Sin saco, Isaiah Kacyvenski se puso de pie entre la multitud que festejaba en el MetLife Stadium de Nueva Jersey y lloró.
Kacyvenski, jugó como apoyador para los Seahawks la última vez que el equipo de la Liga Nacional de Fútbol de Paul Allen llegó al Super Bowl. Ahora es egresado de Harvard y ejecutivo de biotecnología, y abrazó a su hijo, se enjugó las lágrimas de alegría y proclamó un gran éxito el intento del área metropolitana de Nueva York de ser sede del evento deportivo invernal al aire libre más importante de los Estados Unidos.
“No se podía obviar un Super Bowl en la ciudad de Nueva York. Lo entiendo”, dijo, mientras los jugadores de su ex equipo recorrían el campo celebrando su victoria por 43 a 8 en el campeonato sobre los Denver Broncos de Peyton Manning. “En mi opinión, toda la semana fue un gran éxito. Estuvo muy bien organizada. La ciudad tiene la capacidad de abordar algo como esto sin pestañear”.
Fue un campeonato histórico que demostró que el título de la NFL y la semana anterior de festejos empresarios podían realizarse sin latitudes sureñas ni control climático. Con el respaldo de US$70 millones de firmas como Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase Co., el Super Bowl de la zona de Nueva York superó problemas de transporte, un tiempo gélido, arrestos por prostitución y amenazas de terrorismo, para alcanzar su culminación en la victoria de los Seahawks frente a la ofensiva de pases más prolífica de la historia de la NFL.
‘Habrá más’
Allen celebró con el Trofeo Vince Lombardi y luego alternó con los jugadores en el vestuario, donde señaló que el partido exitoso y la inusual temperatura templada -9 grados centígrados (-49 grados Fahrenheit) garantizaban que este no iba a ser el último Super Bowl al aire libre en temporada fría.
“Estoy seguro de que habrá más, si bien no estuvo tan frío como se pensaba”, dijo Allen después del partido. “Si hubiera nevado todo el tiempo, las cosas podrían haber sido diferentes.
Allen y otros votaron en mayo de 2010 a favor de que el evento se realizara en el área metropolitana de Nueva York, y se trató de la primera vez que la liga organizaba su competencia más popular en un lugar de clima frío. Fue una decisión que el propietario de los Jets, Woody Johnson, calificó la semana pasada de una oportunidad de “romper el hielo” que abría el evento a ciudades como Filadelfia o Chicago. Uno de los propietarios de los Giants, JonathanTisch, que también presiden la junta de Lowes Corp., dijo que quería que el Super Bowl se llevara a cabo en la zona de NuevaYork cada 10 años.
Fue un plan ambicioso destinado a promover la región, y Wall Street apoyó el esfuerzo, dado que aportó más de la tercera parte de los auspiciantes.
