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Monitoras Comunitarias para territorios libres de violencia de género, una experiencia que se debe multiplicar  Yo opino Créditos: Foto de Agencia Uno

Monitoras Comunitarias para territorios libres de violencia de género, una experiencia que se debe multiplicar 


Desplegarse por los territorios es una de las tareas que desde la academia debemos desarrollar con mayor intensidad en estos tiempos, sin el tono de “superioridad intelectual” sino como un medio de intercambio de saberes y conocimientos. 

Esta ha sido una de las claves de la experiencia de Monitoras Comunitarias de Territorios Libres de Violencia de Género, iniciativa que hemos desarrollado durante estos últimos años, partiendo de la base que hemos constatado en nuestros 10 años de implementación como Programa, que en los territorios los liderazgos de las mujeres son mayoritarios en los distintos tipos de organizaciones, y que si bien su participación es muy activa no siempre eso se condice con la capacidad de influencia, posiciones de poder, visibilidad y reconocimiento a nivel comunitario. 

Como es sabido en contexto de pandemia, los casos  de violencia de género se dispararon, generando alta preocupación entre las dirigentas vecinales, lideresas y representantes de organización territoriales, quienes dieron cuenta de esa realidad, y nos interpelaron para desarrollar alguna iniciativa conjunta que nos permitiera hacernos cargo de esa urgencia.

[cita tipo=»destaque»] No es necesario tener un magíster o doctorado ni ser especialista para acompañarse con otras. [/cita]

La escuela de Monitoras Comunitarias de Territorios Libres de Violencia de Género es respuesta a una demanda en los territorios y, sobre todo, una estrategia de autonomía y de trabajo en red entre los territorios para articular los espacios a los cuales la autoridad no llegaba a resolver a tiempo los problemas de violencia de género. Potenciando la necesidad de establecer redes de feminismo comunitario donde nos pudiéramos formar y acompañar entre nosotras. 

Por  lo mismo, el foco de la Escuela de Monitoras Comunitarias es potenciar la autonomía de las mujeres, el trabajo en red y relevar el trabajo que ellas ya venían realizando en sus territorios. En ese sentido, es una experiencia que no parte de cero, sino que desde la vivencia, y saberes que se expresan desde los propios territorios. Desde cómo nos posicionamos en el Programa en el trabajo con los territorios, nos planteamos entonces el desafío de aportar con un proceso formativo que partiera desde  desde la experiencia territorial de las dirigentas, que se basara en un trabajo conjunto entre ellas y nosotras como Universidad, y que aportara de forma directa, generando como resultado del proceso,  estrategias comunitarias  para la prevención  y generación de territorios libres de violencia de género. Consecuencia del enfoque de la escuela ha sido la apropiación de herramientas metodológicas por parte de las monitoras, las cuales  posibilitan los procesos de articulación territorial que han permitido replicar iniciativas similares otros espacios con mujeres, adolescentes y jóvenes. Con esto  se validan los  saberes y experiencia de las violencias que vivimos las mujeres y así apoyar a otras. 

Queda claro que no es necesario tener un magíster o doctorado ni ser especialista para acompañarse con otras. Lo más importante es que al no llegar la institucionalidad a tiempo, y al seguir creciendo los casos de violencia de género en el país y al mantenerse soterrada dicha violencia, este puede ser un primer paso para ayudar a quienes viven  episodios de violencia de género. 

Desde el Programa de Integración Comunitaria   no queremos generar dependencia con los territorios, sino que nuestro compromiso está orientado a  transferir continuamente herramientas para que sean los propios territorios, organizaciones, y en este caso, las  mujeres que las desplieguen en su quehacer social y comunitario. Se debe ser humilde y poner en diálogo las propuestas con las que llegamos a los territorios, establecer en conjunto los puntos para concretar alianzas basadas en la confianza y en la horizontalidad, lo que es fundamental para valorar el aporte que se pueda realizar.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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