Preocupados por las continuas alzas del petróleo en estas últimas semanas y esperando los cambios que introducirán las nuevas autoridades están los empresarios de buses rurales, interurbanos e internacionales agrupados en Fenabus, frente al impacto que ello ha generado en sus costos operacionales.
El presidente de la entidad, Marcos Carter, hizo presente que «no se debe olvidar que el 80% del gremio está conformado por medianas y pequeñas empresas, las que, además de asumir estas alzas, deben pagar doble impuesto, específico y peajes, más permisos de circulación, revisiones técnicas, etc».
Para Carter «la labor reguladora del Estado frente a estos impactos que se generan desde el exterior debe ser más activa, dado que mecanismos como el SIPCO y el antiguo FEPCO no han funcionado ni para quienes consumimos diesel, ni para los particulares que necesitan bencinas en sus diferentes octanajes para sus vehículos».
«Esta situación está haciendo crisis, por lo que el Gobierno debe avocarse, seria y decididamente, por una parte, a crear mecanismos niveladores realmente eficaces y capaces de proteger a los operadores del transporte de los precios de los combustibles que ingresan al país con alzas exorbitantes y, por otra, a reformular lo relativo al impuesto específico eliminando la discriminación que hoy existe y reduciendo significativamente o anulando el costo asociado de este gravamen al precio del petróleo. Estamos convencidos de la justicia de nuestras peticiones toda vez que nuestro sector cumple un importante rol social y, en definitiva, se trata de una situación afecta a toda la ciudadanía», sostuvo Carter.
«Con el aumento de $10, anunciado para este jueves, sumamos $44 de alza. Esta cifra es mayor que toda el alza acumulada del año 2013 que llegó a $40. Nótese que recién estamos en la primera semana de marzo!», añadió el dirigente gremial.
El escenario internacional y los vaivenes en el mercado cambiario, han desatado las últimas alzas en los combustibles en el país y, según expertos, seguirán en su escalada alcista hasta mediados de año.
Lo anterior genera la preocupación de los empresarios, quienes señalan que «las empresas no podrán enfrentar alzas permanentes, lo que puede producir disminución en los servicios y un impacto negativo en la empleabilidad, porque en temporada baja la tarifa se va a ofertas que no solventan el negocio», dijo Carter.
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