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Guerra de divisas se torna «guerra» de estímulos y Brasil se rinde


La guerra cambiaria declarada por el ministro de Finanzas brasileño Guido Mantega está resultando más una batalla por salvar el crecimiento económico que una espiral de devaluaciones competitivas.

En tanto el yen y la libra se desploman ante la perspectiva de que los bancos centrales intensifiquen el estímulo y el won de Corea del Sur y el peso de Chile se fortalecen, la volatilidad del mercado de divisas se halla por debajo de su promedio de la década anterior y las acciones globales subieron US$2,15 billones desde el inicio de 2013. Los diseñadores de las políticas redujeron la intervención en los últimos 12 meses conforme las reservas extranjeras crecieron en su nivel más bajo en cuatro años, muestran datos reunidos por Bloomberg.

Incluso Mantega, que utilizó la terminología de guerra en 2010 para criticar a los países industrializados por las políticas que debilitaban sus tipos de cambio, dice que está abandonando los esfuerzos por hacer bajar el real. Ben S. Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, y otros diseñadores de políticas, señalaron la semana pasada que las monedas son un corolario, no una piedra angular, de las políticas para impulsar el crecimiento desde niveles inaceptablemente bajos, allanando el camino a lo que Morgan Stanley denomina una tercera ronda de “Gran Flexibilización Monetaria”.

“Los bancos centrales quemarán sus últimos cartuchos para reactivar el crecimiento y estimular la inflación porque la alternativa a esto es la deflación”, dijo en una entrevista telefónica el 27 de febrero Neil Williams, responsable de investigación económica en Hermes Fund Managers de Londres, que tiene bajo su control unos US$42.000 millones. “Los países que en general aflojaron sus políticas han tenido las monedas más débiles. No es un intento evidente de superar a otros, es simplemente que todos los países tratan de hacer lo mismo al mismo tiempo”.

Más estímulo

En momentos en que los bancos centrales de Japón, el Reino Unido y la eurozona mantienen reuniones sobre la política esta semana, la demanda de más estímulo está creciendo. Capital Economics Ltd. calcula que el Grupo de Siete grandes economías se contrajo en promedio durante el último trimestre por primera vez desde comienzos de 2009. El Fondo Monetario Internacional predice que el crecimiento en los países avanzados este año será de 1,4 por ciento, la mitad del promedio desde 1994 hasta 2003.

El premio Nobel de economía Paul Krugman considera que la guerra cambiaria es un “concepto erróneo” y dice que la expansión monetaria se alinea con los mandatos de los bancos centrales y debería redundar en beneficio del crecimiento global.

“No es una guerra de divisas”, dijo el profesor de economía de la Universidad de Princeton en “Bloomberg Surveillance” con Tom Keene y Sara Eisen el 15 de febrero. “Esto es política monetaria”.

Al mismo tiempo, un número cada vez mayor de dirigentes políticos teme que los bancos centrales y los gobiernos repitan políticas de los años 1930, cuando los países devaluaron para tener crecimiento por medio de las exportaciones, lo cual obligó a los socios comerciales a igualar las caídas y disparó los aranceles aduaneros que contribuyeron a la Gran Depresión.

“No estamos en una guerra de divisas”, dijo el presidente de la Fed a la Comisión Bancaria del Senado el 26 de febrero. “Nuestras políticas monetarias, que están siendo replicadas en otros países industrializados, están aumentando la demanda a nivel global y ayudando no sólo a nuestras empresas, sino también a las empresas de otros países que nos exportan a nosotros”.

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