El jefe de la bancada de diputados de la Democracia Cristiana (DC) Ricardo Rincón, criticó la estrategia del Ministerio de Obras Públicas de incluir en las bases para la licitación del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez una nueva forma de distribuir los ingresos que capta la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) por concepto tasa de embarque.
«La idea que pretende incluir el MOP en las bases que desarrolla, de pasar al menos una proporción de los recursos recaudados por concepto de tasa de embarque al nuevo y futuro concesionario, sólo afectaría la seguridad de los aeropuertos y a aquellos aeropuertos más pequeños del país, que no son autofinanciables y dependen de los recursos que la DGAC destina para ellos», expuso el legislador de oposición.
A juicio del diputado DC, uno de los principales problemas que enfrenta al Ministerio de Obras Públicas (MOP), la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), la Dirección de Presupuestos (Dipres) y las aerolíneas, en la relicitación del aeropuerto para el 2015, es el cambio en el modelo de negocios y, en particular, la forma de distribuir los ingresos que hoy capta la DGAC por concepto tasa de embarque, cobro por pasaje que actualmente para vuelos internacionales está en US$30.
Lo anterior, explicó Rincón, «pues una de las labores primordiales de la DGAC es la seguridad aeroportuaria, y la tasa de embarque es su principal fuente de ingresos: representa el 70% de los recursos que el organismo recauda. En 2012 sumaron $92.837 millones».
Rincón señaló que «la DGAC es un ejemplo a nivel mundial, un verdadero modelo de autoridad aeronáutica, que presta diversos servicios fundamentales en los aeropuertos del país relacionados con seguridad aeroportuaria, salvamento de pasajeros y extinción de incendios, y servicios de navegación aérea, que dirigen y organizan el tráfico aéreo en cielo y tierra, por lo que no veo la necesidad que plantea el MOP de cambiar el modelo de financiamiento de este organismo, más allá de una soterrada intención de beneficiar a los futuros concesionarios».
Finalmente, el parlamentario planteó que «el único aeropuerto que se autofinancia es el de Santiago, todo el resto recibe un ‘subsidio’ de parte de la DGAC, por ende recortarle los recursos significa no sólo disminuir los recursos de los aeropuertos concesionados más pequeños de nuestro país, sino también la plata para cubrir los gastos operacionales como la iluminación de pistas para que aterricen los aviones, el corte del pasto aledaño y la pintura de las pistas, la torre de control, los carros electrógenos, entre otros ítems imprescindible en estos recintos, y que hoy son financiados por la DGAC, precisamente con los ingresos que genera la tasa de embarque, y que el MOP pretende entregar a los concesionarios».
