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Eva Baltasar, autora de Permafrost: «Hemos construido una sociedad en que mucha gente necesita medicarse para soportarla»

Eva Baltasar, autora de Permafrost: «Hemos construido una sociedad en que mucha gente necesita medicarse para soportarla»

Ágil, valiente, rompedora.


Son algunos de los adjetivos con los que la crítica literaria ha definido «Permafrost», la primera novela de la escritora catalana Eva Baltasar, a quien el gran éxito de su debut en el género le llegó como algo inesperado.

La novela -junto a su original en catalán, Permagel– recibió importantes premios y llegó a ser calificada como el fenómeno literario de 2018 en España.

De ella se ha destacado el hecho de que aborde temas que para algunos siguen siendo tabú, como el sexo lésbico, el suicidio o la masturbación de una menor.

Lo hace con una voz original, directa y de gran belleza poética. No en vano Baltasar (Barcelona, 1978) viene del mundo de la poesía y tiene 10 poemarios publicados. De hecho, la dedicatoria de «Permafrost» dice: «A la poesía, por permitirlo».

Baltasar participa en el Hay Festival de Querétaro, que se celebra del 5 al 8 de septiembre en la ciudad mexicana, donde conversará con la mexicana Rosa Beltrán en «Cuadernos hispanoamericanos», una sección que fomenta el conocimiento y el intercambio entre escritores de distintas generaciones y nacionalidades.

BBC Mundo habló con ella días antes del festival.

Cuando emprendióla aventura de escribir «Permafrost», ¿imaginaba que iba a tener este eco?

No, para nada. No tenía ni idea. De hecho, cuando empecé a escribir el libro no sabía ni que saldría una novela. Yo venía de escribir poesía durante muchos años y empecé un poco por casualidad, a raíz de una recomendación de una psicóloga que me dijo «escribe tu biografía en cuatro páginas'», y empecé a escribir.

Portada del libro Permafrost

La novela «Permafrost» (publicada originalmente en catalán con el título «Permagel») obtuvo el premio de los Libreros catalanes 2018.

Vi que no era biografía, sino que salía una voz distinta que me interesaba muchísimo, me dejé llevar y al final vi que salía una novela. Fue inesperada hasta la propia creación.

Y luego el éxito que tuvo, también me sorprendió, porque salió el original en catalán en una editorial independiente, faltaba un mes para la fiesta de Sant Jordi (San Jorge, día del libro) y fue uno de los 10 más vendidos en Cataluña, un libro que apenas llevaba un mes, sin mucha promoción, que crecía por el boca-oreja de los lectores.

Más adelante vino el premio de los libreros catalanes a la mejor novela del año. Era todo como ir de milagro en milagro, de sorpresa en sorpresa. Ahora ya me dejo llevar, que me lleve adonde tenga que ir.

Se ha calificado de muchas formas, se destaca que es muy valiente, que trata temas tabú. ¿Realmente fue una tarea que exigió mucho valor por su parte?

¡No! Me hace gracia y puedo entender que se tilde de valiente, pero cuando escribo en general no pienso en una lectora o en un lector, yo escribo para mí, porque me gusta, porque lo disfruto y porque es mi pasión.

Los temas que trato son temas que me interesan a mí, sean o no tabú. Escribo con esa libertad porque es lo que me da paz. Entonces, que se me diga que es valiente, no, no lo veo, lo puedo entender, lo comprendo, pero no me ha supuesto enfrentarme a ningún demonio personal ni nada.

Mujer en la cama agarrando las sábanasEl personaje principal de la novela de Eva Baltasar es una mujer sexualmente muy activa que evita abrirse emocionalmente a los demás.

Escribí con toda libertad. Viniendo de la poesía, al margen de la trama, de la historia, me gusta muchísimo trabajar el lenguaje, buscar musicalidad, ritmo, frases bonitas con imágenes que me parezcan bellas…

He hecho lo que me apetecía, no he tenido que vencer ninguna resistencia ni ir a ningún límite.

¿Cómo fue el proceso de pasar de la poesía a la novela?

Me he formado como escritora escribiendo poesía y ya forma parte de mi forma de expresión. Hice una primera redacción de la novela más argumental, y cuando la tuve pensé «es una novela y tiene cuerpo y me gustaría que saliera adelante» y lo que hice fue dedicarme a trabajar el lenguaje de la misma forma que yo he aprendido, que es trabajando la poesía.

