La dieta mediterránea incluye el consumo de grandes cantidades de frutas, verduras, aceite de oliva, frijoles y cereales como trigo y el arroz, así como cantidades moderadas de pescado, productos lácteos y vino, y más limitadas de carne roja y aves de corral.
Con la edad las personas pierden células cerebrales y el cerebro se encoge, lo que puede afectar al aprendizaje y la memoria, pero quienes siguen la dieta mediterránea mantienen más volumen cerebral, según un estudio publicado hoy en la revista Neurology, de la Academia Americana de Neurología.
El trabajo, realizado por un equipo encabezado por la doctora Michelle Luciano, de la Universidad de Edimburgo, asegura que las personas mayores que siguieron una dieta mediterránea conservaron más volumen cerebral durante los tres años del estudio que aquellos que no la siguieron.
La dieta mediterránea incluye el consumo de grandes cantidades de frutas, verduras, aceite de oliva, frijoles y cereales como trigo y el arroz, así como cantidades moderadas de pescado, productos lácteos y vino, y más limitadas de carne roja y aves de corral.
«A medida que envejecemos, el cerebro se encoge y perdemos células cerebrales que pueden afectar el aprendizaje y la memoria (…) Este estudio agrega pruebas que sugieren que la dieta mediterránea tiene un impacto positivo en la salud del cerebro», aseguró en la publicación Michelle Luciano.
De ese grupo, 401 personas regresaron para una segunda resonancia magnética a los 76 años, lo que permitió comparar sus volúmenes cerebrales y establecer una relación con su dieta.
Las personas que no siguieron tan de cerca la dieta mediterránea fueron más propensos a tener una mayor pérdida de volumen total de cerebro durante esos tres años que las personas que siguieron la dieta más fielmente, según el estudio.
Asimismo, los resultados no variaron cuando se tuvieron en cuenta otros factores que podrían afectar el volumen cerebral, como la edad, educación, parecer diabetes o presión arterial alta.
«Es posible que otros componentes de la dieta mediterránea sean responsables de esta relación, o que se deba a todos sus componentes combinados», dijo Luciano.
El estudio «sugiere que la dieta puede ser capaz de proporcionar una protección a largo plazo para el cerebro (…). Pero se necesitan estudios más amplios para confirmar estos resultados», agregó.