BRAGA
El vocero es escogido por el presidente del máximo tribunal y no por el Pleno, por lo tanto, debe ser una persona de su confianza y también debe llevar un tiempo en el poder judicial.
La creación de la figura de vocero único para relacionarse con los medios de comunicación y la opinión pública por parte de la Corte Suprema, podría el próximo año cambiar el rumbo de su historia. Tras 12 años desde la creación del cargo, el presidente electo Guillermo Silva, dio a conocer sus intenciones de designar a una mujer en el cargo.
Desde el 2007 que jamás ha habido una mujer en ese rol, la única que ha participado de forma transitoria y en calidad de suplente fue la ministra Gloria Ana Chevesich. Según El Mercurio, las candidatas que corren con mayor ventaja para ser elegidas para tal rol son dos: las ministras Rosa María Maggi y María Eugenia Sandoval. Esto debido a que el vocero es escogido por el presidente del máximo tribunal y no por el Pleno, por lo tanto, debe ser una persona de su confianza y también debe llevar un tiempo en el poder judicial.
Sin embargo, aún hay incertidumbre respecto de ambas ministras, esto se debe a que la participación de Rosa María Maggi en la Corporación Administrativa del Poder Judicial, en donde se revisan todas las licitaciones, está muy bien valorada y su trabajo ha sido ampliamente destacado. En tanto, María Eugenia Sandoval asumirá en enero como la primera presidenta del Tricel.
El ex vocero de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, renunció el pasado miércoles a su cargo tras perder la carrera por la presidencia de la corte con Guillermo Silva. Cuando Cisternas anunció su candidatura causó bastante repercusión, ya que, por tradición, no existe una competencia por el cargo, ya que la presidencia siempre se entrega al magistrado con mayor tiempo en el máximo tribunal, que en este caso correspondía a Guillermo Silva.
La creación de la figura de vocero único para relacionarse con los medios de comunicación y la opinión pública por parte de la Corte Suprema, fue realizada en medio de una fuerte polémica el año 2007. Esto debido a que ese año se había aprobado un “auto acordado” mediante el cual se prohibía a la prensa acercarse a los ministros sin su autorización.
La lluvia de críticas alegando una falta a la libertad de prensa fue tal, que incluso desde el extranjero se calificó la medida como algo “vergonzoso”. A raíz de esto, dicho “auto acordado” quedó sin efecto. Decisión que también fue influenciada por la persistente evaluación negativa del poder judicial en las encuestas ciudadanas. En consecuencia, se realizó un cambio en la entonces Dirección de Comunicaciones y se solicitó la salida de todos sus miembros.
En la nueva resolución se estableció la necesidad de tener “una sola voz” para evitar que cada supremo “esté dando su opinión y particular”. Desde entonces, esta función la dejó de cumplir el presidente del máximo tribunal, quien no sería más el vocero de las decisiones internas porque se dedicaría exclusivamente a cumplir sus funciones como presidente, dejando el resto al vocero, con excepción de las decisiones de carácter disciplinario. La figura del vocero único, también se adoptó desde entonces para todas las Cortes de Apelaciones del país.
Ahora, el presidente electo, Guillermo Silva, quien asume el cargo en la Corte Suprema el seis de enero de 2020, deberá tomar la decisión esta semana sobre quién será la sucesora del ministro Lamberto Cisternas en la vocería de la corte.
