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“Antes de Morir Quiero Conocer el Cielo”: la obra que invita a reflexionar sobre lesbicidios, injusticia, amor y libertad BRAGA Créditos: Fernanda Ruíz

“Antes de Morir Quiero Conocer el Cielo”: la obra que invita a reflexionar sobre lesbicidios, injusticia, amor y libertad

La directora, Javiera Mendoza, y la actriz Hitzka Nudelman, conversaron con El Mostrador Braga sobre la obra, próxima a estrenarse el 2 de agosto. Según detallaron las artistas, esta propuesta ahonda en la injusticia, la invisibilización del sistema y la sociedad, la complicidad del Estado y el silencio de la familia. “No hay justicia para las lesbianas asesinadas por ser lesbianas, y por eso mismo hay que visibilizarlo”.


El asesinato y desaparición de una joven lesbiana en una localidad semi rural de Chile -historia que resuena y se vincula a múltiples lesbicidios que han acontecido en el último tiempo- es el escenario de “Antes de Morir Quiero Conocer el Cielo”, obra que llega a la cartelera teatral el próximo martes 2 de agosto.

Dirigida por Javiera Mendoza, protagonizada por Marcela Salinas, Carla Casali, Coca Miranda e Hitzka Nudelman, y escrita por la artista y activista Rae del Cerro, la obra interpela a diferentes generaciones sobre el concepto de normalidad.

La propuesta cuenta con la producción ejecutiva White Tiger Productions Chile, productora teatral cuyo objetivo es llevar al público proyectos que den voz y visibilidad a la memoria y derechos humanos del colectivo LGTBQ+, concentrándose en particular en las mujeres que forman parte de esta comunidad.

En conversación con El Mostrador Braga, la directora de la obra, Javiera Mendoza, y la actriz y co-fundadora de WTC, Hitzka Nudelman, analizan la violencia y justicia patriarcal, y el arte como resistencia y lugar político de activismo para la memoria.

¿Qué importancia tiene abordar el tema de los lesbicidios en el contexto actual?

Hitzka Nudelman (HN): A mi juicio, es de vital importancia abordarla hoy y siempre. Es un tema que está oculto, silenciado, que no tiene lugar en la justicia; no hay justicia para las lesbianas asesinadas por ser lesbianas, y por eso mismo hay que visibilizarlo, hay que recordar que esto sucede, que hay lutos interminables por estas muertes donde los casos permanecen guardados en una carpeta por muchísimos años y nadie se hace cargo, porque asumen que hay cosas más importantes que la muerte de una lesbiana.

¿Cómo opera aquí la justicia patriarcal?

Javiera Mendoza (JM): La violencia provoca muchas muertes todos los días y no podemos pasar por alto esto. Hay un silenciamiento mortal que vivimos todos los días, que se vive en nuestro país y que hasta el día de hoy pasan por homicidio calificado. Por eso es muy importante visibilizar el lesboodio que aún no es nombrado.

La obra ayuda a pensar en los crímenes que se viven a diario, y por sobre todo, en que en nuestro país no hay palabras para nombrar y enteder el contexto de cómo se piensa un crimen de una lesbiana. No saben si considerarlo un feminicidio, un crimen de odio. Institucionalmente, hoy no se puede hablar de lesbicidio, contar con un significante que tenga su propio marco de análisis, su propio cuerpo teórico.

¿Hay poca memoria sobre estas historias, como el lesbicidio de Nicole Saavedra?

(HN) La gente en este país no tiene memoria y nosotras estamos aquí para recordarles que esto sucede hace años y sigue sucediendo en 2022, eso no puede ser.

Es importante abordar esta temática porque no puede seguir muriendo gente por buscar la libertad. La gente se olvida rápidamente, y por Nicole y por todas las muertas por lesbianas que han quedado silenciadas, es que hay que recordarlo, y volver a recordarlo todas las veces que sea necesario.

¿Cuáles serian las particularidades de la propuesta de esta obra para abordar el tema del lesbo odio?

(HN) El lesbo odio existe, los lesbicidios también, y partiendo desde esa base horrenda, empezamos a hablar. Nos reímos de la sociedad absurda en la que vivimos y también, por qué no, de los clichés lésbicos.

Creo que esa es una particularidad importante para tratar este tema, el humor, por supuesto que siempre desde el respeto que esto merece. El texto escrito por Rae del Cerro propone un humor muy particular que a mí personalmente, me encanta, y esto se completa con la puesta en escena dirigida por Javiera. Tratar un tema tan delicado y horrible como esté con una cuota de humor negro, es una buena jugada, a mi parecer, una contradicción en si misma, desde donde aparece la verdad y la realidad.

