BRAGA
El 23 de noviembre de 2012 la vida de Francia Hungría cambia para siempre. En pleno centro de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, un hombre que huía tras cometer un asalto le dispara y la hiere en los ojos. La joven ingeniera pierde la vista. Desde entonces se dedica a ayudar a las personas con discapacidad. Y disfruta de la vida: trabaja, viaja, baila y hace deporte.
Tras perder la vista, Francina Hungría recibe tratamiento especializado en EE.UU.. En Miami, se somete a un proceso de rehabilitación. En una ocasión presencia allí un partido de beep béisbol, una modalidad de este deporte adaptada a personas con discapacidad visual. Después de vivir esta experiencia se dice a sí misma: «Si han inventado una manera de que una persona ciega pueda jugar béisbol, no hay nada que yo no vaya a lograr». Y decide promover este deporte en su país.
Desde 2013 la fundación que lleva su nombre ha promovido numerosos proyectos para mejorar la calidad de vida de personas que sufren alguna discapacidad. Entre ellos, la entrega de bastones blancos, el deporte como inclusión y talleres de formación. La Fundación Francina en alianza con el Banco Central de la República Dominicana lanzó una aplicación para la lectura de los billetes de pesos dominicanos. Francina Hungría: empresaria y activista por las personas discapacitadas que sabe qué es la resiliencia.
