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Lobby religioso en el caso del Bus de la ‘Libertad’: “Lo que buscan es evitar el avance de la agenda de protección tanto de derechos de las mujeres como del colectivo LGBTIQ+” BRAGA Créditos: Foto de Dragomir Yankovic/Aton Chile

Lobby religioso en el caso del Bus de la ‘Libertad’: “Lo que buscan es evitar el avance de la agenda de protección tanto de derechos de las mujeres como del colectivo LGBTIQ+”

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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Para la abogada de Abofem, Bárbara Sepúlveda, ante el progreso del feminismo y la diversidad en la región, organizaciones contrarias de corte cristiano intentan desesperadamente regresar a lecturas tradicionales y conservadoras de la sociedad, enalteciendo la femineidad y la masculinidad clásicas, la heterosexualidad, la familia matrimonial, el matrimonio eclesiástico, y la maternidad, y por otro lado, satanizando y condenando la homosexualidad, el aborto, el matrimonio igualitario, la igualdad de género, la adopción homoparental, entre otras.


Esta semana el anuncio del regreso del mal llamado Bus de la “Libertad”, o Bus del Odio, como le llaman sus detractores, ha causado un amplio debate en torno a la interpretación de lo que es la libertad de expresión y cuando son o no discursos de odio.

Para comprender la problemática en torno al bus, es importante saber primero, de dónde proviene. Quienes están detrás de la iniciativa son la organización ultraconservadora, Hazte Oír, la cual desde hace 15 años está fusionada con CitizenGO. Su presidente es Ignacio Arsuaga, un abogado español de 47 años que se autodenomina como “activista por los derechos humanos” en su Twitter, y se caracteriza por ser anti LGBTIQ+ y antiabortista.

El origen del bus como parte de una agenda contra la “ideología” de género

Según la directora LGBTIQ+ de Abofem, Cecilia Ortega, y la directora ejecutiva de la misma organización, Bárbara Sepúlveda, este bus es parte de una estrategia reaccionaria para restaurar las visiones conservadoras de la sociedad, promovida por sectores ultraconservadores de las Iglesias Católica y Evangélica; quienes ejercen lobby legislativo religioso, antifeminista y antiLGBT, sobre todo en aquellos países en donde ambos movimientos han tenido grandes avances.

Para ellas, basta con ingresar al Registro público de lobistas para dimensionar cuántos representantes de las iglesias existen registrados. Respecto a ello, Sepúlveda explica que el movimiento feminista en Latinoamérica ha aumentado su influencia, sobre todo en Chile, México, Argentina, Perú, Bolivia, Colombia, Brasil, y estos son los mismos lugares donde “los movimientos religiosos que son anti igualdad, han empezado a utilizar su estrategia de influencia, especialmente utilizando a los partidos políticos de derecha y de ultra derecha, quienes han facilitado el ambiente político para que crezca ese discurso de que el feminismo y las disidencias son una ideología de género”.

¿Existe la “Ideología” de género?

Este es un concepto que encierra la creencia de que las reivindicaciones feministas y LGBTIQ+ son sólo un discurso sin base científica, articulado y promovido por la “nueva izquierda mundial”, apoyado por organizaciones internacionales como ONU Mujeres cuya finalidad es “esconder y tergiversar los principios básicos del orden natural”.

Por esta razón, realzan el binarismo sexual, argumentando que los cuerpos y cerebros de hombres y mujeres son sustancialmente diferentes biológicamente, por lo que deben cumplir roles, y que la desigualdad de género es reflejo de la naturaleza humana y parte de la obra de Dios “que por algo nos hizo diferentes”.

Todo esto se comprueba al revisar la exposición que, en 1995, durante la Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing, la Iglesia Católica junto a académicos de la Universidad de Navarra, dieron rechazando la teoría de género, acusándola de ser un discurso que intenta encubrir “la naturaleza”.

Para las abogadas de Abofem, ante el progreso del feminismo en la región, intentan desesperadamente regresar a lecturas tradicionales y conservadoras de la sociedad, enalteciendo la femineidad y la masculinidad clásicas, la heterosexualidad, la familia matrimonial, el matrimonio eclesiástico, y la maternidad, y, por otro lado, satanizando y condenando la homosexualidad, el aborto, el matrimonio igualitario, la igualdad de género, la adopción homoparental, entre otras.

En Chile, su estrategia ha consistido en esparcir esta creencia, realizando talleres y charlas por todo el país, haciendo lobby legislativo en importantes materias como la filiación de niños con madres o padres del mismo sexo, demonizando el proyecto de Ley de Educación Sexual Integral, llamando a marchas pro-“vida” y anti-gay, y ahora “introduciendo más propaganda mediante un bus”.

 ¿Qué tipo de vulneraciones se dan con el regreso de este bus?

Para la presidenta ejecutiva de Fundación Iguales, Alessia Injoque, este vehículo pretende ser el “ariete de los sectores reaccionarios contra la cultura de respeto y diversidad que muchas instituciones, organizaciones, empresas y personas estamos tratando de construir. Busca avivar y validar las posiciones más extremas contra la libertad y derechos ajenos, para meter a Chile en una guerra cultural importada”.

Para ella, los mensajes que transmite el bus no son “sólo palabras”, sino que buscan generar acciones y restricciones concretas contra la libertad ajena, “quieren dificultar la inclusión de personas LGBTIQ+ en la sociedad. Estos sectores que validan y defienden la discriminación como esencial para su forma de vida, merecen el más profundo rechazo”.

¿Es legal su circulación?

