Publicidad
Gobernadora regional, Andrea Macías: ‘‘En Aysén hay sectores donde no hay programas de prevención de violencia, y no llegan porque están enfocados en la capital’’ BRAGA

Gobernadora regional, Andrea Macías: ‘‘En Aysén hay sectores donde no hay programas de prevención de violencia, y no llegan porque están enfocados en la capital’’

Valentina Paredes
Por : Valentina Paredes Periodista en El Mostrador Braga
Ver Más

Macías fue seleccionada como embajadora de Chile por la Red Latinoamericana y del Caribe de Mujeres Rurales (Redlac), papel que la llevará en marzo a la Comisión de Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, para poder dialogar sobre las principales problemáticas con mirada de género en la ruralidad del país. A su opinión, los mayores desafíos para mejorar la vida de las habitantes de estos sectores tienen que ver con la políticas ejecutadas con pertinencia territorial.


Según datos del estudio Mujeres en la Agricultura Familiar Campesina en Chile de Prodemu, las mujeres que se dedican a la agricultura, actividades silvícolas o pecuarias trabajan 9 horas diarias, a esto se suma que destinan aproximadamente 4 horas al día a labores domésticas no remuneradas. 

Por lo tanto, de acuerdo al informe, las mujeres rurales en Chile trabajan aproximadamente 13 horas del día dentro y fuera del hogar. Abordar este tipo de brechas es el objetivo de la Red Latinoamericana y del Caribe de Mujeres Rurales (Redlac). La organización nace con el propósito de brindar un espacio de encuentro y diálogo a quienes habitan el mundo rural.

Bajo esa línea, para este año la Redlac dio inicio a la “Década de las Mujeres Rurales”. En ese contexto, para representar a Chile y las problemáticas de estos espacios, la gobernadora de la Región de Aysén, Andrea Macías, participará como embajadora en la Comisión de Condición Jurídica y Social de la Mujer que se desarrollará en marzo en la sede de la ONU (Nueva York). 

Allí se debatirán materias como la tenencia de la tierra, el agua y la participación de mujeres rurales en espacios de toma de decisión. Así también, durante abril de este año en Aysén se llevará a cabo el quinto Encuentro de Mujeres Rurales de Latinoamérica y El Caribe de la Redlac. 

Este tipo de encuentros se vuelven necesarios tomando en cuenta las brechas a las que las mujeres del mundo rural se deben enfrentar: informalidad laboral, violencia de género, división desigual del trabajo, entre otros. 

‘‘En la agricultura familiar campesina son principalmente las mujeres las que trabajan, sin embargo, no son ellas las propietarias de la tierra.  Entonces ahí hay un tema también que es muy importante, porque cuando tú no eres propietario de la tierra, tienes menos oportunidades de acceder a la banca privada o inclusive tienes más dificultades para acceder a fondos públicos’’, ejemplifica la gobernadora. 

¿Qué oportunidades trae incorporar a Chile en la Redlac para resolver las problemáticas y erradicar las brechas que sufren las mujeres rurales?

—Este espacio lo que busca es promover una declaratoria de la Década de la Mujer Rural para la soberanía alimentaria, para que pueda ser respaldada ampliamente por todos los Estados, es necesario poder convocar a que otros se puedan ir sumando a estas iniciativas. Por lo tanto, la participación en este espacio lo que hace es visibilizar las brechas que existen, pero también buscar generar las redes necesarias. Cómo somos capaces de articular modelos que puedan tener un impacto positivo en distintos lugares. Entonces se abordan temas, por ejemplo, como la tierra, la producción, la división sexual del trabajo, el rol de cuidado, el rol de alimentación.

— ¿Han podido dialogar con las mujeres rurales de la región para incorporar sus miradas?, ¿cómo ven ellas la participación?, ¿cuáles son las expectativas de ellas? 

—Efectivamente, la política pública debe considerar la visión de los territorios, debe considerar la mirada de los grupos específicos que se ven afectados por una u otra situación y en ese sentido hay una apertura importante. De hecho, con el presidente tuvimos la oportunidad de conversar respecto de esto y me planteaba que es un tema de interés como Estado. Eso es súper importante, porque muchas veces se mal entiende el ejercicio de la política y muchas veces dicen ‘esto es de esta administración, o de la otra’. Pero aquí no hay definiciones, cuando nosotros hablamos de aquellos elementos que sustentan la vida, como es el alimento, el agua o la tierra, estamos hablando de políticas públicas que atraviesan las administraciones y que en el fondo tienen que conducir al desarrollo de nuestro país. 

