BRAGA
Solo pocas mujeres son entrenadoras en la Eurocopa de este año. Alemania lleva la delantera contra esa tendencia, aún con obstáculos. ¿Qué impide que las mujeres lleguen a la cima como entrenadoras de fútbol?
Menos de la mitad de los equipos de la Eurocopa Femenina 2022 tienen entrenadoras, es decir, solo seis de los 16 clubes. El resto es dirigido por hombres.
«Sabemos que, en cuanto a la formación de las entrenadoras, todavía hay mucho por mejorar», dijo a DW la directora técnica del once alemán de fútbol femenino, Martina Voss-Tecklenburg, durante una reciente conferencia de prensa. «Necesitamos ofrecer oportunidades, pero también debemos asegurarnos de que haya igualdad de oportunidades», subrayó.
En el fútbol femenino internacional, las cifras se han mantenido bastante estancadas. Durante el Mundial de 2019, solo 9 de los 24 entrenadores eran mujeres, la misma cantidad que en el Mundial de 2015. En la última Eurocopa, en 2017, solo hubo seis mujeres entrenando equipos, al igual que este verano. Los hombres continúan dominando claramente las posiciones de liderazgo en los equipos nacionales europeos.
En ese sentido, Alemania se destaca del resto: cuenta con mujeres entrenadoras de su selección nacional desde 2006. «La mayoría de los títulos fueron ganados por mujeres y no por hombres», explicó Voss-Tecklenburg acerca de los campeonatos de fútbol femenino.
De hecho, Alemania vivió sus épocas más exitosas bajo el liderazgo de mujeres entrenadoras. Silvia Neid, que estuvo a cargo desde 2005 hasta 2016, llevó al once femenino alemán hacia la gloria en el Mundial, en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos.
En Estados Unidos, Jill Ellis guió al equipo nacional hacia dos Copas Mundiales de Fútbol Femenino consecutivas, en 2015 y 2019. En 2020, Canadá contrató a Beverly Priestman, que entonces tenía 34 años, convirtiéndola en una de las directoras técnicas más jóvenes del fútbol internacional. Priestman hizo historia el verano pasado en Tokio, con la primera medalla de oro olímpica de Canadá en el fútbol femenino.
Mundial de Fútbol Femenino 2019: el equipo de EE. UU., dirigido por Jill Ellis.
Desde que la Federación Alemana de Fútbol (DFB) estableció la formación de un equipo nacional de fútbol femenino, en 1982, Alemania solo tuvo un entrenador masculino. O dos, si se cuenta a Horst Hrubesch, quien asumió el mando de manera interina durante ocho partidos en 2018.
«Tenemos entrenadoras y un equipo diverso», dice Vos-Tecklenburg. No solo la directora técnica del once alemán es una mujer, sino también su asistente, Britta Carlson. Y gran parte del personal, como su psicóloga y su portavoz, también son mujeres. Pero todavía existe la desigualdad, también dentro del sistema del fútbol alemán. De 12 equipos de la Bundesliga, solo uno tiene una entrenadora. Los obstáculos aún son muchos.
El organismo rector del fútbol europeo, la UEFA, confirma que el número de mujeres en el área de entrenamiento sigue siendo muy bajo. En respuesta a una consulta de DW, la UEFA señaló estadísticas que muestran que, de todos los entrenadores calificados en Europa, solo el 6 por ciento son mujeres.
Eso se debe a varios factores, por ejemplo, al sexismo y a la falta de oportunidades y mecenazgo. A veces, las mujeres se enfrentan a entornos intimidantes y sexistas, o simplemente no son tomadas en serio. Otro obstáculo es la falta de seguridad y flexibilidad que ofrece ese trabajo, especialmente si una mujer planea combinar su actividad con formar una familia.
Alemania enfrenta una alta tasa de abandono entre las entrenadoras y, recientemente, realizó una encuesta como parte de los esfuerzos por descubrir qué está causando el problema. En su empeño por que esas cifras mejoren, la UEFA ha establecido un programa de entrenamiento que atiende específicamente a las mujeres.
«No se trata de la formación por la formación misma, sino que está claramente vinculada a los contratos que reciben las mujeres luego de finalizar el proceso de formación», explica la UEFA. Entretanto, ya se han dado los primeros pasos, pero se requerirá paciencia para descubrir si esos esfuerzos dan sus frutos a largo plazo.
