A pesar de los intentos del chileno por quedar libre, el fiscal de Besançon solicitó que vaya a juicio, basándose en datos técnicos obtenidos de la telefonía y geolocalización del vehículo de alquiler del chileno, además de sospechosas compras que se realizaron con su tarjeta de crédito el día de la desaparición y los testimonios de otros estudiantes que eran compañeros de Kurosaki.
Esta mañana, la sala de instrucción del Tribunal de Apelaciones de Besançon, ubicado en Francia, confirmó que se llevará a cabo el juicio contra el chileno Nicolás Zepeda, único imputado y principal sospechoso del femicidio de su expareja en 2016, la estudiante japonesa de 21 años, Narumi Kurosaki. El juicio estaba previsto para finales de 2021, pero finalmente se realizará en el primer semestre de 2022.
En tanto, Zepeda no ha dejado de clamar inocencia respecto de la desaparición de Narumi, de hecho, a principios de abril declaró que su calidad de imputado es algo «injustificado», pero el fiscal de Besançon solicitó que el chileno vaya a juicio de todas maneras, basándose en datos técnicos obtenidos de la telefonía y geolocalización del vehículo de alquiler del chileno, además de sospechosas compras que se realizaron con su tarjeta de crédito el día de la desaparición y los testimonios de otros estudiantes que eran compañeros de Kurosaki.
La joven Kurosaki vivía en el campus universitario de Besançon. Fue vista por última vez la noche del 4 de diciembre de 2016. Según el fiscal Manteaux, varios estudiantes de la residencia universitaria contaron que escucharon “gritos de terror” y un “golpe fuerte” en medio de la noche del 4 al 5 de diciembre. “Parecería que están asesinando a alguien”, escribió una estudiante inglesa que vivía en el mismo piso que Kurosaki a una amiga por mensaje de texto a las 03:21 de la madrugada.
El chileno había amenazado a Kurosaki en un vídeo publicado en internet, el cual retiró. Acerca de esa noche, admitió que estuvo en su habitación y que mantuvo con ella “relaciones sexuales consensuales”, además aseguró que se fue inmediatamente después.
Nicolás Zepeda regresó a Chile antes de que la policía fuera alertada sobre la desaparición de Kurosaki. Los investigadores sospechan que él la estranguló, ya que no fue encontrado ningún rastro de sangre en la habitación. Además, el joven fue visto salir por la salida de emergencia del complejo estudiantil.
En la investigación, aseguran que el GPS del auto arrendado por Zepeda circuló por el bosque de Chaux, uno de los más extensos de Francia (20 mil hectáreas). En sus cercanías se encontró el cuerpo apuñalado de otra mujer, justo 10 días después de la desaparición de la estudiante japonesa.
El automóvil fue entregado “muy sucio” tres días después de la desaparición, con tierra del lado del conductor y en el maletero. Además, a través de su tarjeta de crédito, descubrieron que se detuvo en el camino para comprar cerillas, líquido inflamable y lejía en un supermercado.