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La vida sabática de André Brugiroux, el viajero «más importante del siglo XX» Turismo y Viajes

La vida sabática de André Brugiroux, el viajero «más importante del siglo XX»

Fue el invitado estelar del ciclo de Relatos Viajeros organizado hace algunos días por Faro Travel, oportunidad en la que hizo un repaso de sus vivencias y entregó detalles de su libro «La tierra es un solo país».


André Brugiroux ha dedicado su vida a algo que la mayoría de las personas sueña con realizar alguna vez: recorrer el mundo.  No es casual entonces que muchos lo consideren como «el viajero más importantes del siglo XX».

Este francés de 79 años de edad estuvo hace pocos días en Chile compartiendo parte de sus vivencias y anécdotas en el Ciclo de Relatos Viajeros organizado por Faro Travel, que congregó en los jardines del teatro Corpartes, en Las Condes, a varios otros amantes de la aventura y los viajes, como el actor Cristián Riquelme y su mujer, Claudia Quinzio, creadores del proyecto «Desde Alaska a la Antártica»; la pluma detrás del blog «La brújula», Pamela Martínez y Marcelo Ñuñoz, fundador de Evoluzion Travel.

A dedo desde la Tierra a la Luna

Cuando tomó la palabra, Brugiroux recordó que su sueño de viajar comenzó desde que era niño. Sin embargo, esa fantasía tuvo que ser postergada debido a la Segunda Guerra Mundial. Ya con 18 años, salió de su casa en París con dos dólares en el bolsillo.

«Cuando dejé a mi familia naturalmente que no le dije a mi padre ‘chao, chao yo vuelvo dentro de 18 años’. Nadie se puede imaginar eso», dijo riendo.

Sus aventuras son innumerables. Es así como vivió con una comunidad hippie en San Francisco en los 70’ y pasó una temporada con los ‘cortadores de cabezas’ en Borneo. Haciendo dedo  ha recorrido la distancia que existe entre la Tierra y la luna. Pero no siempre fue fácil. En una época sobrevivió con un dólar diario, que en esa época alcanzaba para comprar una bebida y dos hamburguesas pequeñas, o una cerveza y un paquete de cigarrillos.

Andre Brugiroux

Regresó a París a los 35 años enfermo, aquejado de una disenteria que lo dejó tan delgado que podía dar la vuelta a su cintura con los dedos. Lo puso furioso la frustración de no poder continuar su aventura.

Finalmente lo logró. Tras recuperarse dio inicio a la que considera la segunda etapa de su vida de viajero. Es así como cada año salía desde Francia por siete u ocho meses. Fue algo que hizo religiosamente hasta 2005.

«En mi vida no he hecho nada fuera de esto. He tomado una vida sabática», reflexionó. De hecho toda la experiencia adquirida lo llevó a escribir el libro titulado «La tierra es un solo país”.

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