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¿Son las instituciones reflejo de lo que somos?: Hacia una paridad interseccional a partir de nuevas formas de participación política Yo opino Créditos: Foto de Raúl Zamora/Aton Chile

¿Son las instituciones reflejo de lo que somos?: Hacia una paridad interseccional a partir de nuevas formas de participación política


La alta participación de mujeres en la configuración de este nuevo ciclo político se ha venido gestando desde el denominado Mayo Feminista del 2018, que sería la antesala de las multitudinarias manifestaciones de la revuelta social de octubre del 2019. Mujeres lideraron la creación de redes de apoyo y ollas comunes ante las políticas de hambre del gobierno y levantaron organización para sostener el desarrollo de la vida, desde los cuidados.

Sin embargo, rompiendo los roles de género históricamente asignados, las mujeres hemos entrado a la vida pública con fuerza y determinación, logramos conformar la primera Convención Constitucional completamente paritaria, con presencia de mujeres indígenas, no profesionales, estudiantes y no solo provenientes de una élite económica y política, como estábamos acostumbradas a ver. La participación en espacios públicos, no solo se ha reducido a la presencia de mujeres, sino también a la deliberación y posicionamiento de temáticas, tal como ocurrió en el reciente proceso de participación popular dispuesto por la Convención Constitucional para que la población decidiera qué propuestas serán discutidas en la nueva Constitución Política. El pasado 02 de febrero, se dio por terminado el proceso de votación, siendo los proyectos  impulsados por organizaciones feministas los más votadas, tales como la iniciativa popular por una “vida libre de violencia”, “Será Ley”, “educación feminista para Chile”, “reconocimiento constitucional al trabajo doméstico y de cuidados”, entre otras iniciativas con un alto nivel de apoyo ciudadano.

Ahora bien, en la última elección presidencial, existió una posibilidad cierta de retroceder abismantemente en los derechos conquistados hasta ahora, sin embargo, mujeres y diversidades sexo-génericas decidimos seguir en esta senda de avances y por tanto: votar. Así, el voto de las mujeres fue determinante para la elección del presidente electo Gabriel Boric, representando un 68% de las preferencias en mujeres sub 30 y más del 50% en otros tramos etarios, según un estudio de la Plataforma Chile Decide.

[cita tipo=»destaque»] Y es que cuando hablamos de paridad no la entendemos sólo como la mera presencia de mujeres en la política, sino precisamente de mujeres que representen contextos y experiencias diferentes, pues la historia de algunas no es la historia única ni la de todas [/cita]

Con este panorama de antesala, ¿era posible pensar que la conformación de los equipos gubernamentales no contara con la presencia sustantiva de mujeres? Lamentablemente sí.  Y es que al analizar la historia reciente posterior a la dictadura militar, la presencia de mujeres era nula o extremadamente baja, alcanzando la máxima presencia en el primer gobierno de Michelle Bachelet con un 38% de representación, aun cuando organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas recomiendan un 50%. Este 38% cayó sustancialmente con los gobiernos de Sebastián Piñera. Sin embargo, actualmente la representación de mujeres en los espacios de toma de decisiones ha transgredido los estereotipos y añejas tradiciones de lo público, particularmente en lo que será el Gobierno de Apruebo Dignidad, encabezado por Gabriel Boric. Por primera vez, vemos una paridad sin techo ni margen en la representación de Ministerios con 58% de las carteras lideradas por mujeres, destacando su presencia en ministerios históricamente masculinizados, por primera vez en la historia una mujer liderará el Ministerio de Interior y Seguridad Pública, así como también Relaciones Exteriores, Minería, Defensa, Justicia, entre otros espacios habitualmente ocupados por varones.

Sumado a lo anterior, recientemente se dieron a conocer las Subsecretarías que acompañarán la labor de los y las Ministras, y luego de décadas volvemos a ver a mujeres provenientes de diversos contextos en cargos técnico – políticos estratégicos para el desarrollo del país. Aquí, no solo vemos una paridad formal del 50% – que por cierto existe – sino que esta tiene un cariz distinto y permite vislumbrar un camino hacia una paridad interseccional que reconozca la diversidad de mujeres, contextos y desigualdades, es decir, ya no tan solo designación de mujeres, sino, mujeres de diferentes orígenes, en particular mujeres sin el perfil de tecnócratas acostumbrado.

Luz Vidal Huiriqueo– por ejemplo – se convierte en la primera mujer trabajadora de casa particular en ingresar a un Gabinete Presidencial, mapuche, dirigenta sindical, oriunda de la región de La Araucanía; una mujer cuya carrera, experiencia y aportes están en la dirigencia social, en el conocimiento de las problemáticas de las mujeres desde la vivencia propia. Verónica Figueroa Huencho– por su parte- también destaca entre los nuevos nombres de Subsecretarías, mujer y académica mapuche, experta en políticas públicas, postdoctorada del Centro de Estudios Latinoamericano de la Universidad de Stanford, proveniente de un “entorno de pobreza, de andar a pata pelada”, tal como comenta en una entrevista realizada por EMOL el 2021, es decir, irrumpe en un círculo de una academia tradicionalmente elitista.

Asimismo, destacamos la designación de Haydee Oberreuter como Subsecretaria de Derechos Humanos, quien se ha caracterizado por ser una dirigente por la lucha de los derechos humanos durante toda su vida, siendo sobreviviente de prisión política y tortura ha sabido mantener su militancia por la memoria, verdad y justicia, por lo que su nombramiento da cuenta de salir de la lógica meramente academicista.

Y es que cuando hablamos de paridad no la entendemos sólo como la mera presencia de mujeres en la política, sino precisamente de mujeres que representen contextos y experiencias diferentes, pues la historia de algunas no es la historia única ni la de todas, y es por eso que necesitamos avanzar cada vez más en que las instituciones sean cruzadas por la interseccionalidad. La historia de Luz, Verónica y Haydee, es la historia de muchas mujeres de este país. La presencia de personas que reflejen lo que somos en espacios institucionales es un elemento sustancial para consolidar el sistema político chileno, no podemos pensar una democracia sin la representación de todas las personas que habitan este territorio. La recuperación de la confianza en las instituciones, la credibilidad y legitimidad de los gobiernos sólo es posible si quienes toman las decisiones están conectados y conectadas con la realidad de los y las receptoras de ellas, donde el “no lo vimos venir” no sea la norma al gobernar.

Sin duda existen avances sustanciales en materia de derechos de las mujeres y diversidades sexo-genéricas, sin embargo, los desafíos son aún mayores y urgentes, necesitamos que los compromisos del Presidente electo, así como también la presencia de mujeres feministas en espacios de poder, se vea reflejada en políticas y programas públicos que permitan asegurar una vida digna para todas las mujeres y niñas que habitan este territorio, con perspectiva interseccional, de derechos y plurinacional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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