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Demandas feministas de la calle a las instituciones: los desafíos del nuevo gobierno para proteger la vida y derechos de mujeres y disidencias

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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El problema que tuvo el periodo de Piñera respecto del Ministerio de La Mujer y la EG, tiene que ver con su mirada de los temas de género, ya que, según analiza la Directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, Lidia Casas, esta coalición no peleó por la paridad. Por lo tanto, “¿podría hablar de un gran avance en materia de género? No. ¿Es una coalición de gobierno que creyó en las cuotas? De ninguna manera. ¿Es una coalición que fue capaz de hablar con mucha fuerza respecto de la violencia sexual cometida por agentes del Estado durante el estallido? No. Por ende, en algún sentido, esta administración puede ser en materia de género puesta, como se habla en el lenguaje de Naciones Unidas: entre corchetes”, asegura la académica en conversación con El Mostrador Braga.


Hoy oficialmente comienza el primer día de Gabriel Boric como Presidente de la República, un hecho que es histórico para el movimiento feminista y disidencias sexuales (comunidad LGBTIQ+) por las promesas de un enfoque de género transversal y el reconocimiento a las demandas que las organizaciones de la sociedad civil, desde las calles, han tratado de levantar durante años.

Este panorama es especial no solo por el gabinete paritario de Boric, sino que por la Convención Constitucional: las demandas feministas ya no tienen su lugar solamente desde los territorios, sino que ahora tienen más de un pie en estas importantes instituciones, que le permiten a sus cabecillas, como la ministra de la Mujer y la EG Antonia Orellana y a la subsecretaria Luz Vidal “hacer los cambios desde dentro”.

Para analizar cómo fue este salto y en qué condiciones recibe este nuevo gobierno el país en materia de género, es que conversó con El Mostrador Braga, la directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, Lidia Casas.

Durante la conversación, Casas explica a modo general, que el Ministerio de la Mujer y la EG estos últimos cuatro años ha estado marcado por las renuncias, críticas desde los movimientos y organizaciones de mujeres y la ausencia de medidas integrales preventivas y reparatorias en torno a la violencia de género, puesto que el foco estuvo en el acompañamiento de la víctimas de violencia y el llamado a denunciar.

Durante la segunda administración de Sebastián Piñera, tres personas estuvieron a la cabeza del ministerio: Isabel Plá, Macarena Santelices y Mónica Zalaquett. Se promulgaron 10 leyes relacionadas con temáticas de género, siendo una de las más significativas la que creó el primer Registro Nacional de Deudores de Alimentos y la Ley Gabriela, que incluye en la tipificación del femicidio el asesinato de una mujer por parte de su pareja o expareja sin matrimonio ni convivencia.

Sin embargo, aunque existieron avances en materia legislativa, la incorporación de medidas preventivas representa uno de los mayores desafíos para la próxima ministra. Cabe destacar que estos cuatro años tuvieron un enfoque solo en mujeres, ya que en materia relacionada a las diversidades sexuales, no se observaron significativos avances que surgieran desde el ministerio, ya que por ejemplo, la Ley de Matrimonio Igualitario, venía discutiéndose en el Congreso desde hace muchos años.

Para la académica, experta en derechos humanos, el problema es que la instalación de la administración de Piñera en materia de género “fue muy mala y repuntó, por así decirlo, por algunos hitos legislativos, algunos de los cuales no tienen que ver con su administración per sé, sino que con un trabajo que se venía haciendo en el Congreso y que uno podría decir ‘que le tocó’”, explica.

Según Casas, el estallido social mostró el rechazo de las organizaciones civiles a la ex ministra Plá, y con quienes tenían un fuerte lazo emocional o político con la dictadura. Otro error importante es que fue un gobierno que se instaló teniendo como eje y coalición, “pelear, discutir, llevar al Tribunal Constitucional temas que movilizaron a las mujeres como el aborto en tres causales, con todo lo tímido que eran tres causales y no avanzar. Debilitó las expectativas de que al menos en esas tres causales iba a haber un acceso mucho más expedito a la realización de abortos legales”, analiza.

Producto de la pandemia, se hicieron a juicio de la experta más visibles los problemas de la agenda de género, y la principal crítica es que no se promulga la Ley Integral de Violencia, la cual  ya venía discutiéndose. “Creo que esta administración tuvo que enfrentar por primera vez y hacer visible en el marco de la crisis sanitaria, lo que significan las deudas por pensiones de alimentos, y en eso yo creo que hay un trabajo que hizo la ministra Zalaquett de pensar claramente en cómo se resolvía la morosidad en las pensiones, y ahí el impacto cuando discutimos el retiro del 10%”.

Finalmente, a pesar de este importante avance, el problema que tuvo el periodo de Piñera tiene que ver con su mirada a los temas de género, ya que “esta coalición no peleó por la paridad. Por lo tanto, ¿podría yo hablar de un gran avance en materia de género? No. ¿Es una coalición de gobierno que creyó en las cuotas? De ninguna manera. ¿Es una coalición que fue capaz de hablar con mucha fuerza respecto de la violencia sexual cometida por agentes del Estado durante el estallido? No. Por ende, en algún sentido, esta administración puede ser en materia de género puesta, como se habla en el lenguaje de Naciones Unidas: entre corchetes”, asevera.

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