¿Primera Dama?
Su primera aparición pública fue hace cinco años, aunque el régimen es hermético en cuanto a la información de la mujer más importante de Corea del Norte.
Si bien solo se conocen algunos datos biográficos de Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte se ha convertido en el terror de Occidente, su imagen y distintas fotografías han recorrido el mundo. Sin embargo, lo opuesto ocurre con su esposa Ri Sol-Ju, de quien solo se conocen pocas fotos, siempre en compañía de su marido.
La mujer que recién en el 2012 fue identificada como la esposa del líder norcoreano, ha despertado un gran interés a nivel internacional porque se sabe muy poco de ella. Los medios del régimen no hablan de ella y en las apariciones públicas, apenas la nombran y se refieren a ella como la «camarada Ri Sol-Ju».De hecho, ella no aparece en público muy a menudo: la agencia surcoreana Yonhap News hizo una estimación de que durante la Primera Dama había sido vista en 18 ocasiones junto a su esposo a lo largo de 2012, 22 en el 2013 y 15 durante el 2014.
Eso sí, cuando se ha dejado ver y fotografiar, siempre aparece con un sonrisa cortés y luciendo vestidos de colores claros y pastel, a veces de costosas marcas que están lejos de la austeridad que se vive en el país. En su primera aparición en público, llevó una cartera de Dior de 1.300 euros (poco menos de 1 millon de pesos), una cifra mucho mayor de lo que cobra un norcoreano promedio al año.
Según informa Independent, se estima que la mujer tiene ahora 28 años y tres hijos. Los datos se desprenderían de informes de inteligencia surcoreanos, aunque tal información nunca ha sido confirmada y menos difundida por la propaganda oficial del régimen.
Se cree que la mujer proviene de una familia acomodada de la hermética sociedad norcoreana aunque otras versiones aseguran que en realidad nació en una familia promedio, como sostuvo The New York Post hace unos meses. Lo que sí se sabe es que su padre es profesor universitario y su madre, médico, en una sociedad que no acostumbra a tener ambos padres profesionales en una misma familia, salvo que sean partidarios al régimen.
De acuerdo a diversas fuentes de inteligencia, Ri Sol-Ju habría nacido el 28 de septiembre de 1989. Previo a conocer a quien sería su marido, estudió canto en China y fue porrista de un equipo de atletismo nacional, por lo que logró viajar y visitar Corea del Sur en 2005 a pesar de las fuertes tensiones que existen entre ambos países.
El secreto en torno a la fecha de su boda mantiene la norma familiar: el padre de Kim Jong-un nunca presentó sus múltiples esposas en público y su abuelo tampoco.
Según fuentes de Corea del Sur, Kim Jong-il, el padre del actual líder norcoreano, se oponía al idilio y quiso obligar a su hijo a separarse.Por eso se comenta que la boda fue en secreto en el 2009 y que luego del fallecimiento del en ese momento líder en el 2011, la pareja hizo su primera aparición pública.
Su primer hijo habría nacido el 2010. Según Dennis Rodman, basquetbolista estadounidense y cercano de Kim Jong-un, la segunda hija de la pareja nació en 2013. Este año, la duda estuvo presente por la poca aparición pública de la mujer hasta que en agosto pasado, miembros de la inteligencia surcoreana indicaron que había tenido a su tercer hijo.
Los rumores indican que ella fue forzada para quedar embarazada buscando a un niño que fuera el heredero de Kim. Eso vendría a demostrar que los dos primeros hijos del líder norcoreano son niñas.
De lo poco que se sabe de su vida anterior es que estudió canto en China. Sin embargo, eso parece no ser del agrado de Kim, ya que las grabaciones y los discos fueron destruidos por agentes del régimen, según Business Insider.
Hay un episodio bastante confuso y macabro que ronda el pasado de Ri Sol-Ju. Como ella habría sido parte de la Orquesta Unhasu, el diario japonés Asahi Shimbun indicó que una extraña ejecución de parte de los integrantes del grupo había sido ordenada para impedir la propagación de rumores sobre la supuesta vida «decadente» que llevó la primera dama cuando era cantante. La agencia estatal norcoreana KCNA afirmó que esa afirmación era “una provocación imperdonable” contra la “dignidad de la dirección suprema”, y alertó acerca de posibles consecuencias.
Pese a que sí se ejecutó a miembros de la orquesta, al año siguiente se vio actuando en vivo a personas que se atribuían asesinadas en el episodio.
