BRAGA
El proyecto de Educación Sexual Integral desde la primera infancia ha dado mucho de qué hablar durante ya más de un año, y es que los debates en la comisión de educación se extendieron constantemente por la cantidad de indicaciones que se le agregaban constantemente, además de refundirlo con otros proyectos de naturaleza similar. A pesar de ello, la razón predominante por la cual el proyecto demoró tanto en poder ser discutido en sala, fue su escencia, el hecho de querer educar en afectividad, sexualidad y género desde párvulos, encendió un debate adultocentrista en donde argumentos basados en «la libertad de los padres» para enseñar fueron predominantes. La educación sexual es un derecho humano según los estándares internacionales, y educar para prevenir el abuso sexual, en este contexto en donde los niños, niñas y adolescentes están más expuestos que nunca, ha sido el impulsor principal para no dar el brazo a torcer. Es por ello que estuvimos con Pamela Jaime, Profesora de historia y profesional del área de educación de Aprofa, en el desarrollo de capacitaciones y formaciones en Educación Integral de la Sexualidad; para conversar acerca de los mitos y prejuicios que rondan en torno a la reforma. Conduce: Natalia Espinoza C (@lailumi.naty)
