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Crece la desconfianza sobre la inflación argentina y bonistas pierden US$6.800 millones


La diferencia entre el índice oficial de inflación de Argentina y el que calculan los economistas privados se está agrandando este año, lo que permite al gobierno incrementar el ahorro en el pago de la deuda local a expensas de los bonistas.

Los bonos argentinos denominados en pesos, que pagan más en capital e intereses conforme suben los precios, cayeron un promedio de 13,4 por ciento este año, según Barclays Plc. En el mismo período, títulos similares emitidos por Brasil y México rindieron por lo menos 14,5 por ciento. El índice oficial de inflación de 10,6 por ciento, menos de la mitad de los cálculos privados, ha permitido a Argentina ahorrar unos US$6.800 millones desde 2007, según la firma de investigación de Buenos Aires ACM Consultores.

La exactitud del índice de inflación de Argentina ha sido cuestionada por el Fondo Monetario Internacional, que amenazó con censurar al país sudamericano por la presunta manipulación de los datos. Los legisladores de la oposición, que empezaron a dar a conocer un informe no oficial de inflación elaborado por investigadores en mayo del año pasado luego de que el gobierno multara y amenazara a las firmas que daban pronósticos independientes, dicen que el costo de vida aumentó 25 por ciento en noviembre, el ritmo más veloz desde mayo de 2011.

“Este es el relato falso del gobierno sobre la realidad con el fin de ocultar la inflación real para evitar pagar a los tenedores de esos bonos el monto que deberían cobrar”, dijo Carlos Brown, legislador que colabora en la difusión de los datos no oficiales, en una entrevista en Buenos Aires. “Esto en última instancia afecta la credibilidad de todos los argentinos”.

Ninguna irregularidad

La presidente Cristina Fernández de Kirchner niega cualquier irregularidad aun cuando las cifras oficiales del gobierno hayan sido cuestionadas por el FMI, los economistas y los políticos desde 2007, cuando su fallecido esposo y ex presidente Néstor Kirchner reemplazó a la cúpula del instituto de estadística, conocido como Indec. Desde entonces, Argentina informa un inflación promedio de 8,8 por ciento anual, frente a una estimación de los economistas de 23 por ciento.

La brecha entre los dos índices se amplió de 12,9 puntos porcentuales en enero a 14,4 en noviembre. Utilizando la cifra no oficial, Argentina ahora tiene el segundo índice de inflación más alto de las 103 economías que sigue Bloomberg después de Bielorrusia.

“Si la inflación fuera del 25 por ciento, el país estallaría”, dijo Fernández en un discurso en la Universidad de Georgetown el 26 de septiembre. “Los partidos de la oposición han tomado la inflación como un tema político, no económico”.

La inflación podría acelerarse a 27 por ciento el año que viene, señaló el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, que ocupó ese cargo entre 2002 y 2005 y estuvo a cargo de la primera reestructuración de deuda del país tras un impago récord de US$95.000 millones en 2001.

“No hay medidas para frenar la inflación”, agregó Lavagna en una entrevista en su oficina de Buenos Aires. “El gobierno vació por completo el Indec en 2007”. El título en inglés: ‘Inflation Disbelief Grows as $6.8 Billion Lost: Argentina Credit’.

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