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«Lo que la KGB era incapaz de controlar, Facebook o Apple podrán hacerlo en pocos años» Tecnología

«Lo que la KGB era incapaz de controlar, Facebook o Apple podrán hacerlo en pocos años»

«Estas compañías acumulan una gran cantidad de datos y analizarlos les permite comprender a la sociedad, al mundo, mejor que nadie”, sostiene el historiador Yuval Noah Harari, autor de los libros “Sapiens”, y “Homo deus».


Utilizar la tecnología de forma “más sensata para alcanzar nuestros propios objetivos” y no entregarle todo el poder a los algoritmos para que resuelvan como manejar nuestras vidas, es el planteamiento del historiador israelí Yuval Noah Harari, autor de dos libros que advierten cómo la humanidad está cediéndole espacio a una inteligencia artificial que podría terminar en manos de una pequeña pero poderosa elite de uperhumanos” capaces de controlarlo todo.

En una entrevista publicada en el diario El País, Noah Harari aclara que su postura no es la de un “tecnófobo” más, sino que por el contrario, le preocupa que las personas entreguen con tanta facilidad a los gigantes de la tecnología como Apple, Facebook o Amazon.

“Nuestros datos personales son nuestro mayor activo. Adónde vas, qué compras, y por encima de todo tus datos biométricos, tu ADN, tu presión arterial… Pero la gente se lo cede a Amazon, Facebook y Google a cambio del correo electrónico, las redes sociales y los vídeos de gatitos. Estas compañías acumulan una gran cantidad de datos y analizarlos les permite comprender a la sociedad, al mundo, mejor que nadie”, sostiene el autor de “Sapiens”, y de “Homo deus”, donde ahonda aún más en esta problemática.

A su juicio, “uno de los grandes peligros es que nos conocen cada vez mejor y confiamos en ellos para que elijan por nosotros, desde cosas sencillas, como qué noticias leer, hasta importantes, como nuestra salud. Perdemos el control de nuestras vidas y se lo cedemos a los algoritmos. Es cierto que, muchas veces, cederlo es positivo. Por ejemplo, Angelina Jolie se hizo una prueba de ADN y encontró una mutación en un gen que, según el algoritmo, le daba una posibilidad del 87% de desarrollar un cáncer de mama. En ese momento no estaba enferma, se sentía perfectamente bien. Pero se sometió a una doble mastectomía. Y creo que hizo bien. El potencial de la tecnología es increíble. El reto es saber usarlo, porque también hay un lado oscuro. Si confiamos en los algoritmos porque nos aconsejan bien, cada vez les damos más poder y control sobre nuestras vidas y pueden empezar a manipularnos incluso de forma no intencionada”.

El historiador, de 40 años de edad, va más allá y plantea que “el cerebro es tan complejo que ni el KGB soviético, espiando a todas horas a los ciudadanos, era capaz de entender a la gente o predecir sus gustos y deseos. En cierto sentido, eso nos hace libres. Pero en el siglo XXI estamos adquiriendo más conocimientos biológicos y los ordenadores tienen más poder. Así que lo que el KGB era incapaz de controlar, Facebook o Apple podrán hacerlo en… ¿10, 20 o 30 años? Podrían monitorizar tu cuerpo con sensores biométricos, recoger estos datos y, con algoritmos sofisticados, analizarlos y saber exactamente quién eres, tu personalidad, qué te gusta, qué responderías a una cuestión. Cuando una entidad externa te entiende mejor que tú mismo, ya no hay libre albedrío”.

Finalmente, reflexiona que su más reciente libro “cuestiona opiniones y prácticas de Silicon Valley. Pero no es un libro contra Silicon Valley, sino sobre la revolución de los computadores e Internet. Es lo más importante que está pasando ahora y lo hemos dejado en manos de unas pocas empresas. Permitir que Facebook y Amazon moldeen el futuro de la humanidad tiene peligros inherentes. No porque representen el mal, sino porque tienen su propia visión limitada del mundo, sus propios intereses y no representan a nadie, nadie votó por ellos. La mayoría de partidos y Gobiernos no tienen una visión seria del futuro de la humanidad”.

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