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Él puede golpear a todos donde más les duele: su oferta de trabajadores extranjeros. Incluso bajo una administración relativamente agradable en Washington, el sector tecnológico se ha quejado amargamente del límite de visas H-1B para inmigrantes cualificados.
El enclave liberal de Silicon Valley se agita. Algunos tienen amenazas directas de las que preocuparse. “Si llego a ser presidente, oh que tienen problemas”, advirtió Donald Trump a Amazon durante su campaña. Incluso con un Congreso republicano, sin embargo, es difícil imaginar que el presidente Trump sea capaz de castigar al mayor minorista en línea debatiendo una acción antimonopolio. Para ello sería necesario no sólo la denominación, que Amazon ha establecido sólo en la edición de los libros publicados online, pero la evidencia sofoca la competencia y perjudica a los consumidores.
Pero él puede golpear a todos donde más les duele: su oferta de trabajadores extranjeros. Incluso bajo una administración relativamente agradable en Washington, el sector tecnológico se ha quejado amargamente del límite de visas H-1B para inmigrantes cualificados. Trump ha cambiado su postura, pero sugiriendo que lo haría más difícil. Así que muchas de sus promesas de inmigración se ven complejas de ofrecer – más obvio haciendo que México pague por el muro fronterizo – que eso es una obviedad. El resultado para las empresas de tecnología son mayores costos y potencialmente una reducción del crecimiento, ya que se ven obligados a concentrarse en un pequeño grupo de ingenieros cualificados de Estados Unidos.
Podría, sin embargo, ser un gran premio de consolidación. Un día de fiesta fiscal para traer a casa las ganancias extranjeras podría haber pasado bajo Hillary Clinton, pero es más probable que sea más generoso y más fácil de cumplirlo en el control de Trump y los legisladores republicanos. No importa si hay un montón de dudas sobre la efectividad como un impulso a la economía en general.
La tasa a pagar en este dinero repatriado se puede regatear, pero se han propuesto niveles entre 5% al 15%, en comparación con un estándar de 35% de impuesto en US. Para el agrado de Apple, quen tiene $216 mil millones costa afuera, y Microsoft, que tiene $111 bn, cada punto porcentual importa y podría tener un efecto de material en la distribución a los inversores. Un sector tecnológico conmocionado y sus accionistas pueden esperar al menos algo de alegría después que asuma la presidencia Trump.