Más que un paso o un salto desde un género a otro, yo lo veo como una confluencia de los dos géneros. Escribo narrativa ahora mismo y no siento que haya abandonado la poesía, para nada, es más, creo que he salido ganando porque una novela es un proyecto mucho más largo en el tiempo y el hecho de crear un personaje me da también mucha libertad.

Eva Baltasar

La escritora catalana ya tiene avanzadas las otras dos novelas que acompañarán a «Permafrost» en trilogía: «Mamut» y «Boulder».

Yo no me había dado cuenta, pero son tantos años escribiendo poesía que al final estaba un poco cansada de hablar siempre desde mí y sobre mí. Hago una poesía muy confesional, muy íntima, del yo, yo, yo,… La burbuja esta del ego en la que al final el aire está un poco enrarecido, y el hecho de escribir una novela y crear un personaje, esa distancia hace que yo me pueda relacionar con el personaje, que fluya el aire.

Además son personajes de los que yo me enamoro, mis protagonistas… Estoy enamoradísima de ellas, me gustan un montón, las disfruto muchísimo. Siento que han confluido los dos géneros y que he salido ganando muchísimo.

Hablando de la mujer protagonista, el personaje principal tiene una visión de la vida muy particular, vive con una suerte de vacío existencial. ¿En qué medida comparte esta perspectiva?

Tengo una visión bastante pesimista, creo que somos una especie que nos estamos cargando nuestro ecosistema. La protagonista lo ve, es una mujer que intenta vivir la vida con intensidad, pero la sufre porque hemos construido un sistema social que nos lleva a sufrir.

Ella es muy hija de su época precisamente porque sufre este vacío. Es una mujer que no ha tenido que luchar especialmente por nada, tampoco la han herido especialmente, y está muy sola, es bastante egocéntrica. Hay mucho sexo a lo largo del libro, pero un abrazo, el encuentro real con el otro, este abrirse, este dar amor, no sale hasta el final con la sobrina.

Es una mujer que está rodeada de personajes como la madre y la hermana que se medican con ansiolíticos, antidepresivos para parecer felices, para seguir adelante, para soportar esta vida, y claro, ella ve que esta vida es una vida a medias, no tiene mucho sentido.

Ella lo que hace es: no se medica y sufre (la vida) a veces muchísimo. Es cuando tiene esas fabulaciones suicidas, pero también la goza. Es un libro que también tiene una parte optimista o positiva que es aprovechar los pequeños y grandes placeres que nos ofrece la vida, que en su caso es el sexo, pero también hay literatura, hay arte, hay gastronomía…

Caja de pastillas contra la ansiedadEl consumo de ansiolíticos y los antidepresivos está al alza en el mundo occidental.

El problema para la madre y para la hermana no es la medicación, el problema es que hemos construido una sociedad en que la gente, mucha gente, necesita medicarse para soportarla. Este es el gran problema que tenemos.

Un tema que está muy presente en el libro es el miedo. ¿Cómo nos afecta, qué peso tiene el miedo en nuestro día a día?

El miedo se transmite. En el libro aparece una madre que llamaríamos muy tóxica, pero no es la culpable absoluta de todo, ella tiene sus propios demonios, su propia historia.

Como madre -yo también soy madre, tengo dos hijas, una adolescente y otra pequeñita- intentas hacer lo mejor posible para tus hijas o para tus hijos, pero no puedes evitar precisamente ser tóxica en el sentido de pasar tus miedos, tu rabia, tus frustraciones… Esto lo vives ya en el vientre materno, te crían ya así.

A veces hay miedos paralizantes, te crees que eres libre, que vas viviendo, pero este miedo lo llevas dentro y estás viviendo a partir de él.

Lo que hace la protagonista es muy valiente, ella reconoce que es una mujer que tiene miedos, que encima tiene ese permafrost, esa capa helada que la aísla pero a la vez la protege de un exterior que ella percibe como muy agresivo. Ella tiene miedo de ese exterior, tiene miedo del encuentro con el otro. Esto es algo para lo que hay que dar un paso.

A veces digo que la vida es como llevar una granada en la palma de la mano, que te acostumbras, no pasa nada, no pasa nada, y un día te explota. Ahí la vida te exige la talla de tu humanidad y ahí tú tienes que dar un paso, pese al miedo. Ella lo da y acepta hacerse cargo de sus sobrinas.