Según el especialista en Derechos Humanos, Rodrigo Mallea, el regreso de este bus no es solamente ilegal, sino que además es contrario a más de un derecho humano. En este sentido, explica que primero vulnera la Ley de Identidad de Género (Ley 21.120) y la ley antidiscriminación (Ley 20.609), las cuales entienden a la identidad de género, la orientación sexual, como una categoría protegida frente a la discriminación o al trato arbitrario, desigual y vulneratorio de derechos que pueda ser cometido, tanto por personas en particular, como por agentes del Estado.

Según lo estipulado bajo los tratados internacionales vigentes ratificados por Chile, se estaría, además, vulnerando la Convención Interamericana de Derechos Humanos en torno al derecho a la integridad física, psíquica y moral, en su artículo quinto número uno, o el derecho a la honra y a la dignidad de toda persona en el artículo 11.1.

Estas son obligaciones que el Estado ha ratificado para su cumplimiento, que es el pleno ejercicio de toda persona, sin importar su orientación sexual o identidad de género. Para el abogado, también se vulnera la Convención y Declaración de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, en las que se reconocen los mismos derechos con una calidad específica y un deber reforzado de protección.

“La vulneración de derechos son muchas, principalmente en torno a la idea de que no se deja existir a las personas LGBT, a las disidencias sexuales (…) Respecto del lobby religioso, hay que decirlo de una forma bien directa. Acá hay una utilización mañosa de la libertad de expresión por agrupaciones que representan a sectores religiosos fundamentalistas y bastante autoritarios. El respeto a la dignidad de las personas LGBT no puede estar condicionado a una supuesta objeción de conciencia basada en motivos religiosos. Esto me llama bastante la atención, el hecho de que las ideas cristianas estén siendo invocadas para el odio y no para la solidaridad, la compasión o para echar a los mercaderes del templo. Al disfrazar discursos fóbicos de creencia religiosa, se devalúa la discusión real y honesta sobre el lugar de la espiritualidad”, reflexiona Mallea.

Una postura parecida comparte la profesora titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Austral de Chile, especialista en género y DD.HH, Yanira Zúñiga, puesto que en torno al debate de la libertad de expresión, los movimientos que promueven el “Con mis hijos no te metas”, quienes son los principales involucrados en la vocería y coordinación de este bus en el país, estarían pasando a llevar los derechos de niños, niñas y adolescentes, puesto que quieren que el Estado no se implique en la transmisión y suministro de información relevante para que éstos se formen un criterio y tengan autonomía respecto de su sexualidad.

En este sentido, la experta analiza que la expresión «ideología de género» proviene precisamente del desarrollo de una crítica cristiana al empoderamiento tanto de las mujeres como de las personas de la diversidad, “es un instrumento para tratar de contrarrestar los avances en materia de reconocimiento de derechos”, explica.

“Yo creo que evidentemente las posiciones que adoptan desde estos sectores son reales posiciones que tienen carácter ideológico. Evidentemente, es decir, adscriben a una mirada del mundo que es distinta y opuesta a la que describen las posiciones feministas (…) Se presentan como si fueran neutrales y ahí hay una primera trampa, porque se presentan simplemente invocando derechos de los padres y madres que no tienen el alcance ni pueden tenerlo, y, de hecho, nunca lo han tenido. Es decir, los padres y las madres no son una especie de propietarios de niños y niñas, ellos no son objetos”.

Además, agrega que “tienen una influencia que, en algunos países, como es el caso de Brasil, ha terminado por desbaratar avances que se habían logrado en materia de una institucionalidad de género. En el caso chileno no se ha ido hasta ese punto y yo espero que no lleguemos nunca. Me parece evidente que no estamos hablando solo de los derechos de ciertos padres en el plano familiar e íntimo, sino de una discusión política más amplia, que lo que busca es evitar el avance de la agenda de protección tanto de derechos de las mujeres como sobre todo de derechos del colectivo LGBTIQ”.

Para Injoque, es “hipócrita y deshonesto” el discurso donde estos grupos tratan de encasillar la lucha por el derecho a la igualdad como una ideología. “Yo fui parte de la lucha por la ley de identidad de género y hoy por la reforma a la ley antidiscriminación y matrimonio igualitario porque son importantes para mi vida, me afectan directamente. La “ideología de género” es una forma de deshumanizar esa necesidad, volverla distante, para pretender que hablásemos sobre ideas abstractas y no sobre el efecto concreto de leyes sobre la vida de personas”.

Para ella el otro foco es generar desconfianza, distancia y miedo. “Saben que no tienen argumentos para ganar esta discusión así que orientan su discurso a que habría malas intenciones, pretenden que las personas LGBTIQ+ estaríamos atacando a sus familias, lo que es completamente falso”.

Acciones para impedir el paso del bus este lunes 23

Ortega en conjunto con Abofem y sus comisiones temáticas de litigación estratégica, derecho público y LGBTI se han coordinado y están trabajando, en primer lugar, en un recurso de protección y orden de no innovar, para impedir el paso del bus a presentarse en la Corte de Santiago y Valparaíso. Una carta a la Intendencia, tanto de Santiago como de Valparaíso, solicitando la denegación de permisos y reclamo a la Contraloría por el uso de recursos público. “Ya que tenemos entendido que se están solicitando escoltas para el paso de este llamado Bus de la Libertad, el cual creemos nosotras que debería llamarse más bien del odio”.

Además, se están articulando con diversas organizaciones, tanto feministas como de la diversidad sexual y de género, para la colaboración en estas acciones, como la difusión de éstas, ya que “no podemos seguir con este llamado a discursos abogando a una libertad de expresión sin límite y tapando, lo que para nosotras y para todas las organizaciones las cuales nos han prestado apoyo, son discursos de odio”, finaliza la abogada.

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