BRAGA
Puente Cancha es el comedor solidario que busca ser una fuente de ayuda para todas las personas en una situación económica vulnerable que se encuentran en el estero Marga Marga y sus cercanías. Por 23 años, este espacio ha sido coordinado por Gladys, quien incluso durante los momentos más críticos de la pandemia repartió comida. Su proyección, a largo plazo, es que el comedor amplíe sus servicios y pueda brindar terapia para incentivar el desarrollo de las personas en situación de calle.
Durante el verano, Viña del Mar es el destino preferido de miles de turistas. Festivales, playa y entretención, vuelven a la ciudad Jardín como un panorama imperdible. Sin embargo, este escenario se contrapone a la situación socioeconómica de sus residentes.
De acuerdo a datos del Hogar de Cristo, la cantidad de personas en situación de calle aumentó exponencialmente posterior a la pandemia. Esta población se acrecentó especialmente en Viña del Mar. Además, la ciudad, es considerada una de las comunas con más presencia de campamentos.
Ante tal situación, hace más de 20 años, Gladys Videla se ha dedicado a ser un aporte en la comunidad viñamarina. Principalmente, a través del comedor solidario Puente Cancha, que ofrece alimento y ayuda a cualquier persona que lo necesite.
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de Gladys Videla, voluntaria que hace 23 años ayuda a personas sin hogar y de alta vulnerabilidad social en Viña del Mar.
Gladys comenzó siendo voluntaria del Hogar de Cristo en 1999, durante ese tiempo ella realizaba Rutas Calle, actividad de la fundación que consiste en la entrega de alimentos, ropa y atención a personas en situación de calle. Videla se desempeñó en la organización social por aproximadamente 15 años.
De forma paralela, Gladys Videla conoció a Rene Maino, quien ayudaba a personas en el estero Marga Marga. La voluntaria se interesó enseguida en esa labor y decidió sumarse. Posteriormente, asumió la coordinación del grupo.
Gladys, con motivación por ayudar a la comunidad más vulnerable de Viña del Mar, cocinaba a leña en el estero. Sin embargo, con el tiempo comenzó a buscar la manera de concretar un espacio de encuentro y solidaridad para todos y todas. Así, con donaciones de personas y colegios de la región, llegaron dos container, mesas y sillas que hoy componen el comedor Puente Cancha.
Hasta la fecha, el comedor solidario ha brindado comida a miles de personas sin hogar en la V Región. Incluso, durante el confinamiento por la crisis sanitaria y debido a las restricciones de aforo, Gladys salió a las calles a repartir comida.
De lunes a sábado, en compañía de otras mujeres voluntarias, Gladys preparaba al menos 80 raciones para repartir entre las personas en situación de calle. Su trayecto iba desde la calle Ocoa hasta el Puente Mercado y la Plaza Forestal.
‘‘Se preparan los almuerzos y salimos a entregar por todo el estero, con todas las medidas de autocuidado que corresponden, cada una lleva su botella de alcohol, a los asistidos también les hemos dado alcohol gel. Cada vez que se les acaba, lo traen y se los rellenamos”, dijo Gladys en una entrevista con el Hogar de Cristo.
La mayor proyección que tiene Gladys respecto al comedor solidario, es que en un futuro este pueda contar con monitores para ampliar la ayuda y realizar seguimientos las personas que acuden a Puente Cancha. Por otro lado, también incluir la incorporación de psicólogos y terapeutas para quienes están en situación de calle.
‘‘No importa si yo no sigo a cargo, quiero dejar esto en condiciones para que la obra pueda continuar’’, contó Gladys.
