Yo opino
Créditos: Foto de @Nappystock
En estos últimos días, la corbata, se ha transformado en una discusión nacional. Sin ir más lejos, se ha robado las conversaciones sociopolíticas de Chile.
Su uso ha relevado una importancia que puede generarnos inquietud, llegando a cuestionarnos que tanto calor entrega un pañuelo en el cuello.
La categoría de género, permite analizar diferentes entornos sociales, incluso, nos facilita herramientas para reflexionar en la interna de nuestro espacio. Aquí es donde la corbata y su estrecha relación con el poder se hacen presente.
Para algunas personas, su significancia está relacionada al respeto, seriedad, y tradicionalidad, es más, llegan a aventurar con una administración más idónea solo por el hecho de utilizarla. Y en esto último quisiera detenerme; Marcela Lagarde en el año 1996 hablaba de la estrecha relación que poseía el género con el poder, esto a partir, de que ambos conceptos solo pueden ser utilizados a partir de la interacción con un/a otro/a.
[cita tipo=»destaque»]Es momento de cuestionarnos estos distintivos socialmente aceptados, y acoger las contribuciones que brinda el género.[/cita]
Por esto, si queremos buscar algún significado a lo que dicen algunas personas, es que, la corbata viene siendo un símbolo performativo, ya que, se transforma en acción únicamente con el motivo de vestirlo. Sin ir más lejos, la corbata por si sola, es una tela y no tienen ninguna importancia si usted se la encuentra en el suelo, pero en el cuello, viene siendo, un acto de respeto y en la frente, un acto desinhibido.
Ahora bien, dicho esto surgen las primeras interrogantes: ¿Quién manifestó que la corbata es un acto republicano?, ¿Quién nos enseñó que usarla es signo de respeto?
Lo más probable es que tradicionalidad, aquella que, a su vez acepta varios símbolos, aun cuando estos restringen libertades y violentan a alguien, no se ajusta a las formalidades.
En términos claros, la corbata por mucho tiempo ha entregado poder implícito, sin embargo, es momento de cuestionarnos estos distintivos socialmente aceptados, y acoger las contribuciones que brinda el género, que nos invita a leer, y al mismo tiempo, nos hace un llamado a reflexionar y disputar las prácticas diarias como el uso de la corbata.
