BRAGA
“La laguna alada”, “Las sopladoras” y “Tropismo”, son los tres trabajos que conforman esta muestra que se articula desde una mirada latinoamericana, incorporando prácticas identitarias como el oficio alfarero, la filosofía andina y la arqueología extractivista como herencia de los diversos sistemas de colonización que han marcado nuestra historia.
Hasta el 11 de junio se expondrá “Umbra. Esas dos variables ya no eran posibles a la vez en un mismo universo y entonces enloquecieron”, articulado por tres artistas chilenas que buscan mostrar el vínculo entre el feminismo decolonial, paisaje, naturaleza y territorio, por medio de fotografías, videos, instalaciones, collages y tejidos.
La muestra consiste en una interconexión entre los proyectos de Javiera Asenjo con “La laguna alada”, Josefina Astorga con “Las sopladoras” y Catalina Correa con “Tropismo”, trabajos que nacen desde una relación social con prácticas territoriales como el oficio textil, el alfarero, la filosofía andina, la geografía como conocimiento encarnado, y la arqueología extractivista como herencia de los diversos sistemas de colonización que han marcado nuestra historia.
“Las temáticas a grandes rasgos comprenden la naturaleza, el paisaje, el territorio latinoamericano y feminismo. De allí se desprenden intereses en la manualidad ‘pensar con las manos’, el viaje y la relación corporal con el territorio, el rescate de técnicas y saberes ancestrales, los vínculos humanos y más que humanos, la obsesión con los contornos, los bordes, las membranas tanto en el propio cuerpo femenino como en las definiciones territoriales e identitarias”, explican las artistas.
“La laguna alada”, presenta una pieza tejida, que encarna la recolección de memorias de la cuenca del Amazonas, para tejerlas de vuelta hacia tierras volcánicas, delineando los contornos de paisajes olvidados.
Por su parte, “Las sopladoras”, se configura como una construcción poética y oral acompañada de imágenes “de este y otros tiempos”, basadas en la figura de la montaña como eje del mundo, del sol como retorno y del soplo como fuerza transformadora.
Y por último, “Tropismo”, exhibe los impulsos opuestos del desarrollo vegetal: un arriba y un abajo como el axis vertical de lo vivo, ahondando en el interés en las raíces, llevándolo al ámbito de la botánica, la hidroponía y la genealogía.
La colaboración emprendida en 2014 nació en la Residencia en la Tierra, espacio de intercambio artístico ubicado en El Quindío, Colombia, donde a partir de esta experiencia se da forma a un proceso de trabajo en conjunto.
“Cada una de nosotras tenía una línea de trabajo y una formación diferente antes de conocernos. Al comenzar a trabajar juntas, algunas cosas convergieron, como el interés en el proceso, en las notas de campo, en el trabajo en terreno; y otras continuaron su camino”, destacan las artistas.
La exposición está disponible en el Museo de Arte Contemporáneo en Quinta Normal con entrada liberada, y sus horarios son de 11:00 a 16:00 horas los martes a viernes, y de 11:00 a 17:30 horas los sábados.