—Claro, por otro lado, la centralización debe ser uno de los mayores desafíos, ¿cómo ha sido abordar con esto las brechas de género? 

— La Región de Aysén, si uno la coloca sobre un mapa abarca desde la Región Metropolitana hasta la novena región, esa es la extensión territorial, son 107.000 kilómetros cuadrados. Por lo tanto, cuando uno dice la política pública tiene que ser con pertinencia territorial, son esas las cosas que hay que ver. Cómo yo hago inversión pública también en un territorio que es tan extenso, que tiene una dispersión tan grande. Es complejo, entonces el Estado es la que tiene que generar estas modificaciones, que son casi estructurales, también entender la política pública de manera diferenciada desde el territorio. Si nosotros no miramos la especificidad de cada territorio, vamos a seguir rebotando, en ese sentido uno agradece la modificación y el fortalecimiento, por ejemplo, con los gobiernos regionales que vienen precisamente a hacer el proceso de descentralización en nuestro país. 

Aquí también pasa que no podemos tener un sistema de alcantarillado o un sistema de tratamiento de agua, ya que nos cuesta tanta plata hacerlo. El Estado no puede medir la inversión pública con costo/beneficio, tiene que ser costo/eficiencia. O sea, no podemos condicionar que la gente pueda acceder a servicios básicos por la cantidad de habitantes. 

—Pasando a otro tema, si bien la división del trabajo o la soberanía alimentaria son algunos de los temas que se deben abordar, otra cosa es la violencia de género en regiones rurales, ¿cómo lo están llevando desde el territorio? 

—Como región contamos con cifras que son bien lamentables, tenemos tasas de violencia, que son muy altas. La diferencia es que somos una región menos poblada y, por lo tanto, uno puede decir que el número es poco, pero si tú lo traduces en tasa respecto a la cantidad de habitantes, son lamentables cifras. Llevar eso a la práctica, en territorios que tienen una alta concentración de sectores rurales es complejo y volvemos al mismo punto anterior, sobre lo importante que resulta mirar la política pública con pertinencia territorial. En la región de Aysén hay sectores donde no hay programas de prevención de violencia, y no llegan porque es muy lejos, porque no hay profesionales, porque están solamente enfocados en la capital. Además, se suman prácticas y conductas que están muy instaladas, como las relaciones de las mujeres pequeñas con hombres mayores. Esas prácticas sólo se eliminan con educación, y vamos a lograr educar cuando tengamos un sistema que no mire que son dos o cuatro mujeres, sino que mire que efectivamente hay una realidad que hay que erradicar. Al final esa es la estrategia que nos va a permitir bajar esos índices que tenemos. 

¿Cuáles son las proyecciones a trabajar en materia de erradicar las brechas en el mundo rural durante este 2023?

—Lo primero es tener claridad de los desafíos que tenemos que enfrentar y en eso es importante mirar la participación, por ejemplo lo que se viene en materia del Encuentro Latinoamericano, nosotros ya tenemos a 160 mujeres confirmadas que vienen de distintos países, pero también de distintos lugares de nuestro territorio nacional. Por otro lado, cómo logramos articular políticamente, y en mi caso específico, cómo logramos instalar este tema entre todos los gobiernos regionales. Hay que lograr que sea una temática transversal, desde donde haya disposición para la inversión pública, y para atraer recursos para transformar las dinámicas productivas que existen en los territorios: nuevas tecnologías, nuevos conocimientos. Finalmente, la posibilidad de seguir participando y organizar, y eso creo que nos ha costado. Nosotros necesitamos fortalecer el espacio de la organización social, sea a través de asociaciones gremiales, sistemas de cooperativas, etc. Pero, la única forma de poder sostener esto tiene que ver con nuestra capacidad de promover la participación política de las personas, y no estamos hablando de que sean militantes, estamos hablando de que las personas que comparten una temática, que conviven una problemática, puedan tener un espacio de organización que les permita hacer una contraparte efectiva para quienes estamos en el ámbito de la toma de decisión.

Publicidad

Tendencias