Dramático caso
Tras una larga batalla judicial que los padres decidieron abandonar en bien de su hijo, el menor finalmente falleció, informaron medios británicos.
Charlie Gard, el pequeño de 11 meses que sufría una rara enfermedad y cuyo caso dio la vuelta al mundo luego de que la Justicia ordenara desconectarlo contra la voluntad de sus padres, falleció este viernes, según confirmaron los progenitores a medios locales.
«Nuestro bello y pequeño niño se ha marchado. Estamos muy orgullosos de él», señalaron los padres en un comunicado que publicó The Guardian.
«Nuestro pequeño se ha ido», expresó a Daily Mail Connie Yates, madre del bebé.
El caso del bebé, que debía cumplir un año en el próximo viernes, cambió este lunes cuando sus padres decidieron poner fin a su batalla legal tras abandonar la opción de llevarlo a EE.UU. para un tratamiento experimental. El hospital siempre negó que dicha terapia pudiera tener algún efecto en la salud del bebé.
El menor sufría de síndrome de agotamiento mitocondrial, una enfermedad genética rara que le provocó daño cerebral y le impedía respirar por sí mismo. Por eso Charlie presentaba una condición crítica de salud, debido a la progresiva atrofia muscular que le afectaba. El niño estaba inmóvil, no veía, ni oía, tragaba o lloraba. Además, respiraba con ayuda de un ventilador mecánico y era alimentado por sonda.
Tras la decisión de dejar la batalla legal, los padres pidieron un «último deseo»: poder pasar los últimos momentos junto a su hijo en casa. Sin embargo, el jueves el juez dictaminó que Charlie debía ser trasladado a un centro de cuidados paliativos, siguiendo las indicaciones de los profesionales médicos, que veían muy complicado el traslado. Los papás del bebé accedieron el jueves a la petición del hospital londinense de llevarlo a un centro para enfermos terminales donde debía ser desconectado.
