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Grupo de historiadoras rescatan 170 años de historia del feminismo chileno en siete meses de trabajo BRAGA

Grupo de historiadoras rescatan 170 años de historia del feminismo chileno en siete meses de trabajo

Este libro ha representado una oportunidad y un gran desafío a la vez, porque las ha puesto frente a la necesidad de mirar un período de larga duración, desde 1850 hasta 2020, la gestación, desarrollo y auge de diversos movimientos feministas y de mujeres, en diferentes tiempos, contextos y territorios, para dar visibilidad a la participación social y política de las mujeres en la historia de Chile.


 

¿Te imaginas un día reunirte con colegas y decidir rescatar 170 años de historia? Más o menos de esto se trata este nuevo capítulo de entrevistas #empoderadas aquí en El Mostrador Braga. El día de hoy no traemos solo a una, sino que a seis increíbles mujeres quienes nos contaron sobre un trabajo maratónico que estuvieron realizando estos últimos meses, el libro “Históricas: movimientos feministas y de mujeres en Chile, 1850-2020”, editado por LOM Ediciones y que ya está disponible para que el público lo puedan leer.

El libro fue realizado bajo la coordinación de Ana Gálvez Comandini, en conjunto con las historiadoras e investigadoras: Hillary Hiner, María Stella Toro Céspedes, Ana López Dietz, Karelia Cerda, Karen Alfaro Monsalve, Panchiba F. Barrientos y Gina Inostroza Retamal.

Las autoras son destacadas profesionales quienes se agruparon como la Red de historiadoras feministas. Dicha red se formó en octubre de 2017 y cuenta con historiadoras, universitarias y profesoras de Historia que trabajan en diversas áreas y que están en diferentes etapas de sus carreras.

Una de sus motivaciones a la hora de formar esta red, es que en la historiografía nacional se ha negado la calidad de sujeto histórico a las mujeres, relegándola a un segundo plano, como madre, esposa, compañera del héroe, político o revolucionario de turno.

A lo largo de esta interesante entrevista, no solo nos contaron de qué se trata Históricas, sino que sus principales desafíos a los cuales se enfrentaron a en el camino de recopilar información de tantos años (1850 hasta 2020), además de adelantarnos de qué se tratan los cuatro capítulos en los que dividieron la obra.

Las autoras, además, harán a las 19:00 hrs el 25 de marzo, una segunda actividad de lanzamiento virtual del libro, evento que será transmitido desde el YouTube LOM ediciones.

Este libro ha representado una oportunidad y un gran desafío a la vez. Primero, porque las ha puesto frente a la necesidad de mirar un período de larga duración, desde 1850 hasta 2020, la gestación, desarrollo y auge de diversos movimientos feministas y de mujeres, en diferentes tiempos, contextos y territorios, para dar visibilidad a la participación social y política de las mujeres en la historia de Chile.

El segundo desafío, que se desprende del anterior, significó analizar y evaluar si todos los movimientos y organizaciones de mujeres en la historia del país podían ser clasificadas como feministas.

De esta reflexión concluyeron que no existe una definición única, estática y atemporal para el feminismo. “El feminismo es un movimiento que está en constante construcción, redefinición y debate, que expresa también la heterogeneidad de voces y posiciones en torno a contextos históricos, políticos y sociales que son dinámicos y cambiantes, como la historia y la vida misma de las mujeres, y de lxs demás sujetxs que se piensan políticamente en torno a los feminismos o cuyas vidas se dejan tocar por los feminismos”. Por tanto, lo que podía resultar ser feminista para algunas mujeres de 1900, puede no ser lo mismo que entienden por feminismo las mujeres y disidencias del siglo XXI.

Además, al momento de escribir, decidieron hacerlo de forma más inclusiva, ya que asumieron que son muchos y muy diferentes los sujetos que han sido marginalizados de las narrativas históricas por el peso de los “discursos de odio que se tejen y desprenden de las estructuras binarias que norman el sexo y el género” por lo tanto, como un gesto de desvío y protesta frente a dichas estructuras, es que a lo largo de sus páginas decidieron escribir utilizando un lenguaje inclusivo que desafíe la dureza de las marcas de género y “nos permita abrir el camino a nuevas formas de hacerse un cuerpo y pensarse en relación a otrxs”.

Para esto, reemplazaron en ocasiones, la «o» masculina o la «a» femenina, con una «x». “Creemos que esta acción marca una desobediencia respecto de los límites desde los cuales en los libros de historia se han pensado tradicionalmente los sujetos y puede dar cabida a incorporar en nuestra reflexión la experiencia y los sentires de aquellxs cuyas vidas e historias siguen estando aprisionadas en un marco de lo posible violentamente excluyente, por ser demasiado estrecho y normado”.

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