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Las células capaces de «devolver el tiempo» que podrían ser la cura del Alzheimer o el Parkinson Ciencia y Salud

Las células capaces de «devolver el tiempo» que podrían ser la cura del Alzheimer o el Parkinson

Las células madre pluripotenciales inducidas, se pueden obtener de un organismo adulto, y ser reprogramadas para que cumplan una función específica. “Es posible cambiar su finalidad y transformarla en una neurona”, dice la investigadora Soledad Matus.


Utilizar células que, a futuro, puedan reemplazar tejidos dañados en el cerebro y otros órganos, con el objetivo de diseñar terapias para combatir enfermedades como Parkinson y Alzheimer, es una de las investigaciones que está realizando el equipo de científicos del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO).

La doctora Soledad Matus señala que las células madre pluripotenciales inducidas (las llamadas “IPSc” por sus siglas del inglés «Induced Pluripotent Stem cells) tienen un enorme potencial terapéutico, especialmente, en las patologías asociadas a la pérdida de la movilidad y memoria, las cuales tienen como mayor factor de riesgo el envejecimiento y se producen por la muerte de determinados tipos de neuronas.

Estas células, que provienen de un organismo o tejido adulto, son re-programadas logrando una condición similar a la embrionaria, es decir, regresan en el tiempo. Luego estas células son configuradas o inducidas para llegar a ser de otro tipo, una neuro, por ejemplo.

“Entonces, conceptualmente, sería posible extraer células de la piel, reprogramarlas y transformarlas, por ejemplo, en neuronas dopaminérgicas, que son aquellas que mueren en la enfermedad de Parkinson. Por lo tanto, existiría la opción de poblar el sistema nervioso central o el cerebro con estas células para recuperar aquellas capacidades que van disminuyendo por la pérdida neuronal», sostiene la investigadora.

Soledad Matus, investigadora del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo, y de la Fundación Biomédica Neurounion.

Explica que además, como provienen del propio individuo,  «no existe el riesgo que su organismo las rechace o que éstas reaccionen de forma negativa al entrar en interacción con otras partes del cuerpo. Esto se debe a que tienen el mismo tipo de genes que el receptor de las células, es decir el paciente. Por otra parte, estas células representan una nueva plataforma para poder obtener modelos de investigación que son muy fieles al ser humano y pueden servir para diseñar nuevas terapias”.

Las células “IPS” constituyen uno de los más trascendentales y recientes avances científicos en el ámbito de la genética, por las posibilidades terapéuticas que ofrecerían. Además, debido al debate ético que representa el uso de células embrionarias en los tratamientos clínicos, éstas son una alternativa, ya que provienen de individuos adultos.

Las nuevas células madre

Soledad Matus señala que antes se pensaba que solo las células embrionarias podían ser transformadas en un órgano o tejido definido. Sin embargo, hace casi 10 años atrás se demostró que células derivadas de un organismo o tejido adulto, como la piel o la sangre, pueden ser sometidas en el laboratorio a un protocolo de reprogramación generando células “IPS” que pueden a su vez ser inducidas a generar otro tipo de célula diferente del que proviene. “Esta reprogramación inicial permite que células de la piel de un adulto puedan comportarse como embrionarias”, explica la científica, quien además es investigadora de la Fundación Biomédica Neurounion.

Gracias a la capacidad de renovarse ilimitadamente, son consideradas un buen punto inicial para el tratamiento de casi cualquier patología, no obstante, es necesario realizar un exhaustivo seguimiento para analizar su comportamiento.

A través de la generación de células “IPS” provenientes de pacientes, se puede llegar a emular en el laboratorio el proceso patológico o degenerativo que afecta a ciertos grupos de células de una persona que padece una enfermedad y así comprender de qué forma se le puede sanar. En todo este proceso la investigación del comportamiento celular en laboratorio es imprescindible, es decir, conocer que las células generadas puedan imitar la conducta de las embrionarias.

“Es importante definir qué tipo de célula es la que se obtiene después de que se le dio la orden o instrucción de generar una neurona. Hay que conocer y estudiar si realmente se comporta como una neurona. En los laboratorios ya se han generado las células neuronales a partir de “IPS” y actualmente se está estudiando a cabalidad el comportamiento de ellas para poder a futuro transportar este conocimiento a una terapia real y masiva”, añade la doctora Matus.

Tanto las células embrionarias y las “IPS”, son capaces de multiplicarse indefinidamente dependiendo de las necesidades del organismo del que formen parte.
Tratamiento para el Parkinson

La Dra. Xianmin Zheng, investigadora internacional de GERO y académica del Buck Institute de E.E.U.U., está trabajando en una terapia destinada al Parkinson. “Al extraer las células de la piel de un paciente es posible regresar a la juventud esas células y llegar a la primera información que tenían. Si es que hay alguna alteración genética de estas células que provienen del paciente, es posible reparar esa falla y así sanar enfermedades como el Parkinson. Ya se hizo un experimento en que se sacó información de la retina a una mujer ciega y ésta pudo recuperar su vista”, comenta la académica.

Xianmin Zeng está purificando sus preparaciones de células nerviosas para mejorar su seguridad como posibles tratamientos en seres humanos, las cuales podrían utilizarse en ensayos para el desarrollo de potenciales nuevos fármacos e investigación básica que permita facilitar el conocimiento sobre los mecanismos de la enfermedad. En definitiva, “un tratamiento de células madre para la enfermedad de Parkinson listo para ensayos clínicos”.

Mejorar la expectativa de vida saludable

El Dr. Claudio Hetz, investigador asociado a GERO, señala que en 2050 aproximadamente el 20% de la población mundial superará los 65 años. Mientras que en Chile los mayores de 60 alcanzarán el 23,5%, transformándonos en el país con más cantidad de adultos mayores del continente.

“Estamos envejeciendo a pasos acelerados, mucho más rápido que E.E.U.U. y esto va a traer como consecuencia que la población se llene de adultos mayores, que tienen propensión de sufrir enfermedades al cerebro”.

Agrega que el desarrollo de la gerociencia y la biomedicina son áreas prioritarias de investigación, que buscan entender cómo el envejecimiento favorece la aparición de enfermedades y desarrollar intervenciones que puedan extender la vida en buenas condiciones de salud.

El académico explica que es necesario intervenir antes que ese grupo etario desarrolle enfermedades, con la finalidad de disminuir la carga económica de los sistemas de salud. “Es necesario aumentar nuestra expectativa de vida saludable. Lo que estamos haciendo en este momento es darle medicamentos a los enfermos y mantenerlos así por más tiempo, con leves mejoras, pero con una vida de muy mala calidad. Y estas células pueden transformarse en un tratamiento efectivo en un futuro cercano, no solo para combatir el Parkinson, sino cualquier tipo de enfermedades neurodegenerativas”.

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