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Ahorrantes argentinos golpeados por inflación sueñan con «bitcoins»


Imposibilitados de comprar dólares y ante la inflación más rápida del hemisferio occidental, algunos ahorristas argentinos buscan refugio en el bitcoin como vía de resguardar valor a pesar del derrumbe de la moneda virtual.

TradeHill Inc., el cambio de bitcoins de San Francisco, planea inaugurar su primera oficina latinoamericana en Argentina luego de que la demanda experimentara el mayor aumento en la región, dijo el fundador, Jered Kenna, en una entrevista del 12 de abril. Rodolfo Andragnes, un agente para compradores y vendedores de bitcoins que organiza reuniones bimensuales para entusiastas en Buenos Aires, dice que si bien las operaciones locales de la moneda no regulada equivalen a menos del 0,1 por ciento de los casi US$1.000 millones de las transacciones cambiarias semanales del país, han aumentado a más del doble desde febrero.

Los argentinos tratan de preservar el valor de sus ahorros por todo tipo de vías, desde bitcoins hasta bienes raíces, para sortear las restricciones de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la compra de dólares, en momentos en que se pronostica que el peso será la moneda que más se debilitará en el mundo este año y en que los bonos en moneda local tienen los peores retornos de América Latina. Si bien el precio de los bitcoins, que había alcanzado un récord de US$234, cayó la última semana a US$79 y llevó al cambio Mt. Gox a detener las operaciones el 11 de abril, la sextuplicación de este año atrae a los argentinos, cuyos ahorros se han visto diezmados por una inflación que crece a un ritmo de 25 por ciento anual.

“Algunos argentinos están dispuestos a hacer inversiones muy arriesgadas y apuestan a algo que parece casi una estafa piramidal de Ponzi porque consideran que las opciones locales son aun más peligrosas”, dijo Claudio Loser, un ex director del Fondo Monetario Internacional que en la actualidad dirige la compañía de análisis Centennial Group Latin America, en entrevista telefónica desde Washington. “No encuentran una forma más fácil de ahorrar”.

Controles cambiarios

El bitcoin es una moneda virtual que creó hace cuatro años una persona o un grupo con el nombre de Satoshi Nakamoto y que no tiene una autoridad central a cargo de la masa monetaria, una cámara de compensaciones central ni instituciones financieras que participen en las transacciones porque los usuarios desempeñan por sí mismos todas esas tareas.

La cantidad crece mediante computadoras que resuelven complejos problemas criptográficos para verificar las transacciones. A medida que se crean más bitcoins, los problemas se hacen más difíciles.

Hay más de 11 millones de bitcoins. El software que gobierna la red no permitirá que se creen más de 21 millones.

En un intento por detener la huida de capitales, Fernández prohibió en julio que los argentinos compraran dólares excepto para viajar, y el organismo impositivo del país debe aprobar toda compra de moneda extranjera. El 18 de marzo el gobierno aumentó a 20 por ciento el impuesto a las compras en el exterior con tarjetas de débito y crédito.

Los bitcoins son más atractivos para los argentinos que para los demás habitantes de la región porque ofrecen una forma de transferir dinero fuera de Argentina y obtener moneda extranjera en el exterior, según Kenna, de TradeHill.

“Es posible que la demanda argentina de bitcoins sea la mayor de América Latina”, dijo en entrevista telefónica desde San Francisco. “Proporciona una forma de sacar dinero del país y evitar los controles de capital”.

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