BRAGA
Crédito: Agencia Uno
El movimiento feminista no debe ser marketing. Importante Centro de Estudios e Investigación Social, analiza la perspectiva de género en organizaciones, las que deben ir más allá de contratar a más mujeres, conociendo las necesidades diferenciadas por género entre quienes trabajan en una compañía.
A raíz del contexto de las movilizaciones feministas realizadas en 2018, diversas organizaciones han repensado sus políticas internas con el objetivo de implementar medidas que busquen la igualdad de género. Sin embargo, existen empresas que se han aprovechado de este movimiento y lo han utilizado como base de estrategias de marketing, sin ninguna intención verdadera de incorporar un enfoque de género en ellas mismas.
Aunque las diferencias entre ambos tipos de empresas puedan ser imperceptibles para algunos, se pueden lograr identificar. Hablamos de una institución con perspectiva de género cuando todas las acciones que realiza impactan directamente en mejorar las condiciones de mujeres, varones y diversidad sexual. “Las organizaciones que realizan capacitaciones y que tienen una política de beneficios y carrera para las mujeres, donde los empleados/as pueden conciliar su vida laboral con la familiar y persona, y donde además no existe acoso ni maltrato laboral y sexual, son instituciones donde el enfoque de género está instalado”, afirma Carola Naranjo, experta en género y directora ejecutiva de la consultora Etnográfica+.
Por el contrario, aquellas organizaciones que utilizan el movimiento feminista para crear campañas de marketing se identifican dado que no pueden sustentar por mucho tiempo su estrategia publicitaria ya que no tienen medidas concretas, siendo boicoteados por los mismos/as colaboradores/as. “Estas empresas que se han subido al carro de moda han incluso llegado a preguntar cuáles son las multas a las que se enfrentarían si no incorporan medidas de inclusión laboral o las sanciones por acoso laboral. Ellas realizan análisis económicos de cuál es el costo menor, si incorporar las medidas de inclusión y prevención o pagar las multas y dejar todo como está”, explica Naranjo.
Importancia del enfoque de género
Aquellas empresas que genuinamente están incorporando medidas de género han entendido que los riesgos psicosociales en el trabajo son mucho más elevados contra las mujeres, tales como el acoso, abuso y maltrato laboral y sexual, así como también saben que existe una escasa promoción de mujeres en la organización. Además, comprenden que el valor de integrar el talento femenino a sus organizaciones es mucho más que cumplir con una cuota, haciendo cada vez más importante integrar el enfoque de género en todo.
Implementar medidas que vengan desde el enfoque de género no sólo beneficia en la eliminación de discriminaciones, barreras y desigualdades que enfrentan las personas por pertenecer a un género en específico, sino que también en la productividad de la empresa. Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el que se encuestó a casi 13 mil compañías de 70 países, el 57% de éstas afirman que las iniciativas relacionadas a la igualdad de género mejoraron sus resultados finales y un 60% de las organizaciones señala que sus ganancias y productividad aumentaron.
Con más de 15 años realizando formación y acompañamiento en la incorporación del enfoque de género tanto en organizaciones del sector público como del privado, en Etnográfica+ han observado cómo las personas que participan en capacitaciones y charlas al respecto experimentan reales cambios de actitud. “Iniciamos con esta labor, mucho antes de la ola feminista y nos costó muchísimo porque las organizaciones no comprendían el valor del talento femenino, la diversidad y la inclusión. Gracias al enfoque de género, las empresas se transforman en espacios libres de discriminación, impactando directamente en los niveles de productividad organizacional y en las personas mismas y su relación con el entorno”, concluye la directora ejecutiva de Etnográfica+.
