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Mujeres que eligen no ser madres: tres historias que explican que ser mujer no es sinónimo de ser mamá Día de la Madre

Mujeres que eligen no ser madres: tres historias que explican que ser mujer no es sinónimo de ser mamá

Histórica y socialmente, siempre se ha relacionado el ser mujer con tener hijos, es decir, con ser mamás. Pero la verdad es que ser mujer no es sinónimo de ser madre. Hay cientos que no lo son, ya sea por elección propia, condiciones sociales o, incluso, por salud y esto no las vuelve menos mujeres ni egoístas.


No soy madre: por salud

A Cynthia (32) jamás le pareció la idea de ser madre cuando era más joven. Los niños nunca le han gustado mucho y, proyectarse con uno propio en ese momento no estaba dentro de sus posibilidades. Además de eso, no quiso tener niños porque deseaba terminar tranquilamente sus estudios en gastronomía, egresar y viajar a otros lugares para seguir perfeccionándose, por lo que ser madre no calzaba con el estilo de vida que quería seguir.

Después de estudiar y viajar, quería reunir dinero para comprarse una casa y una vez estable, evaluar si tener hijos o no. Ese momento no llegó. Un año después de haber egresado, comenzó a sentir dolores con los que no podía mantenerse en pie. Tuvo que ser hospitalizada. El diagnóstico fue lupus, una enfermedad autoinmune que puede atacar tejidos sanos y órganos vitales. A raíz de esto, Cynthia tuvo una trombosis en la vena renal que la mantuvo meses delicada.

“Pensé que con medicamentos y controles estaría todo bien, pero no fue así. Mis sueños se esfumaron”, sostiene la chef. Cuando salió del hospital, su madre sufrió un accidente vascular, por lo que Cynthia decidió hacerse cargo del cuidado diario que mantiene hasta hoy.

Después de todo lo que le ocurrió, su enfermedad y la de su madre, Cynthia se abrió a la posibilidad de tener un hijo, pero no todo resultó como esperaba: “Cuando pensé que había llegado el momento de ser madre, los médicos me dijeron que era peligroso”. En el momento en que estuvo hospitalizada, Cynthia perdió parte de un riñón y un posible embarazo podría hacerla perder un riñón, otro órgano o, incluso, provocarle la muerte.

Respecto a las reacciones que tiene la gente cuando Cynthia comenta que lo mejor para su salud es no ser madre, muchas veces son de lástima: “Oh, qué triste, pobrecita, tan joven”, son frases que debe escuchar, pero que prefiere no tomar en cuenta. Por otro lado, Cynthia cuenta que su pareja, con la que mantiene una relación de varios años, ha sido fundamental para aceptar su situación y es un pilar dentro de su vida.

 No soy madre: por decisión propia

Aunque Alejandra (54) desde su niñez se imaginó siendo madre, la vida la hizo cambiar de parecer cuando a los 27 años su pareja murió. Él sufrió un accidente en automóvil, en el que perdió la vida automáticamente al chocar contra un camión.

Luego de esto, Alejandra replanteó sus deseos y decidió que no quería ser madre. No fue un proceso fácil. La muerte de su pareja le provocó una depresión en la que estuvo sumida por al menos dos años y la que aprovechó para evaluar todo lo que en ese entonces creía seguro, como tener hijos. Ahí fue cuando se dio cuenta que no quería postergar su vida para criar niños.

“En ese entonces, cuando se lo comentaba a la gente, todos me decían ‘¿cómo? Si ser mamá es natural, es parte de ser mujer’ y yo les decía que no, que no querer hijos no me hacía menos mujer”, recuerda Alejandra. Aunque reconoce que al principio le costó contárselo a sus cercanos porque temía ese tipo de comentarios, con el tiempo se volvió indiferente a las malas reacciones.

Alejandra comenta que se acostumbró a que mucha gente pensara que su idea era descabellada y que eso volvió su decisión en una bandera de lucha. “Después de un tiempo prácticamente lo gritaba a los cuatro vientos para discutir con esos que me decían que era egoísta por no querer ser mamá”, afirma.

Ahora, luego de dos décadas desde que Alejandra decidió no ser madre, cuenta que no se arrepiente en absoluto. Reconoce que cuando estuvo en pareja, su decisión le generó conflictos más de una vez, pero que es algo por lo que volvería a pasar si es que fuese necesario.

No soy madre: por circunstancias socioeconómicas

Carmen (62) de profesión contadora, es la penúltima hija dentro de una familia de ocho hermanos, por lo que siempre estuvo en contacto con niños, ya que sus hermanos mayores tuvieron hijos con los que Carmen incluso vivió durante algunos años.

Siempre le gustaron los niños y, entre sus planes, estaba ser madre. Creció pensando en que formar su propia familia incluía el hecho de tener hijos. Pero las cosas se dieron distinto: a pesar de que Carmen tuvo más de una pareja, nunca se estableció definitivamente con una. Lo que para ella, era una condición para poder ser mamá.

Con el paso de los años, Carmen se dio cuenta que su edad fértil estaba próxima a terminar y se planteó la posibilidad de ser madre soltera. Desechó la idea, puesto que consideraba que no tenía las condiciones materiales para poder criar a un hijo sola. Ya trabaja 45 horas semanales, pero su sueldo apenas le alcanzaba para poder mantener una vida sin grandes lujos.

“En este minuto no me arrepiento de mi decisión, pero sí hubo épocas en que me dolía no haber sido madre”, comenta Carmen y explica que consideró más justo para ella y para un potencial hijo, no ser madre antes que darles una vida sin poder cubrir todas sus necesidades o trabajando cientos de horas extras y dejándolos solos en casa.

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