Uno de los puntos de vista de la obra es el diálogo de experiencias entre generaciones.

(HN) Sí, es interesante ver como esa brecha generacional hace que los personajes enfrenten la vida de manera tan distinta, pero hay algo que las cruza, que es inevitable, el amor por las mujeres.

Estamos aquí para mostrarle a la gente que la diversidad existe y hay que respetarla, estamos aquí para que las lesbianas y diversidades se sientan acompañadas, sientan ese calorcito y nunca más se sientan solas, para que no tengan miedo.

Estamos aquí para mostrarle a las generaciones más antiguas y a quienes aún no lo hayan comprendido, que la identidad de género no es algo binario, que existen muchas posibilidades, maneras de expresarse y formas de amar, y eso debe respetarse. Que no se asuma nunca más como “normalidad” el rechazo a la libertad de expresión.

JM: Nos vamos a encontrar con muchas generaciones distintas, con mujeres distintas, encantadoras cada una por sí sola, pero por sobre todo con esta injusticia para un grupo humano que se les ha negado desde la hegemonía, y sobre los universos que se construyen entre disidencias sexuales y de género, que resultan en espacios seguros, donde la libertad es lo más importante. Se van a encontrar en un lugar seguro y con grandes actos de discriminación también que van a poder ver porque surge a partir de la idea de que -por ejemplo- lo natural y lo normal es la heterosexualidad.

¿Qué otros temas encontrarán los públicos con ver esta obra?

(HN) Otros temas que encontrarán en esta obra son el amor, la familia, el silencio y la libertad.

Esta obra habla de amor. Habla de la familia y sus secretos, sus rabias y esos lugares oscuros a los que te puede llevar el miedo, la presión del qué dirán, terminando por romper cualquier límite familiar para ser aprobada dentro de los parámetros de lo que se le exige a las mujeres en esta sociedad. Pone sobre la mesa las consecuencias del silencio, del callar por miedo. Y por supuesto que se habla de la libertad.

¿Qué rol juegan las familias?

(JM) En las familias a veces está todo en la mesa con los tíos, los padres, las primas, y toda esa normalidad muchas veces no es tan normal. De esta manera se puede vivir, pero también se puede enfrentar que dentro del hogar puede ser muchas veces una desprotección o un momento muy tóxico de la vida, y que con una sola palabra podemos cambiar todo.

Por otro lado, está la sociedad. En la obra, más allá de que algunas estén más asumidas que las otras, hay un abandono profundo que viven mientras avanza el relato, dentro de los perturbadas y torpes que están por una violencia. En algún momento esto se libera en cada una. Todas llevan un gran secreto, un monstruo, que le llamo yo, que lo quise trabajar en escena -que es la sociedad- que tuvieron que calmar, comprender y batallar con esta carga y peso en sus cuerpos.

¿Cuál es el llamado que harías a los públicos para que vayan a ver esta propuesta?

(HN) Les invito a recordar, a hablar de amor, a empatizar desde el corazón, a reírse y a reflexionar. Me encantaría que el público estuviese marcado por un cruce generacional, que vengan en familia, que vengan las abuelas y abuelos, los tíos, les niñes, todes.

Es una temática muy poco abordada en el teatro chileno, y en las mesas chilenas, en las onces, en las comidas familiares. Vengan a hablar sobre lo que no tiene que seguir pasando, aportemos a que la justicia suceda, cuestionémonos las maneras de pensar y las cosas no se pueden seguir permitiendo. Es una invitación gigante a reflexionar. Apuesto porque algo se va a remover en esos corazones que sientan esta obra, y cada vez estemos más cerca de que ya no existan más mujeres asesinadas por ser lesbianas.

(JM) La invitación es también a reflexionar y cuestionarnos dónde estamos viviendo, sobre todo en este proceso de cambio que vamos a vivir con la votación del 4 de septiembre, donde las mujeres por primera vez estamos incluidas y por sobre todo también las disidencias, que es algo que también me alegra mucho.

“Antes de Morir Quiero Conocer el Cielo” se presentará el próximo 1, 2, 3, 8, 9 y 10 de agosto en Espacio Checoeslovaquia (Liszt 3319, San Joaquín, Metro Rodrigo de Araya), a las 19:30 hrs. Luego, vuelve a la cartelera el 22, 23 y 24 de agosto en el Centro de Extensión del Instituto Nacional (Arturo Prat 33, Santiago Centro, Metro Universidad de Chile).

Las entradas estarán a la venta en el sistema FLOW desde la página de Espacio Checoeslovaquia. Consíguelas aquí.

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