La Coordinadora de comunidades mapuche en conflicto Arauco-Malleco (CAM) emitió una declaración en la que aseguran que el informante de Carabineros Raúl Castro Antipan «nunca tuvo la categoría de militante» de su organización.
En el juicio contra Luis Marileo y Patricio Queipul por el caso «peaje de Quino» de 2009, en el que ambos fueron juzgados bajo la Ley Antiterrorista pese a ser menores de 18 años, Castro Antipán confesó, en calidad de testigo protegido de la Fiscalía, su participación en atentados incendiarios en La Araucanía y su labor como infiltrado de la inteligencia policial para recabar información sobre el proceder de la CAM.
Ante una entrevista concedida por el informante al programa televisivo Mentiras Verdaderas de La Red, la organización aseguró que los planteamientos de Raúl Castro Antipan, respecto a preparación en guerrilla de los líderes de la CAM en Colombia, con apoyo de las FARC y en Perú, respaldados por Sendero Luminoso, correspondieron a «relatos llevados al límite de la razón».
«Las declaraciones de Castro Antipan son parte de una estrategia mayor de los servicios de inteligencia y el Estado chileno: La criminalización de nuestro justo derecho por autonomía y territorio como Nación oprimida y en particular la deslegitimación de nuestra organización y propuesta política», plantearon.
La organización que lidera Héctor Llaitul sostuvo que Castro Antipan, «efectivamente fue un infiltrado, pero solo logro dañar una red de apoyo y un par de comunidades en resistencia. Nunca tuvo la categoría de militante de la CAM, por lo que su accionar no repercutió en otras zonas, ni en estructuras internas».
«Debemos enfatizar que su discurso es parte de los mismos discurso recalcitrante de los defensores del libre mercado, que por años han intentado instalar en el imaginario de la sociedad chilena y mapuche. Transformar la resistencia de nuestra Nación en una acción criminal, abusando de adjetivos y relatos llevados al límite de la razón. Castro Antipan es una caja de resonancia de un discurso aprendido y que son parte de una nueva ofensiva comunicacional», aseguraron.
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