Burbujas de gas atrapadas en una capa de permafrostEl permafrost es una capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares que sirve como metáfora en la novela de Eva Baltasar.

Hay gente que dice que se humaniza, se redime, no lo sé, ahí ella responde, y responde bien. Sí que es cierto que es un final que la mata como personaje. pero creo que también la humaniza un poquito.

El tema de la mentira también permea la novela.

Yo creo que la mentira está presente en todas partes. Escuchaba el otro día un psicólogo que decía que en una conversación de 10 minutos hay tres mentiras. ¡Tres mentiras decimos en 10 minutos!

Es cierto, yo reconozco que soy una persona que miente, intento mentir cada vez menos, eso también es verdad, pero me doy cuenta y hago como la protagonista, que dice que miente para sobrevivir, a veces solo miente para no llamar la atención, para que la dejen en paz, es una forma de supervivencia, se protege con la mentira.

Creo que lo hacemos todos. A veces hasta la ropa que llevamos es una gran mentira, nos hacemos una imagen de lo que deberíamos ser o lo que tendría que ser, e intentamos adecuarnos a esa imagen, nos mentimos a nosotros mismos, que es lo peor.

Cita de Eva Baltasar

A diferencia de otras autoras del panorama literario actual que están muy presentes en las redes sociales, estás ausente de ese mundo. ¿Es algo intencionado o simplemente no lllama la atención?

No es una decisión política (ríe), es que no me interesa y no veo la necesidad realmente. Un día me paré y dije «la vida es muy corta, no sé cuándo va a terminar, puede ser mañana, en cinco años, diez, 20, no tengo ni idea… ¿qué me interesa hacer en la vida?» y vi que eran poquísimas cosas: estar con mi mujer, con mis hijas, hacer cosas con ellas, leer, escribir, meditar, pasear, disfrutar…

Disfruto con cosas muy simples y las redes sociales no me interesan para nada.

A veces me dicen que me serían muy útiles, me da igual. Eso no quiere decir que dentro de 25 años sigan sin gustarme, pero es que ahora mismo no me interesa dejar mi tiempo ahí, prefiero dejarlo en otro sitio. Tengo a mi hija pequeñita y me voy a jugar con ella, me parece mucho más entretenido que meterme en la red con gente que ni conozco.

Es una decisión que surge de mi naturaleza.

Hablando de sus proyectos, «Permafrost« forma parte de una trilogía. ¿Ya tenía pensado escribir las otras dos obras?

Surgió al terminar «Permafrost». Lo terminé y me quedé como vacía. Me lo había pasado tan bien durante ese año trabajando que pensé que quería más y tuve como 30 segundos de una iluminación que no sé si fue divina o si fue mi subconsciente.

Cuando yo escribí «Permafrost» no quería tratar temas, los temas fueron surgiendo, pero al terminar pensé que me hubiera gustado, por ejemplo, hablar de lo que supone vivir en pareja o de la maternidad, del embarazo y pensé «voy a hacer dos novelas más, así tengo para muchísimo rato más de dispersión y diversión».

Imagen de una chica sentada ante un lago o el marLa protagonista de «Permafrost» comparte abiertamente -y a veces en tono humorístico- sus fabulaciones suicidas.

Ahí me surgieron los títulos. Los tres títulos son tres metáforas de tres mujeres muy distintas, hay «Permafrost», está «Mamut» y está «Boulder». Presenté el proyecto en la editorial, con la primera novela escrita, las otras dos solo eran un proyecto, y les interesó el tríptico entero.

Estoy trabajando en las dos, las tengo bastante avanzadas y lo estoy disfrutando muchísimo. Cuando termine no sé qué voy a hacer, si quiero más, escribiré más; si no, voy a parar un tiempo, ya lo veré, lo que me diga el corazón en aquel momento.

Decidí dejarme llevar adonde me lleve, habrá días que irán mejor, habrá días que no tan bien, pero me dejo llevar sin dejar que me arrastre la vida, ni en lo bueno ni en lo malo. Sé que puede ser que la primera novela guste muchísimo y las otras no, podría ser, me voy a dejar ir y que sea lo que tenga que ser.

Llevaba una vida muy de clausura, podría decirse, y voy a descubrir lo que se viene, a ver qué pasa.

Es un regalo que me trae la vida y voy a destaparlo, por qué no

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