El Partido Progresista (PRO) criticó a la PSU como principal instrumento de selección universitaria, manifestando que este sistema reproduce la segregación existente en el modelo escolar chileno, siendo altamente perjudicial para los estudiantes provenientes de niveles socioeconómicos más bajos.
Al lanzar una propuesta alternativa de acceso a la universidad, el PRO dijo que lo anterior se fundamenta, en que estudios sobre los resultados de la PSU, muestran que las variables endógenas al individuo, es decir, las que él no puede controlar, aportan una parte importante del puntaje final. Así, por ejemplo, la escolaridad de los padres aporta un peso importante en el puntaje final de la PSU, según sostuvo la tienda.
El presidente de la colectividad, Marco Enríquez–Ominami, expresó que «nosotros entendemos la educación como motor de la movilidad social, por ello, se torna necesario plantear un cambio en el sistema de acceso a la universidad, ya que con las características actuales, este ha mostrado ser un reflejo más de la segregación de nuestra sociedad, perjudicando fuertemente a los estudiantes provenientes de niveles socioeconómicos más bajos».
A juicio de la colectividad, el proceso de admisión 2012 continuó reflejando las brechas de puntaje existentes entre los niveles socioeconómicos más bajos y los más altos, situación que ha sido persistente en el tiempo y no ha variado con las distintas aplicaciones de este instrumento de evaluación, de acuerdo a lo manifestado por el Partido Progresista.
Estas brechas -sostuvo el PRO-, contrario a lo que muchos han querido mostrar como realidad, no tienen como principal determinante la calidad de los establecimientos municipales, sino a variables socioeconómicas y demográficas inherentes al estudiante, como la escolaridad de los padres, el sexo de la persona y la región de procedencia.
Entre las propuestas alternativas de acceso a la universidad que entregó el Partido Progresista se contempla:
Generar una vía alternativa de acceso para universidades estatales y privadas que reciban financiamiento del Estado, y que contempla que estudiantes de establecimientos de mayor vulnerabilidad asistan, durante sus últimos dos años de educación escolar, a un sistema de bachillerato complementario a su formación escolar.
Según el proyecto el acceso a la universidad, se determinará por el resultado académico en el bachillerato, además de las notas de enseñanza media obtenidas por el estudiante. Al menos el 5% de la matrícula de cada institución debe ser originada por esta vía de acceso.
Según la colectividad, se debe aumentar la ponderación del puntaje de las notas de enseñanza media a, mínimo, el 40% del puntaje final del estudiante.
También propone cambiar el cálculo del promedio de notas de enseñanza media a un sistema más complejo, pero que refleje mejor el rendimiento académico del estudiante. Así, se generará un puntaje final construido por «el promedio ponderado de las notas de enseñanza media, en el cual las notas de primero medio ponderarán un 10% del promedio total, las de segundo medio un 20%, las de tercero medio un 30%, y las de cuarto medio un 40%», según propuso la tienda.
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