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Primera retrospectiva en España de la chilena Cecilia Vicuña, ecofeminismo y resistencia BRAGA

Primera retrospectiva en España de la chilena Cecilia Vicuña, ecofeminismo y resistencia

“Veroír el fracaso iluminado” es el nombre de la exposición, organizada conjuntamente con el Kunstinstituut Melly (antes conocido como Witte de With Center for Contemporary Art) de Róterdam, con más de 100 obras de la artista chilena entre performances, pintura, escultura y vídeos.


Figura absoluta del arte latinoamericano en la escena internacional, la chilena Cecilia Vicuña está considerada una de las máximas representantes de la performance. Activista ecofeminista, defensora de los derechos de los indígenas, escritora y poeta. Vicuña es Premio Velázquez de Artes Plásticas 2019 por su destacada obra y su arte multidimensional y, por primera vez en España, se puede ver una muestra retrospectiva de toda su obra.

Se trata de una ambiciosa muestra que bajo el título “Veroír el fracaso iluminado” se expondrá en el Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid (CA2M), situado en la localidad madrileña de Móstoles, que estará abierta desde el 20 de febrero hasta el  11 de julio.

Relación entre arte y política

Desde los años sesenta Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) plantea una perspectiva radical en la relación entre el arte y la política mediante su escritura y su producción artística en diferentes partes del mundo, desde que dejó Chile, su país natal, por Londres en 1972, hasta su establecimiento en Estados Unidos a partir de 1980.

La poeta y artista visual desarrolla un cuerpo de trabajo variado y multidisciplinar que construye a partir de palabras, imágenes, entornos y una combinación de lenguajes, medios y técnicas, “precarios y basuritas”.

Ecofeminismo y derechos humanos

La muestra, comisariada por el peruano Miguel A. López, reúne más de cien trabajos, mostrados por primera vez en España, en los que se refleja su compromiso permanente con temas que abarcan la devastación ambiental, el erotismo, los derechos humanos,  el ecofeminismo o la descolonización indígena.

Partiendo de la palabra, reconstruye enormes instalaciones y pinturas que retoman algunos lenguajes de la cultura indígena, centrados también en su relación con la naturaleza y el feminismo. La muestra  reúne también distinta documentación que recorre parte de su trayectoria, “siendo su obra de una radicalidad atemporal”.

“Veroír el fracaso iluminado” es el nombre de la exposición, organizada conjuntamente con el Kunstinstituut Melly (antes conocido como Witte de With Center for Contemporary Art) de Róterdam, con más de 100 obras de la artista chilena entre performances, pintura, escultura y vídeos.

Dimensión chamánica del arte de Vicuña

“Cecilia Vicuña valora la dimensión ritual, medicinal, sanadora o chamánica del arte, cuya función no es colonizar o poseer, sino propiciar modificaciones en las estructuras tanto microscópicas (fenómenos no visibles) como macroscópicas (experiencias físicas perceptibles). Su comprensión cíclica del acto creativo se manifiesta a través del retorno de ideas que no existen como «objetos finales», sino como ensayos —como los precarios o quipus que ella  viene recreando desde 1966—.  Sus tejidos y ensamblajes parecen activar la memoria de civilizaciones antiguas“, explica el comisario.

Cabello, hilos, restos vegetales

“El cabello, los hilos, los restos vegetales y minerales que la artista incorpora en sus obras evocan asentamientos indígenas, wak’as andinas (santuarios, ídolos, templos y tumbas) y restos de pueblos nativos originarios que revelan aspectos de ontologías indígenas y otras concepciones  de lo sagrado que desafían las nociones occidentales de tiempo —en la filosofía andina, el pasado y el presente son parte de un mismo concepto temporal no evolutivo y no determinista basado en circunvoluciones o bucles llamado pacha”, añade.

Una de las obras que destaca Miguel A. López como una de las pinturas más importantes de Vicuña es Chile Salutes Vietnam! (¡Chile saluda a Vietnam!), de 1975.

“Esta muestra a una mujer indígena mapuche y a una miliciana vietnamita en un profuso paisaje de plantas y flores, intercambiando un fusil y un libro rojo titulado La revolución de agosto – el nombre del alzamiento revolucionario vietnamita en contra del gobierno colonial francés en 1945. “La imagen registra una transferencia de conocimiento sobre la guerra anticolonial y sugiere una conexión tanto intelectual como armada de Vietnam y Chile en un momento en que las dictaduras militares de América Latina ponen en marcha una máquina de persecución, tortura y muerte conocida como Operación Cóndor…”, explica el comisario.

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