El diputado de la Democracia Cristiana (DC), Gabriel Ascencio, criticó duramente la forma en que «se pasó por sobre la institucionalidad» y cómo tomó resolución el Presidente Sebastián Piñera respecto a la reubicación de la termoeléctrica de Barrancones, acusando un «tráfico de influencias».
Según Ascencio, el Mandatario habría pasado por sobre los funcionarios que aprobaron el proyecto energético, posicionándolos en una condición de «marionetas» en uso del «poder político y económico».
«Piñera ha dejado en ridículo a todos los funcionarios recién nombrados por él (…) a quienes había dado instrucciones para aprobar el proyecto. Esos funcionarios ahora saben que su opinión no importa y que sólo son marionetas de los intereses del Presidente (…) la verdadera razón del cambio de actitud del Presidente responde al más descarado tráfico de influencias que muestra cómo se usa el poder político y económico», sostuvo Ascencio.
El parlamentario DC criticó el hecho de que, según trascendió en la prensa, el Mandatario cambiara la ubicación de la termoeléctrica Barrancones luego de la «petición» de «un amigo del Presidente, el empresario Juan Claro, quien por supuesto al margen de toda institucionalidad, gestiona con la empresa trasnacional Suez Energy un acuerdo privado con el Mandatario para no construir la central o moverla unos kilómetros».
«La opinión que importa y que surte efectos es la de un llamado por teléfono de un empresario influyente y preocupado que no le ensucien el entorno de su lugar de descanso», sentenció Ascencio.
En este sentido, el parlamentario DC expresó su alegría por la medida de reubicar la empresa energética, pero hizo hincapié en que finalmente se está «prescindiendo de la opinión ciudadana».
«Qué ingenuidad de todos pensando en el poder de las redes sociales o la manifestación ciudadana», finalizó.
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