Ante el proyecto de ley que está preparando el ejecutivo sobre posnatal, la investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo (LyD), Rosita Camhi, enfatizó que lo primero es conocer claramente cuál es la propuesta final que se presentará al Congreso, ya que aquí se está abordando un solo punto, que es la extensión del postnatal.
De acuerdo a la postura que LyD ha tenido desde el inicio de esta discusión, son tres los puntos relevantes que hay que tener en cuenta: la extensión y flexibilización de la licencia maternal hasta 6 meses que, como los expertos señalan, es beneficioso tanto para el niño como para la madre, pero también debe considerarse el tema del posible costo que esto puede tener en términos de contratación de mujeres.
Según Camhi, la medida anterior «no puede ir desligada de una racionalización en el uso de las licencias por enfermedad grave del hijo menor de un año, que hoy día son en promedio de casi 3 meses luego de la finalización del postnatal y la reformulación del beneficio ligado al cuidado del menor (sala cuna) y el fuero maternal.
«Siempre es beneficioso que existan mayores grados de libertad para que hombres y mujeres puedan negociar con sus empleadores los beneficios, ya sea a través del uso de jornadas parciales, paso del pre al postnatal y la renunciabilidad del beneficio, puertas que en el proyecto que será enviado no deberían cerrarse», asegura la experta.
Por otra parte, asegura que es importante considerar cómo se va a abordar el tema de las mujeres que trabajan de forma independiente, ya que a contar de 2012 ellas tendrán la obligación de cotizar.
En cuanto a los costos económicos que la extensión del posnatal a 6 meses podría traer, se estima que éste sería de US$ 190 millones, aunque podría haber algún ahorro en términos de una reducción parcial en el uso abusivo de licencias médicas por enfermedad del hijo menor de un año.
Otro punto importante a tener en cuenta es que cualquier aumento en estos beneficios, indudablemente tiene un costo en términos de la contratación de las mujeres. «La sociedad debe sopesar este costo que afecta a la mujer trabajadora con los beneficios asociados a la maternidad», apuntó.
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