyo popular con
cánticos y bocinas de taxistas en las afueras de las cortes de Justicia.

En 1996 comenzó un sueño postergado por la afición nacional, ver a la selección chilena en un mundial. Las clasificatorias eran todos contra todos (excepto Brasil por ser Campeón del Mundo en EE.UU. 1994) El ánimo se vestía de esperanza de que la selección renaciera después del bochorno mundial del Maracaná. Eduardo Bonvallet, ya con el apodo de “El Bomba”, no se hizo ajeno a tal entusiasmo y manejo de los dirigentes de la ANFP, al traer al español Xavier Azkargorta con el objetivo de clasificar, siendo que el único logro que tenía hasta el momento era el haber clasificado a Bolivia el año 1994.

El Bomba se hizo acérrimo enemigo de traer a Azkargorta y predijo por todos los medios el fracaso rotundo de su gestión. Y tal como lo vaticinara, fue en el primer partido de visita con Venezuela donde el vasco se tuvo que ir por bajo rendimiento del equipo.

Encontrando en ese fracaso, una oportunidad para ser la voz del pueblo y ayudar con sus
mensajes la urgente medida de levantar la moral de una selección herida.

Sus mensajes por la radio hacían llamado a gritos y exigiendo contratar a Nelson Acosta
como DT., así fue como el nuevo desafío del “pelao Acosta” era una realidad. Y el
siguiente partido de local con Ecuador era la oportunidad de hacer creer al país que
clasificar al mundial de Francia 98, era posible.

La misma semana que Chile enfrentaba a Ecuador, se estrenó “Bonvallet en la Red” en
canal 4 La Red, entregando mensajes de apoyo a los Seleccionados, deseando éxito y
aliento a Nelson Acosta y su nueva etapa. Así fue como Chile ganó 4 a 1 a Ecuador y las alarmas encendían que el sueño era posible. “El Bomba” se hizo parte de este proceso desde el micrófono incitando y criticando a los jugadores que iban a “Viva el Lunes” y otros programas de TV en vez de preocuparse de Colombia y Paraguay de visita, que eran los próximos rivales.

Así fue como estos partidos se perdieron y volvía la incertidumbre a la selección. Desde el micrófono armaba y desarmaba el equipo, le exigía a Acosta a quien llamar y a quien no llamar a la Roja, el partido contra Uruguay en el Nacional era crucial para asegurar el cupo para el mundial y se ganó 1 a 0 con el gol de Marcelo Salas. Luego Chile empató con la imbatible Argentina en Buenos Aires y ya no había esperanza, había certeza que Chile clasificaría. “El Bomba” hizo alarde del proceso desde el micrófono, alentando a los jugadores e hinchas a apoyar a la Selección y a medida que subía la popularidad de la Roja, más popular se hacía Bonvallet.

Una vez que Chile clasificó de local ganando 3-0 a Bolivia, “El Bomba” subió el apoyo y la moral de la Selección pese a la censura que vivó en Radio Nacional, lo que motivó que se trasladara a Radio Zero y lo que vino después en la vida de Eduardo Bonvallet es sabido por todos, sus visitas a los programas de farándula que tanto detestaba y su malogrado paso como entrenador en Deportes Temuco llevando al equipo a la Tercera División, fue una sumatoria de caídas y decepciones en su vida, terminando casi de manera errante por distintas plataformas comunicacionales hasta que llegara a Radio La Clave, que fuese su última casa comunicacional.

Cuando un futbolista se consagra, deja un recuerdo en los hinchas, en el club donde creció, por esa gambeta que terminó en gol, o esa jugada que dejó boquiabierta incluso a la hinchada contraria. En el caso de “El Bomba”, fue desde el micrófono, desde el ídolo, de subir la moral, de no ser indiferente ante la corrupción y, principalmente, volver a creer en la Selección. Esa fue su consagración. Impensada por el mismo lo más probable, cuando se puso la camiseta de la U por primera vez.

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