BRAGA
Créditos: Vlada Karpovich en Pexels
Modernizar los espacios de formación, promover la sororidad entre expertas y visibilizar a referentes nacionales, son algunas de las recomendaciones para equiparar y fomentar el pleno desarrollo de las ingenieras del país. Desde la Red de Mentoras PROVOCA sostuvieron que, ‘‘no se trata solo de aumentar la cuota femenina en la industria, sino que de mantener y desarrollar una trayectoria profesional sin detractores»
Este 23 de junio se conmemora el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, esto con el motivo de reconocer e impulsar la presencia de las profesionales que se desarrollan en esta área. Sin embargo, las brechas de género continúan siendo un desafío, según cifras de la Unesco, en promedio un 32% de estudiantes y graduadas en STEM en Latinoamérica son mujeres.
Por tal razón, desde la Red de Mentoras Provoca de AUI/NRAO, sostienen que la modernización de la educación, con foco en el apoyo hacia alumnas interesadas en las ciencias, o la visibilización de expertas nacionales como referentes, son cruciales para derribar las brechas y estereotipos.
Según señala la ingeniera en computación de ALMA e integrante de la red, Bárbara Sepúlveda, se ha observado un cambio sustancial en la equidad de género en ingenierías. «Algunos cargos que históricamente estaban destinados a hombres, hoy se anuncian sin distinción de género, situación que antes era impensada», opina.
Sin embargo, Sepúlveda comenta que en los espacios universitarios aún existen «prácticas docentes que están añejas’’, que pueden producir el cuestionamiento o abandono de las estudiantes. ‘‘No se trata solo de aumentar la cuota femenina en la industria, sino que de mantener y desarrollar una trayectoria profesional sin detractores», sostiene.
La ingeniera civil en minas y mentora Provoca, Priscilla Leiva, concuerda con lo fundamental que es transformar los espacios de formación para impulsar la participación de mujeres. ‘‘Los educadores deben tener la creatividad, las herramientas, inspiración y motivación para fomentar talentos STEM’’, señala.
Además, Leiva opina que el apoyo para el ingreso a las áreas STEM, debe existir desde temprana edad. ‘‘Todas las ingenieras un día fuimos niñas que nos atrevimos a ir más allá, nos interesamos en las máquinas, ciencias y cosas desconocidas e imposibles. Solo porque alguien nos incentivó, seguimos un camino que nos condujo a esta meta’’.
Otro punto que consideran importante desde la red de mentoras, es el trabajo colaborativo y el apoyo en la industria. “Hay que combatir situaciones como el síndrome del techo cristal y el del impostor, que no hacen más que autoboicotear nuestras trayectorias y profundizar las inseguridades en torno a nuestras capacidades y metas», dice la líder del Equipo de Capacidades y Competencias de la Red de Ingenieras de Minas- RIM Chile, Karín Bustamante.
Por último, Bustamante cree que la sororidad juega un rol clave en las áreas educacionales y laborales, para así evitar la deserción y promover la contención mujeres.
‘‘El modelo de mentoría se aleja de construir referentes irreales y superdotados en las disciplinas STEM y, por el contrario, busca humanizar los sentimientos y experiencias que suelen vivir las mujeres en estas áreas de formación y trabajo”, asegura.
